“Toda mujer debe tener alma de prostituta… ¡en la cama!” – GENTE Online
 

“Toda mujer debe tener alma de prostituta... ¡en la cama!”

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La mujer que se esconde detrás de Brenda Gandini (25) está dividida en dos. La primera –el personaje idílico que todos conocemos–, es una rubia con medidas perfectas (90-60-90), mirada penetrante y aires de luminosa inocencia. ¡Una Susanita desde la S hasta la A! La otra, algo así como el Míster Hyde que describiera la prosa de Stevenson, tiene las mismas cualidades físicas, incluido el color nigromante de sus ojos: un verde azulado que va camino a la extinción. Sin embargo, como ella misma lo explica, “el ser humano tiene un cincuenta por ciento de ternura y otro cincuenta de brutalidad”. El lado brutal de la Rusita, como le dicen, está influenciado por una energía pérfida y picaresca que “sólo mis ex novios conocen”, aclara. Esa chica –¡la otra!– putea al volante, es hincha de Boca y sonríe frente a los piropos subidos de tono. “El otro día, cuando pasaba por una construcción, me recitaron un poema: ‘¡Te chupo hasta la punta de los pies!’. Todavía me estoy riendo”. Mientras tanto, en materia laboral, la cosa sigue con el mismo tono: caracteriza a una prostituta, protagonista de Abrázame, obra dirigida por Daniel Delbene, que puede verse de jueves a domingos en el teatro Los Angeles. Además, ya comenzó a grabar junto al elenco de Malparida, la nueva ficción de El Trece.
Así, sin pelos en la lengua, la mujer que dejó de ser “la hija de” Daniela Cardone para brillar con luz propia, toma la palabra y las riendas de la conversación. ¡Abran cancha...!

–¿Seguís soltera?
–Ah... ¡Cómo empezamos, ja! Sí. Estoy sola desde hace ocho, nueve meses, más o menos.

–¿Felizmente soltera?
–Sí. Estoy en una etapa muy linda de mi vida, abocada a mi profesión. El “felizmente” capaz se puede malinterpretar. Nunca diría “uy, me saqué un peso de encima”. Nada que ver. A veces las relaciones van, y otras veces, no.

–¿Qué te atrae del hombre?
–Ahora me atrae mucho más el pensamiento que la parte física. Antes no, claro. Cuando sos chica decís: “Mirá con el bombón que estoy saliendo”.

–¿Cómo es esa atracción intelectual?
–Hay algo que me pasa la primera vez que veo a un hombre. Vendría a ser como la primera impresión. Me influye mucho ese encuentro. Y la segunda vez, incluso, se multiplica ese efecto. Ahí ya tengo un primer panorama.

–¿Cómo vivís el desamor? ¿Sos de llorar mucho?
–Sí, sí, lógico. La primera experiencia es más dolorosa, creo, pero siempre es difícil. Partamos del principio que el amor es la base de todo, y no sólo de las relaciones de pareja. Siempre que uno está bien, es porque se siente querido, mimado. ¡Mimos! Esa es la palabra.

–¿Sos de las que, a un mes de haber cortado, se quedan en la cama comiendo helado y mirando la película Diario de una pasión?
–¡Ja, ja! Sí, un día seguro me suicido, pero no mucho más. Creo que llorar hace muy bien. Es una cuestión física. Si no, ¿dónde metés toda esa angustia? Se te quedaría adentro.

–¿Cómo encontraste a los hombres después de tu ruptura?
–¿Vos decís esa vidriera llena de hombres solteros? ¡Ja, no la vi todavía! Pero así fue siempre. Nunca busqué ninguna pareja... Aparecieron... No me gusta nada que me presenten gente.

–¿Alguna mala experiencia?
–¡Una muuuy mala! Algo así como una cita a ciegas. Cuando llegué al lugar me quería escapar. Igual, tengo que reconocer que fui mal predispuesta.

–La remaste, me imagino.
–¡Todo lo que pude! Al final, para que te des una idea, al flaco le terminé diciendo que tenía problemas psicológicos y anorexia. ¡Por poco me largo a llorar! Un papelón.

–Hasta el día de hoy, el flaco debe creer que sos una loca.
–Totalmente. Pero, bueno... Al menos no lo hice nunca más.

–¿Sos de las que creen que la tecnología celular atenta contra las viejas usanzas de levante?
–Se perdió el caballerismo, me parece. Antes, el hombre te llamaba y te invitaba a salir. Hoy te mandan mensajes de texto. Es un medio mucho más frío y con más posibilidades de que se malinterpreten las cosas. No estoy muy adaptada a lo moderno.

–¿Te molesta que abusen del recurso de mensajitos o del Messenger?
–Me molesta que los hombres se hagan los cancheros detrás de un chat. Así es fácil hacerse el langa. De repente, te encontrás con un tipo que por Messenger habla hasta por los codos... y después no dice una palabra.

–¿Creés que todo tiempo pasado fue mejor?
–No, para nada. De hecho, considero que cada vez soy más abierta. Antes era bastante conservadora. ¡Mi viejo ayudó mucho con su educación!

–¿Por ejemplo?
–Bueno, la primera vez que salí a bailar fue a los 16 años. ¡Hasta las cuatro de la mañana, y con mi papá en el boliche! Es un grande mi viejo... Cuida, pero un grande al fin.

–¿Qué heredaste de ese conservadurismo?
–Siempre creí que con los hombres hay que llevar un tiempo prudencial sin tener relaciones.

–¿Cuánto es ese tiempo?
–El necesario, no sé... Pero está bueno eso, porque en cierta manera te hacés desear mucho más. Además, es la mayor expresión del amor. Hay que tenerle el respeto que se merece.

–¿Invitás a los hombres a salir?
–No, prefiero que me inviten, obvio. Me gusta que sea así.

–¿Pero invitarías a algún hombre del planeta?
–Bueno, si lo veo a Johnny Depp me le regalo. Con él se pierde todo mi pensamiento ortodoxo. Me gusta mucho. Además, es un gran actor.

–¿Y al revés? ¿A qué mujer le pagarías todo?
–(Piensa unos segundos) A Scarlett Johansson. Me encanta. Ah, y a Penélope Cruz; también tiene lo suyo. La película de Almodóvar Vicky Cristina Barcelona habrá inspirado más de una fantasía sexual.

–Bueno, a la hora de fantasear, vos sos alguien con quién más de uno incluiría en un ménage à trois.
–Ja, ja, ¿viste? No estaría nada mal.

–En Abrázame te toca hacer una prostituta; sacás tu lado más guerrero, imagino.
–Completamente. Trato de comunicarlo con todo mi cuerpo. Personifico a una mujer muy sensual, guarra y picaresca.

–¿Creés que toda mujer tiene algo de prostituta?
–¡Obvio! O mejor dicho: toda mujer debe tener alma de prostituta... ¡al menos en la cama! No tengo dudas de que al hombre le gusta que tomemos las riendas del asunto. Vos que sos hombre lo sabrás mejor.

–Adhiero, pero mejor cambio de tema. ¿A qué aspirás en lo laboral?
–A ser la mejor actriz del país... ¡la Scarlett Johansson argentina! Pero voy pasito a paso. Las cosas no se dan de un día para otro. Prefiero los procesos que se basan en el estudio.

–La última: ¿cómo te ves en diez años?
–Me imagino con casita propia, en Buenos Aires, pero lejos de la Capital. Y trabajando en el cine. Sin tapujos, la hija de Daniela Cardone, que supo cortar de a poco el cordón umbilical, posa para GENTE, más sexy que nunca. ¡Y no es un decir!

Sin tapujos, la hija de Daniela Cardone, que supo cortar de a poco el cordón umbilical, posa para GENTE, más sexy que nunca. ¡Y no es un decir!

“Aspiro a ser la mejor actriz del país. ¡La Scarlett Johansson argentina! Pero voy pasito a paso. Las cosas no se dan de un día para otro. Prefiero los procesos que se basan en el estudio”

“Aspiro a ser la mejor actriz del país. ¡La Scarlett Johansson argentina! Pero voy pasito a paso. Las cosas no se dan de un día para otro. Prefiero los procesos que se basan en el estudio”

“Me molesta que los hombres se hagan los cancheros detrás de un chat... Así, es muy fácil hacerse el langa. De repente, te encontrás con un tipo que por Messenger habla hasta por los codos, pero después no dice una palabra. ¿Qué es eso?”

“Me molesta que los hombres se hagan los cancheros detrás de un chat... Así, es muy fácil hacerse el langa. De repente, te encontrás con un tipo que por Messenger habla hasta por los codos, pero después no dice una palabra. ¿Qué es eso?”

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