“Tinelli me llamó para Bailando…, pero sé que no podría ser parte de los escándalos” – GENTE Online
 

“Tinelli me llamó para Bailando..., pero sé que no podría ser parte de los escándalos”

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La lente de la cámara se incomoda ante el metro 78 extendido sobre la tibia arena esteña. Pero casi inmediatamente se vuelven cómplices y el cristal captura los perfectos movimientos de Dolores Barreiro (32), la modelo top argentina que sabe cómo lucir sus infinitas piernas, su piel bendecida por el sol y su mirada transparente mejor que nadie. En fin, un cuerpo tallado, que hace casi imposible creer que ella sea mamá de tres chicos. Un cuerpo que, tal vez, podamos admirar en la televisión durante este 2008.

–Sí, quiero volver a la pantalla, y estoy analizando distintas propuestas. Dos tienen que ver con programas de cable para Latinoamérica. Y la tercera opción es la próxima edición de Bailando por un sueño. Así que estoy en etapa de definiciones.

–¿Te divierte competir?
–Lo que más me tienta es aprender a bailar. Voy a probar un poco y ver qué onda. Marcelo (Tinelli) y Pancho (Dotto, su manager) quieren que participe, y me parece que está bueno… Es un programa que mira todo el mundo.

–Siempre estuviste al margen de las peleas. ¿Creés que si entrás a ShowMatch eso puede cambiar?
–Qué sé yo… Sinceramente, no soy de seguir lo que pasa en la tele, y menos las polémicas. Nunca tuve una personalidad escandalosa y no tengo por qué cambiar ahora. Habrá quien se quiera pelear con todo el mundo, o se ponga histérico porque le dijeron no sé qué, pero no es mi estilo. No, definitivamente, no podría ser parte de los escándalos.

–¿Cambió el mercado de trabajo desde tus inicios?
–Creo que no cambió nada. Siempre elegí las propuestas bien hechas, que tuvieran calidad. Por supuesto que ahora soy un poco más… ¿inaccesible?

–¿En qué sentido?
–Cuando era chiquita y recién empezaba, aceptaba todo lo que venía. Ahora las cosas se simplifican por sí solas, incluidas las discusiones de precios (risas).

–¿No tenés restricciones ad hoc?
–Escucho mucho a Pancho, pero en la vida y en el trabajo me guío por mi instinto.

–¿Hay una edad para retirarse de las pasarelas?
–Me encanta hacer un desfile. Lo tengo tan incorporado que no me cuesta nada. No me gusta forzar los momentos ni las decisiones. Además, hay cosas que una hace más como personaje que como modelo.

–Al verte, la pregunta es inevitable: ¿cómo te cuidás?
–Siempre digo que soy una privilegiada genéticamente. En los embarazos no me limité para nada, y en poco tiempo recuperé mi peso y mis medidas. Las claves son la alimentación vegetariana, el yoga y el entrenamiento.

–¿Tus hijos también son vegetarianos?
–Matías (Camisani, su marido, 36 años) fue el primero. Yo me fui incorporando, y en casa los chicos comen lo mismo que nosotros. La cocina es uno de mis talentos y nos gusta comer lo más natural posible. Pero cuando van a visitar a los abuelos y a los tíos comen lo que quieren. No tienen el vegetarianismo incorporado cien por ciento. Elegirán por ellos mismos cuando crezcan.

–¿Cómo encontraste Punta?
–Vine por seis días, básicamente a trabajar: al festejo por los veinte años de Pancho Dotto en el Este y a los desfiles de Kosiuko y Di Domenico. Me encontré con que muchísimos extranjeros están acá. Punta está espectacular, como siempre, aunque enero es un poco populoso para mi gusto. Y también disfruté de la playa con mis chicos (Valentino, de seis años; Salvador, de tres; y Milo, de un año y nueve meses) y mis hermanos menores. Matías no pudo venir, porque está grabando su próximo disco (con su banda, 4º Espacio).

–A los 19 dijiste que José Ignacio era tu lugar predilecto para las vacaciones...
–Sí, pero después empecé a ampliar los horizontes. Con Pancho nos acordábamos el otro día de cuando empecé a trabajar de modelo. Había llegado el verano y había que venir a Punta del Este. Mis viejos dijeron: “Sola, no”. (N. de la R.: el papá de Dolores es militar, el teniente coronel Horacio Barreiro). Así que vinimos en patota. Fueron dos años y empecé a viajar, entonces para mí se acabó Punta, excepto por algunos días en la temporada.

–¿Cuál es tu destino preferido?
–Me gusta mucho ir a la India y al Caribe mexicano. Pero también me encanta conocer ciudades nuevas. Eso sí: mi lugar favorito en el mundo es mi casa en Maschwitz, con mis hijos.

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Sin embargo, sólo recaló en el hogar dulce hogar para preparar una valija con jeans y abrigos. ¿El destino? Estados Unidos. El teléfono suena. Le roba un bostezo y los primeros minutos del desayuno en un hotel neoyorquino, donde continúa esta charla con GENTE.

–Matías tenía que venir a hacer una fotos y me dijo: “Veníte y nos pasamos unos días en Nueva York”. Y acá estamos, sin los chicos. Tengo a la divina de mi suegra que los cuida y ellos se quedan contentísimos con ella, así que es un placer.

–¿Cómo está la ciudad?
–Hermosa, aunque con un frío de muerte. Y se ve mucho, pero mucho consumo.

–¿Miraste las nuevas colecciones?
–Algo. Las vidrieras son una mezcla. Están en la transición de las liquidaciones y lo que se viene para el verano. Pero éste es un viaje para caminar la ciudad de punta a punta, más que para visitar tiendas. Pero bueno, soy tentada en general (un secreto: la pierden los zapatos, aros, collares y anillos).

–¿Cómo comprás?
–Paseo, miro y elijo. Por desgracia para mi bolsillo, siempre encuentro algo que me vuelve loca, que es para mí. Entonces difícilmente dudo.

–¿Cuándo le dijiste “adiós” a la chica insegura?
–Lo fui, sí, como toda adolescente. El hecho de que a esa edad me hicieran tantas preguntas en las notas también me hacía sentir así. Ahora soy una chica grande y se asentaron muchas cosas, incluido lo que tiene que ver con mi cuerpo. Además, sin falsa modestia, la maternidad me sentó muy bien.

–¿Van a buscar la nena?
–Por ahora, con una familia de tres hijos estamos muy bien. No pensamos en un cuarto.

–¿Están en luna de miel para, digamos, mantener en forma la dupla?
–No creo que el ámbito haga a la pareja. Depende de la onda que le ponga cada uno. Con Mati nos divertimos mucho en nuestra vida cotidiana y la disfrutamos. Pero sí, los viajes nos encantan, con los chicos y, a veces, como ahora, sólo de a dos.

Producción: Sofía Delger
Agradecimientos: Kosiuko

Con casi quince años de pasarela, Dolores se mantiene como una de las modelos mejor cotizadas de la Argentina. Para ella la edad no es un límite. “Las etapas decantan solas”, dice.

Con casi quince años de pasarela, Dolores se mantiene como una de las modelos mejor cotizadas de la Argentina. Para ella la edad no es un límite. “Las etapas decantan solas”, dice.

“Soy una chica grande y se asentaron muchas cosas, incluido lo que tiene que ver con mi cuerpo. Sin falsa modestia, la maternidad me sentó muy bien”

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“Durante los embarazos no me limité para nada, y en poco tiempo recuperé mi peso y mis medidas. Las claves son la alimentación vegetariana, el yoga y el entrenamiento”

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