Nació en los medios a partir de la segunda edición de Super M 20/02, elegida entre 3500 aspirantes de 16 a 20 años reunidas en el Hipódromo de Palermo para entrar a la agencia de Ricardo Piñeiro. Y eso que ella era una de las más jovencitas. Pero eso ya es historia… Luli Fernández (19, medidas 88–61–90), que se recibió “a los ponchazos” en el colegio Carlos Pellegrini y a quien le adjudicaron un romance nada menos que con Mick Jagger en el último paso del stone por estas pampas, viene muy fuerte: pasarelas, conductora del programa de tevé Tendencias (2006) y de Area 18 por TyC Sports, y…
–¿Más propuestas, Luli?
–Me llueven. Hasta me propusieron actuar en tevé, pero como actriz.
–¿Y?
–Todavía no poseo todas las armas necesarias. Tengo que aprender arte escénico, baile, canto…
–¿Cómo llegó lo del calendario Pirelli?
–Me lo propusieron en noviembre, y a los quince días ya estaba posando.
–¿Un paso clave?
–Lo más importante que hice hasta hoy.
–¿Por qué?
–Porque se trata de una gran empresa multinacional. Y si bien posé para la versión latina, el salto es norme.
–¿Te gusta crear personajes en las producciones?
–No sé si la palabra es crear. Pero me da mucho placer. Para posar a gusto frente a la lente hay que tener mucho más que belleza. Hay chicas lindísimas que no saben ni pueden.
–Llevás seis años como modelo. ¿Cuál es tu balance?
–Soy una profesional. Una verdadera profesional. Después de tanto tiempo, son pocas las cosas que te sorprenden, las producciones se repiten, y en ese punto funciona el profesionalismo: sentirte a gusto y renovarte…
–¿Te molesta que te encasillen como sexy?
–No, porque ya demostré que soy mucho más. Al principio mostrás un poco de piel, permitís algunas cosas, decís otras, pero después necesitás cambiar.
–¿Cuándo cambiaste realmente?
–El año pasado, en Patinando por un sueño. Ahí mostré mi personalidad.
–¿Cómo sos?
–Dulce, cero escándalos, y con talento. Hay millones de chicas atractivas y de linda cara, pero si no hay talento, no duran.
–¿Se aprende a ser sexy?
–Todas las mujeres tienen su lado sensual. La mujer que lleva a sus hijos al colegio y prepara la comida para su marido… también tiene sus armas de seducción. No necesita salir en una revista…
–¿Un buen cuerpo decide todo?
–Nooo... ¡Soy el más claro exponente de lo contrario! No mido 1,70, ni peso 40 kilos. ¿Para qué, si los argentinos nos prefieren pulposas y muy sensuales? Soy feliz con mis lolas, mi cola y mi peso. Tener curvas siempre me dio seguridad…
–¿Las modelos debutantes te piden consejos?
–No. Las chicas que recién empiezan son tímidas. Igual, las minas somos bravas... Jamás le pedimos ayuda a otra mujer, por más experiencia que tenga. Y tampoco estoy muy calificada para dar consejos…
–¿Cómo manejás los celos profesionales?
–Mi abuela siempre decía: “Si hablan es porque existís. El día que no hablen más será porque tu tiempo pasó”. Lo que digan o dejen de decir de mí no me importa. Uno no puede gustarle a todo el mundo. Y si a alguien no le gusto, peor para él…
–Después de tanto tiempo, ¿no te cansa el modelaje?
–¡¡¡Noooo!!! Soy una enamorada de mi trabajo. Todo lo que logré lo hice con el esfuerzo del día a día. Levantarme a las seis de la mañana, llegar temprano, sonreírle siempre, aguantar el maquillaje y los tacos, posar en bikini en pleno invierno. Pero no me quejo, hay cosas peores…
–¿En qué gastás lo que ganás?
–Soy muy cuidadosa con la plata. En un día de fotos puedo ganar lo que gana mi madre en un mes. Pero no derrocho. Ningún dinero del mundo me pierde. No gasto una fortuna en ropa, ni mucho menos. Le compré un auto a mamá, otro para mí, y el año pasado invertí en un departamento. ¡Son los cuarenta y seis metros cuadrados que más deseo, que no me entregaron todavía, y que sigo pagando en cuotas!
–¿Paso previo a la boda?
–Nooo… Va a ser mi primer espacio propio. Con Jerónimo (Silvariño, 33 años, uruguayo, uno de los directores del hotel Las Dunas de Punta del Este) llevamos dos años de novias y nos sentimos muy bien así. Tenemos la fantasía de casarnos, pero nuestra prioridad es el trabajo. Lo conocí el 30 de diciembre del 2005 en una cena… para la misma fecha del aniversario de la muerte de mi abuelo. ¡Me lo mandó el Nono! Vivimos entre Buenos Aires y Punta, y cada vez que estamos juntos, es una fiesta…
–El 2008 empezó con el pie derecho…
–Sí. Nunca imaginé que iba a ser la Chica Conrad.
–¿Por qué?
–Porque suelen ser más pulposas que yo… Pero ya ves: el talento influye, y mucho. También voy a seguir conduciendo Area 18, porque somos como una familia.
–¿Y después?
–Quiero dedicar todo el año a fortalecer mi carrera, a adquirir más herramientas para seguir creciendo. Voy a estudiar arte escénico, baile, canto. Cuando sienta que domine esas cosas ya no tendré límites ni techo.
Producción: Sofía Delger
Agradecimientos: Class Life y Ossira
Con 19 años y medidas envidiables (88–61–90), seguirá conduciendo Area 18 (en TyC Sports). Además, Luli va a estudiar actuación, baile y canto. ¿Nace una estrella?
“Demostré que soy mucho más que una chica sexy. Al principio dejás que se vea un poco de piel, permitís algo, decís algo, pero después necesitás cambiar”
Las fotos de Luli para la versión latina del calendario Pirelli se hicieron en dos días, en el estudio del fotógrafo Gonzalo Lauda. Por primera vez, la modelo y conductora llevó su imagen a la campaña de una empresa multinacional.
