Entre los músicos españoles hay una gran controversia, y su origen está en el coronavirus.
Sucede que Enrique Bunbury (53) y Miguel Bosé (64) vienen dando polémicas declaraciones relacionadas con el COVID-19. El primero criticó a la Organización Mundial de la Salud y dijo que “la situación actual se dio con la finalidad de crear pánico y generar una necesidad”. Y el segundo cuestiona permanentemente la gravedad de la enfermedad y su origen, a tal punto que insinuó que el virus fue creado para vacunar a la población e implantarle microchips para controlarla.
Hablando en Twitter de “la gran mentira de los gobiernos, el de España incluido”, Bosé llegó a escribir: “Una vez que activen la red 5G, clave en esta operación de dominio global, seremos borregos a su merced y necesidades (...) Sólo pretendo informar sobre la situación anunciada hacia la cual, entre otras fechorías, se nos está conduciendo. Yo digo no a la vacuna, no al 5G, no a la alianza Bill Gates-España”.
Sabiendo esto, Joaquín Sabina (71), lejos de ser diplomático, no se guardó nada. Conversando con un periodista de la revista Esquire, que le pidió su opinión sobre las controvertidas posiciones de sus colegas, el cantautor dijo: "Siempre ha habido sectas extremas y excesivas, y ésta es una contemporánea. Es una secta”.
Por otra parte, Sabina respondió si pensó aplicarse la vacuna: "Lo he pensado. Por edad y por problemas de pulmón por culpa del tabaquismo estoy en zona de riesgo. Pero no voy a hacer cola”. Además, aseguró que no le da miedo morir por el nuevo coronavirus. Al contrario, se mostró sorprendido de haber llegado a su edad y haber hecho tantas cosas.
“Mi padre murió de Alzheimer, y eso me aterroriza. Nunca jamás pensé llegar a los 71 años haciendo giras, cantando, escribiendo canciones... Es un regalo de la vida que no creo haber merecido”, sostuvo el artista.
