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“Sufrí muchísimo por amor”

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Cuando Rodrigo Guirao Díaz –el jardinero que seduce a Araceli González en la recién estrenada Amas de casa desesperadas– habla de Juan, su personaje, los ojos verdes que dominan su cara se agrandan. Y ni que hablar cuando entramos en la comparación con James Dean… “El y Marlon (Brando) son mis ídolos. No sabés… En mi casa tengo las paredes llenas de pósters de ellos”, explica, intenso. Este actor de 26 años, que promete ser el nuevo galán caliente de la televisión, vive solo en Palermo Viejo. Pero con el resto de la familia cerca: madre (cosmetóloga), abuela, y hermanos mellizos. Su padre falleció hace 15 años, lo que lo obligó a salir a trabajar. “De lo que viniera. Hice todo tipo de changas, desde técnico industrial hasta mozo”, explica. Pero su carrera artística empezó con algunas participaciones en La niñera, Historias de sexo de gente común, Costumbres argentinas, Paraíso rock… Y, lo más importante, Media falta, el año pasado. Otro dato de su historia es que es el primo de la modelo Rocío Guirao Díaz, aunque no se vean demasiado. “Es una relación de primos que viven lejos. Cuando me la cruzo no hablamos de laburo. Por lo general, charlamos de problemas amorosos”, confiesa.

–¿Cómo llegó a Amas de casa desesperadas?

–Te voy a confesar un secreto: cuando fui al casting, desde que llegué al lugar, me compenetré con el personaje y me transformé en Juan. Ya desde el momento en que dije “hola”, era Juan. El es re-puro, re-humilde. Si entraba canchero, iban a pensar que no daba para hacer de jardinero.

–¿Tiene algo de Juan? ¿También es puro y humilde?
–Sí, en algún lado tengo todo eso, y para el personaje lo potencio.

–Parece un chico tranquilo…

–No, soy cabrón. Mis amigos me dicen que baje y, por suerte, lo logran. Agradezco tener amigos que me hablan mucho.

–¿Cómo se siente grabando escenas calientes con Araceli?
–Y, me pasan cosas… Al principio me sentí un poco presionado. El primer día estaba nervioso, pero como ella es muy cálida, me tranquilizó. Además, tiene un costado gracioso que me descontracturó mucho. La primera escena que grabé con ella yo estaba en boxer, en un cuarto de dos por dos, con miles de técnicos adentro. El problema es que soy claustrofóbico, y me empezó a transpirar la nuca como loco. Cuando terminé, había sufrido tanto que les dije, en chiste, que la próxima vez me iba a bajar el pantalón y les iba a mostrar el c…

–Entonces, ¿la transpiración no fue por el contacto físico?
–Parece más de lo que es. Por ejemplo, te dicen: “Sacáte la remera, sacáte la ropa, poné a la chica sobre la mesa, beso”… Y corte.

–¡Ay, no! ¡Por favor! ¡Que siga!

–Pero Juan es un chico más pasivo. No sé cómo decírtelo, pero es ella quien tiene relaciones con él. Juan es puro corazón, está enamorado del personaje de Araceli y ella es mucho más fría.

–¿Podría enamorarse de una mujer bastante mayor que usted, como le sucede en la ficción?
–Sí, por supuesto. En el amor no hay reglas: incluso podés enamorarte de personas malas.

–Uno puede tratar de evitar esos amores dañinos…
–Yo me quiero hacer el racional, pero nada que ver. ¡He hecho cada b…! Cuando me come el amor, soy la persona más cabeza dura del mundo, me juego entero. Soy un imbécil. Sufrí muchísimo por amor.

–¿Y ahora?
–Ahora no sufro, estoy soltero.

–Ideal. Sabe que ahora se le van a ir las chicas encima, ¿no?
–Ojalá, me encantaría.

–¿Sale? ¿O es de esos actores que se quedan encerrados porque no les gusta el contacto con su público?
–Para nada. Salgo sin parar. Es más: tengo auto, pero me gusta viajar en colectivo. Para mí es muy cómodo. Voy con el MP3, me siento, y me encanta. Trato de no modificar mis gustos por el trabajo que tengo.

–¿Las chicas lo avanzan?
–Me gusta avanzar a mí.

–¿Y si lo avanzan, qué le pasa?

–Escucho a ver qué traen. Igual, avanzan más desde la joda, el chiste. Las mujeres se están emparejando al hombre, pero no llegan a decirte “vamos a la cama”. Te la dibujan. Está bien que si a una chica le gustó alguien se lo haga saber, que no se vaya a su casa sin que pase nada.

–Por ahí, ahora empiezan a avanzarlo mujeres más grandes…
–Me estás asustando.

–Bueno, digo…

–Vamos a ver… Yo me la banco.

–¿Y las actrices, le gustan?
–Los actores y las actrices tienen algo muy fuerte con el egocentrismo y a veces cuesta que una actriz te escuche, se interese por lo que te está pasando. Uno quiere escuchar otras cosas y está bueno que una mujer no te hable de lo tuyo. Hablar con una actriz es un problema, no te desenchufás nunca. Por ahí mañana me parte la cabeza una actriz, pero preferiría no enamorarme.

Rodrigo es Juan, el amante joven de Gabriela Solís, personaje que interpreta Araceli González en <i>Amas de casa desesperadas</i>.

Rodrigo es Juan, el amante joven de Gabriela Solís, personaje que interpreta Araceli González en Amas de casa desesperadas.

“<i>Podría enamorarme de una mujer mayor que yo. Para mí en el amor no hay reglas, nada es racional, me juego entero</i>”

Podría enamorarme de una mujer mayor que yo. Para mí en el amor no hay reglas, nada es racional, me juego entero

Rodrigo graba tres veces por semana en la calle Manzanares, el lugar construido especialmente para <i>Amas  de casa desesperadas. “Cuando rodé mi primera escena con Araceli estaba muy nervioso pero ella, que es  muy cálida, me tranquilizó</i>”, asegura.

Rodrigo graba tres veces por semana en la calle Manzanares, el lugar construido especialmente para Amas de casa desesperadas. “Cuando rodé mi primera escena con Araceli estaba muy nervioso pero ella, que es muy cálida, me tranquilizó”, asegura.

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