“Tinelli nos ayudó a blanquear nuestro amor con nuestras familias” – GENTE Online
 

“Tinelli nos ayudó a blanquear nuestro amor con nuestras familias”

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La relación la blanqueó Tinelli el viernes 24 –ante las cámaras de ShowMatch y con picos de rating–, aunque la historia de Hugo Avila (38, jefe de coaches de Ideas del Sur) y Jorge Moliniers (28, paraguayo, soñador de Magui Bravi) ya lleva más de once meses. El dato se guardaba como secreto de Estado en los pasillos de la productora, pero una noche Flavio Mendoza, sentado en medio del jurado, lanzó muy suelto de cuerpo: “Jorge, queremos saber por qué te dicen ‘la Primera Dama’”, sugiriendo que el bailarín tenía un romance con un importante integrante de Bailando 2012. Entonces Marcelo, con humor y mucha picardía, indagó al participante hasta hacerlo confesar su historia de amor. La revelación –que incluyó llamadas a Asunción para hablar con la mamá de Jorge, y cámaras ponchando a Hugo– calentó la pantalla y fue trending topic (uno de los temas más comentados) en Twitter.

“Muchas veces yo le pregunto a Hugo si nosotros no seremos los Paula y Peter gays, porque la gente nos adora y apoya nuestra historia de amor”, sintetiza Jorge con ese acentito inocente que lo caracteriza (si usted cree que finge o “se hace”, se equivoca: es tal cual se lo ve en la tele). “Nosotros nos sentimos bendecidos, porque Marcelo apadrino nuestra relación”, agrega Hugo, mucho más serio y pudoroso.

Es domingo, el clima ya se siente primaveral, y por primera Moliniers y Avila aceptan abrir su intimidad. Mientras Jorgito prepara un tereré –yerba y jugo de naranja frío– y Hugo abre un paquete de medialunas, comienzan las confesiones.

–¿Cómo se conocieron?
Hugo: Una vez me hacían falta bailarines y Jorgito se presentó a un casting. Lo primero que hizo fue el musical de Silvina Escudero y Nico Riera en Sábado show. Pero al principio era una relación de jefe a empleado, de coreógrafo a bailarín. Jorge: Y yo me moría por dentro, porque desde que llegué a la Argentina en el 2007 miraba el Bailando, para ver si la cámara lo enfocaba a Hugo. Era un señor que me gustaba mucho: me parecía rudo, serio y con personalidad.

–¿Y por qué nunca fuiste hasta Ideas del Sur a buscarlo?
J: Porque estaba en el Ballet Argentino de Julio Bocca –hasta me di el lujo de bailar con Eleonora Cassano y Hernán Piquín–, y después tuve que dejar la danza por un tiempo, por un problema que tuve en las rodillas por entrenar demasiado. Hasta que llegó esa oportunidad del casting... Pero el señor ni me miraba. Me mandaba mensajes de texto, y sólo me decía a qué hora tenía que estar en los ensayos. H: Hasta que él no aguantó más y me mandó un sms que decía: “Profe, me gustás, ¿y qué onda si cenamos un día?”. Yo le respondí: “¡Guauu! ¡Qué directo, Jorgito!”. Te juro que desde ese día nos empezamos a mirar diferente. Pero no fuimos a cenar.

–¿Tuviste que remarla mucho para que Hugo aceptara un encuentro a solas?
J: Sí. Al principio todo fue por mensajitos de texto, pero sentí que él había dejado la puerta abierta. H: Hacía seis años que yo no estaba en pareja, y Jorgito me gustaba. Una noche salí con unos amigos, tomé unos traguitos, y ellos me dieron coraje para escribirle. Entonces le pregunté si salía. Me dijo que estaba en su casa, y le respondí que después pasaba. J: Me puse a perfumar y ordenar la casa, pero el señor no llegaba. Eran las tres de la madrugada y nada; eran las tres y media y no aparecía... Finalmente tocó el timbre a las cuatro y, después de perfumar y acomodar los almohadones por enésima vez, sentí que tanta espera había valido la pena.

–¿Cómo siguió la historia?
H: Desde esa noche, nunca más nos separamos. A la mañana siguiente compramos un cepillo de dientes para que yo tenga en su casa. Pero te digo la verdad: al principio me generaba un poco de conflicto, porque entre nosotros había una relación de jefe y empleado, y no quería que se mezclaran los tantos. J: Cuando salíamos no quería que lo tocara. Y a mí me costaba contenerme, por el amor que sentía... Pero Hugo se perseguía... H: Tengo 38 años y otro chip en la cabeza. Pero hace dos meses Jorge vino a vivir a casa, y aunque es un gran desafío. Está buena nuestra convivencia.

–¿Les molestó cuando empezaron a decir que Jorgito era la “primera dama” de Ideas del Sur?
J: No, para nada, porque el que me puso ese apodo fue Gabo Sandoval, que era compañero en el Ballet Argentino. –Hugo, ¿no creés que puede haber celos de los otros bailarines porque pusiste a Jorge a bailar con Magui Bravi, que sabe bailar?
H: Para nada, porque me relaja muchísimo lo que él es como bailarín. Con Lolo Rossi –mi colega a la hora de repartir a los soñadores– pensamos en los grupos, para que salgan bien. Jorgito no tiene ningún privilegio, y le pongo el pecho a quien diga algo así.

–¿Se sintieron expuestos cuando Marcelo buscó que la relación se blanqueara?
H: En un principio todo me sonó a chiste, y no me gustó que se tome una relación gay para la joda. Pero Marcelo nunca la trató así. Lo mejor fue que él nos ayudó a blanquear nuestro amor con nuestras familias.

–¿Sus padres no sabían que eran gays ni queestaban en pareja?
H: Mi mamá murió hace once años, y a mi viejo, Alberto, nunca le presenté una novia. Parte de mi familia sí sabía que soy gay. Nunca oculté nada, pero soy reservado: Mi viejo no sabía nada. Entonces el viernes lo llamé por teléfono y le conté que estaba saliendo con Jorgito desde hacía un año. El lo tomó bien, aunque fue monosilábico. Y con mis hermanos y sobrinos está todo bien. Hoy los chicos tienen otra cabeza.

J: Blanca, mi mamá, sabe de mi sexualidad, aunque le cuesta decirlo. Nunca pude sentarme a hablar con ella, pero siempre me apoyó en todo. Mis padres son separados, y Julio Cesar, mi papá, no estuvo mucho conmigo, así que no sé qué piensa.

–¿Cómo fue tu infancia en Paraguay?
J: Cuando era chico yo no me podía comprar juguetes. Entonces, a los diecisiete, cuando tuve mi primer trabajo como bailarín, me fui comprando el Batimóvil, los muñecos de los superhéroes, y algunos peluches. Mi cuarto era muy infantil, y yo me sentía en el mundo de Peter Pan.

–¿Llevaste tus juguetes a la casa de Hugo?
H: En mi mesa de luz ya hay diez Pitufos instalados. J: Mi infancia fue muy linda. Con mi hermana nos escondíamos debajo de las sábanas para jugar con sus Barbies... Ella tenía muy lindas muñecas (se ruboriza).

–En el último censo se registraron más de cinco mil nuevas familias de gays. ¿Ustedes ya hablaron de tener hijos?

H: Sí. Jorgito tiene muchas ganas de que adoptemos. Yo pienso que estamos en un muy buen momento de nuestras carreras y no es el más apropiado para criar un hijo. Igual, tenemos ganas... Es un tema que hablamos pero que todavía no resolvimos.

–¿También hablaron de casamiento?
J: No, aún no. Sé que es un paso muy importante, pero yo no creo en los papeles. Casarme no me interesa tanto como la idea de tener un hijo y formar una familia con Hugo. H: El matrimonio entre las personas del mismo sexo es un gran logro, pero por ahora no nos vamos a casar ni tener un hijo. Hoy estamos viviendo el noviazgo a pleno. Por suerte nos complementamos y nos equilibramos: cuando uno se acelera, el otro lo aplaca. Hace once meses descubrí a un ser humano increíble, buena gente, compañero... Jorge tiene amor pleno, sin maldad, puro. Y me hace muy feliz.

–Tinelli convirtió a Peter Alfonso en una celebridad. ¿Creen que se viene el dúo de Hugo y Jorgito?
H: Ni idea. Marcelo sabe siempre lo que hace. De todas formas, el dúo lo hacemos nosotros todos los fines de semana: mientras yo cocino, él toca la guitarra y cantamos juntos. J: Es lindo que la gente nos vea como los Paula y Peter gays, porque ellos también viven una linda historia de amor. ¿No creés?

Para Hugo fue difícil aceptar la relación (“éramos jefe y empleado, y no quería mezclar los tantos”), pero el bailarín lo sedujo con su calidez y su gran corazón. “Hasta me dejó poner mi colección de Pitufos en su mesita de luz”, cuenta Jorge.

Para Hugo fue difícil aceptar la relación (“éramos jefe y empleado, y no quería mezclar los tantos”), pero el bailarín lo sedujo con su calidez y su gran corazón. “Hasta me dejó poner mi colección de Pitufos en su mesita de luz”, cuenta Jorge.

“Muchas veces yo le pegunto a Hugo si nosotros no seremos los Paula y Peter gays, porque la gente nos adora y apoya nuestra historia de amor” (Jorgito)

“Muchas veces yo le pegunto a Hugo si nosotros no seremos los Paula y Peter gays, porque la gente nos adora y apoya nuestra historia de amor” (Jorgito)

Lo primero que hizo Jorgito en Ideas del Sur fue el musical de Silvina Escudero y Nico Riera. Hoy, el ex bailarín del Ballet Argentino de Julio Bocca deslumbra en la pista junto a Magui Bravi. En vacaciones, Jorge y Hugo se fueron a Ongamira, Córdoba, y también a Paraty, Brasil. “Somos muy compañeros y nos adaptamos siempre”.

Lo primero que hizo Jorgito en Ideas del Sur fue el musical de Silvina Escudero y Nico Riera. Hoy, el ex bailarín del Ballet Argentino de Julio Bocca deslumbra en la pista junto a Magui Bravi. En vacaciones, Jorge y Hugo se fueron a Ongamira, Córdoba, y también a Paraty, Brasil. “Somos muy compañeros y nos adaptamos siempre”.

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