Taparon murales con bolsas negras en el Hospital Piñero y estalló la polémica – GENTE Online
 

Taparon murales con bolsas negras en el Hospital Piñero y estalló la polémica

A un mes de haber terminado su trabajo, la artista Liset Feider se enteró de que sus obras habían sido tapadas con bolsas de plástico y maderas. Su reacción.

En diciembre, luego de 3 meses de trabajo, Liset Feider (42) terminó el tercer mural de la serie que realizó en el pabellón de maternidad del Hospital Piñero. Había comenzado a trabajar varios meses antes. Presentó el proyecto a las autoridades de la institución que aprobaron cada boceto, contó con la asistencia del personal de mantenimiento para armar los andamios y no tuvo ninguna crítica mientras pintaba las paredes exteriores del lugar ni mientras realizaba la obra de menor escala que se encuentra en un hall de la maternidad, donde se encuentra la guardia de pediatría.

Celebró con personal del hospital al dar la última pincelada de su obra y unos días más tarde se sorprendió al enterarse de que taparían uno de ellos. Primero escondieron el motivo -un bebé en gestación rodeado por motivos botánicos- con bolsas de plástico negro y luego le clavaron encima unas maderas. Hoy se ven los tablones, pintados del mismo tono celeste que identifica al pabellón.

Censura en el Hospital Piñero.
Censura en el Hospital Piñero.

Sólo pasaron unas semanas antes de que decidieran esconder también las otras dos obras de la autora que estudió arte en la Escuela Nacional Prilidiano Pueyrredón y Psicología en la Universidad de Buenos Aires. "Pinto murales porque siento la necesidad de compartir mis obras con gente en las calles y salir de la comodidad del taller. Expongo en galerías y soy un poco artista de bastidor y caballete, razón por la cuál los desafíos del muralismo me atrapan", dice.

Vive en Chascomús y en la zona se pueden ver varias obras suyas. "tengo preferencia por el retrato femenino y por todo lo referente a la botánica", dice al tratar de definir su estilo.

-¿Cómo llegaste a hacer los murales en el Hospital Piñero?

-Me conocen hace varios años, he donado una obra para el servicio de oncología. Le propuse a los directivos varios proyectos y eligieron los tres que plasmé en las paredes. Mi intención era algo más humilde en el sentido de las dimensiones, ya que dentro del pabellón casi no hay espacios para pintar murales debido a que las paredes se encuentran cubiertas con azulejos por asepsia. Por tal motivo, coincidiendo que se renovó hace poco tiempo la pintura exterior -cada pabellón tiene un color distinto para poder diferenciar a simple vista los servicios-, el director del hospital me propuso usar las paredes externas de la maternidad.

-¿Tenías autorización para hacerlos?

-La dirección del hospital me autorizó y el personal de mantenimiento armó los andamios por orden de la dirección. Dado que sólo podía pintar los fines de semana, ellos fueron observando la evolución de mis obras a lo largo de esos meses.

-Ellos habían visto los bocetos...

-Presenté diferentes propuestas y fueron seleccionadas por el director del hospital y otros profesionales. Respeté los mismos en forma íntegra. Cuando finalicé, la dirección subió las fotos de los murales a su pagina de Facebook, agradeciéndome y felicitándome por mi labor. Hasta ahí, no había nada fuera de lo esperable... pero que un sector comenzó a cuestionar el mural del bebé.

-¿Qué pasó entonces?

-A los dos días de haber finalizado el último mural, el director se comunicó conmigo diciéndome que estaba teniendo muchos problemas con la obra del bebé porque estaba en gestación. Ese hecho era muy repudiable para un sector, por lo que le ofrecí hacer algunas modificaciones ya que comprendía las presiones a las que estaba sometido. Entonces, borré el cordón umbilical. Luego me pidió que le pusiera "mucho verde”, razón por la que agregué más vegetación. Más tarde pretendió que le pinte cabello, que le agregue una sabanita, que lo haga con los ojos abiertos, a lo que le respondí que eso era cambiar por completo el mural y que simplemente no iba a autocensurarme. El director me respondió que iba a taparlo y que “acá no pasó nada”. Le expliqué que eso era una censura, porque yo había respetado los bocetos previamente aprobados.

-¿Qué pasó con los otros? 

-A los pocos días los otros murales también fueron tapiados. En un primer momento el mural de la mujer embarazada fue cubierto con una bolsa negra, parecía un óbito. Me pareció directamente una burla y una provocación. Al día siguiente tapiaron el mural del hall. Las tres obras se encuentran dañadas porque al tapiarlas les han atravesado innumerables clavos.

-¿Qué pensás hacer ahora?

-A raíz de esta censura mucha gente comenzó a conocer más mi obra y estoy recibiendo varias propuestas para continuar muraleando y exponiendo. Estoy pensado una muestra que cuente todo este proceso de creación y censura, creo que por algo sucedió: es sintomático del malestar social. Después de todo, el arte debe interpelar. Y este fue el costo.

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