“Todo lo que me hizo mal ya no forma parte de mi vida” – GENTE Online
 

“Todo lo que me hizo mal ya no forma parte de mi vida”

Actualidad
Actualidad

Isabel Macedo acaba de cumplir años: 33. Fue el sábado 2 de agosto, y los festejó con los suyos. Estaban sus amigas. “Son las que me bajan a la Tierra, las que me dicen ‘acá no grites; a la loca de Serena –su personaje en Don Juan y su bella dama– dejala en Telefe’”, define. También la acompañaron ese día, el empresario gastronómico Simón Brochard, su novio, y el intimidante Jack Bauer o Mummy, nada menos que su seguidor perro Yorkshire oscuro que hace las veces de guardaespaldas.

Isabel dice que los 33 le llegan en un gran momento: “Sí, me agarran bárbara. Me siento bien interiormente, y en lo profesional la novela es un éxito: agregamos 30 capítulos”, explica la chica representada por Multitalent. Del “estoy pasando un gran momento” se desprende que su relación con Brochard va viento en popa, y que su noviazgo de diez años con Facundo Arana ya forma parte del pasado. Es decir, tal vez sea una libre asociación, pero todas sus frases, genéricas, parecen remitir a su ex: “Nadie te pone en el medio del abismo porque sí. Siempre hay algo positivo por rescatar”; o “lo que sucede conviene”, que es una de sus preferidas.

Más allá de especulaciones, la Chava cuenta que no se permite estar mal, “porque éste es mi único cuerpo y tengo que cuidarlo”. Tanto que hace cuatro años que no prueba remedios, “ni una aspirina cuando me duele la cabeza”. El mejor remedio está en ella misma. ¿Hasta dónde llega el poder de su mente? “Por ahí pasa todo. Tuve que interpretar el papel de una embarazada que vivía con náuseas y vómitos, hasta que mi cuerpo lo asimiló y me penetró una angustia tremenda. Vos le das una orden a tu cabeza y te terminás enfermando. Leí mucho para llegar a ese control, por ejemplo Ravi Shankar, o testimonios de gente que ha sobrevivido a enfermedades terminales gracias a su cabeza”, arriesga.

–Será que en un tiempo vas a aparecer rapada, como Jimena Cyrulnik. ¿Vos también leés a Osho?
–No lo leí ni cuando estaba de moda. Sí, te digo que uno puede controlar su cuerpo a través de su mente. Te repito: hace cuatro años que no tomo remedios. Si me duele mucho la cabeza, es por presiones. Entonces pienso qué cosas me pueden estar haciendo mal, y cuál puede ser la solución.

–¿Y esa conexión interior también reemplaza a los psicólogos?
–Yo soy muy consciente, me doy cuenta de lo que va pasando. Es como si todo el tiempo pudiera mirarme desde un rincón.

–Qué difícil...
–Es cierto. Me controlo tanto que hasta puedo cambiar el final de un sueño que no me gusta.

–Naaah... Hasta la historia de los remedios te creo...
–Te juro: cuando veo que un sueño viene mal, le cambio el final. Me despierto y digo: “¡Qué sueño feo! Va a terminar distinto”. Apoyo la cabeza y llega el final que yo quería.

–Está claro que te gusta controlar todo. ¿Es cierto que sos un poco histérica con el orden en tu casa?
–No, simplemente necesito que la casa esté limpia, ordenada y linda. Tengo una señora que me ayuda, aunque yo me ocupé de todo durante mucho tiempo. Nunca voy a entender por qué, en el placard, hay una campera de jean entre la ropa blanca.

–¿Pensaste que si mañana decidís convivir con tu novio vas a tener que resignar algunas cosas?
–Por ahora no estoy cerca de convivir. Cuando lo haga tendré que hacer algunas concesiones... ¡pero los colores en los cajones no se mezclan! Pensándolo bien... voy a tratar de no hacer ninguna concesión.

–¿No sos de las mujeres que cuando pasan los 30 comienzan a presionar?
–Hoy estoy muy bien, tranquila. Tengo mi espacio, mi trabajo, mi casa y mi auto. Soy una persona muy independiente, que disfruta de sus tiempos.

–Parece que dijeras: “No necesito de un hombre que venga a mantenerme”.
–No lo necesito de esa manera. Para eso trabajo muchísimo. Durante años hice un esfuerzo muy grande como para resignar ahora todo lo que conseguí. Por ejemplo, trabajar durísimo dos años para después hacer teatro a la gorra por placer. Siempre elegí dónde estar. Todo cambio en la vida te ayuda a evolucionar, a crecer.

–¿Hoy seguís con la idea de formar una familia?
–El deseo siempre está, pero es algo que nadie maneja. Obviamente no tengo un cronograma tipo “a tal edad voy a estar casada con hijos”. Soy alguien que deja fluir el tiempo. Es la vida la que te pone en diferentes lugares.

–¿No te cuestionás por qué suceden las cosas?
–Bueno, hay cosas que no esperás pero ocurren solamente porque algo mejor te está esperando. Me parece bueno transitar la vida así; nadie te pone en el medio del abismo porque sí. Siempre hay algo positivo para rescatar.

–Suena muy frío. Vos terminaste una relación de diez años. ¿Pudiste manejarlo con tanta naturalidad?
–Creo en la vida, y lo que sucede conviene. Es la única que tengo y puedo elegir cómo vivirla. Por suerte, elegí hacerlo sanamente. Esforzándome un montón en mi trabajo; ocupándome de mantener y cuidar la relación con mis amigas y la gente que me quiere.

–¿Te costó abrirte para dar lugar a otra persona?
–No me lo pregunto. Cada uno vive lo mejor que puede. No hay tanta explicación ni análisis. Es algo muy profundo como para que se entere todo el país.

–Pero si pasó un año y medio hasta que empezaste una nueva relación, debe haber un motivo...
–Viví placenteramente mi soledad, y lo sigo haciendo. No me agrada la invasión: hago uso de mi libertad, de poder leer hasta las siete y media de la mañana. Soy una persona libre, tengo una mente lúdica, responsable y obsesiva, pero con esa responsabilidad me permito gozar cada día. Y todo lo que me hizo mal no está en mi vida. Me gusta lo sano, lo que me hace daño me lo saco de encima, ¡se va...!

–¿Te referís a tu relación con Facundo Arana?
–Nunca lo nombré. No hablo de eso.

–¿Y qué te pasa cuando leés que fue papá?
–…

–Entonces hablemos de tu actualidad. ¿Pensás formalizar con Simón o preferís seguir leyendo hasta las siete de la mañana?
–Ja, ja. Vivo el presente. En mi cabeza hay muchas cosas. Terminar los 30 capítulos de Don Juan y su bella dama, empezar a ensayar La cena de los tontos, con Francella y Suar, viajar a Mar del Plata para la temporada de verano. Después, no sé...

–Quizás el año que viene puedas encarar la maternidad...
–¡No! Para mí la vida es hoy. De acá me voy a grabar. No puedo pensar en ser madre. La actriz jura que nunca interpretó a una mujer tan libertina como Serena, su personaje en la novela de Telefe. “<i>Algunas escenas me dan pudor”, jura.

La actriz jura que nunca interpretó a una mujer tan libertina como Serena, su personaje en la novela de Telefe. “Algunas escenas me dan pudor”, jura.

 “<i>Me controlo tanto que hasta puedo cambiar el final de un sueño. Si veo que viene mal, me despierto y digo: ‘¡Qué feo, va a ser distinto!’ Apoyo la cabeza, y termina como yo quería</i>”.

Me controlo tanto que hasta puedo cambiar el final de un sueño. Si veo que viene mal, me despierto y digo: ‘¡Qué feo, va a ser distinto!’ Apoyo la cabeza, y termina como yo quería”.

“<i>El deseo de formar una familia siempre está, pero es algo que nadie maneja. No tengo un cronograma que dice: a tal edad voy a estar casada con hijos</i>”.

El deseo de formar una familia siempre está, pero es algo que nadie maneja. No tengo un cronograma que dice: a tal edad voy a estar casada con hijos”.

Más información en Gente

   

Vínculo copiado al portapapeles.

3/9

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipisicing elit.

Ant Sig