“Sufrí más en esta carrera que el día que le gané a Federer la final del Master” – GENTE Online
 

“Sufrí más en esta carrera que el día que le gané a Federer la final del Master”

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Imagen Uno. Nalbandian y Ligato, cronómetro en mano, se paran detrás de la cinta roja que marca el límite entre el público y la pista. Y a medida que los coches van pasando, los dos miran la planilla con los tiempos, mientras comentan la suerte de sus pilotos.

Imagen Dos. En la última curva, a Roberto Sánchez –quien dominaba la carrera– se le va de costado el Subaru Impreza, y David y Marcos saltan y festejan como si celebraran un gol de la Selección argentina.
Imagen Tres. Federico Villagra –el puntero del campeonato y en ese momento el único que les podía arruinar la fiesta– pasa la curva con su Mitsubishi Lancer, y David Nalbandian y Marcos Ligato, con los ojos llenos de lágrimas, se funden en un largo abrazo. ¿El motivo? Por un segundo de diferencia sobre Sánchez, Luciano Bernardi, el piloto del equipo Tango Rally Team, se quedó con la carrera de Entre Ríos al comando de su Mitsubishi Lancer. La primera victoria que consigue la dupla Nalbandian-Ligato desde que formaron su equipo en febrero pasado: “¡Se nos dio, se nos dio!”, grita Marcos: “¡Te dije que ésta la íbamos a ganar!”, le responde David en ese abrazo interminable que tiene a GENTE como único testigo.

Dos amigos y un sueño. La promesa de armar juntos un equipo de rally la habían hecho de chicos, cuando todavía no sabían que el destino los iba a ubicar en un lugar de privilegio del deporte argentino. Ligato –nacido en Río Ceballos–, es uno de los pilotos de rally más reconocidos del país. Actual campeón argentino del Grupo N4, y desde hace cinco años integrante de la elite que compite en el Grupo Mundial. Y Nalbandian –oriundo de Unquillo, a diez kilómetros de la casa de los Ligato–, es el mejor tenista nacional de la actualidad (cuarto en el ranking mundial), y una de las máximas esperanzas de la Armada Criolla que esta semana intentará vencer a Australia y llegar por segunda vez en la historia a una final de Copa Davis.

Y en febrero de este año le pusieron primera a este desafío. Contrataron a los hermanos Agnello (Michelle, Antonio y Alfonso, tres italianos considerados una eminencia en el oficio) para preparar sus motores, sumaron pilotos con experiencia y salieron a las pistas. Hasta el domingo, trece habían sido las carreras disputadas: cuatro del Grupo Mundial, tres del Sudamericano y seis del Argentino. Y a pesar de las buenas actuaciones, nunca se habían logrado subir al primer lugar del podio. Por eso, el triunfo en Concepción del Uruguay se vivió como un desahogo: “Este es el premio a tanto esfuerzo. Pero terminé agotado: sufrí mucho más fuera de la pista que arriba del auto”, dice Marcos, mientras espera la llegada de los ganadores. A su lado, David, todavía emocionado, se serena unos segundos, y acepta este mano a mano para hablar de lo que significó esta primera victoria. De paso, adelanta lo que será el choque dentro de tres días ante Australia.

–Es raro verte tan emocionado. Hoy lloraste más que el día que le ganaste a Federer la final en el Master de Shanghai.
–Es verdad (cambia las lágrimas por una sonrisa), y te juro que sufrí más en esta carrera que el día que le gané a Roger. Y al final no me pude contener; fue algo tan emotivo como espontáneo. Nos abrazamos y los dos nos quebramos. Fue una carrera muy dura, muy peleada hasta el final, algo que no se da muy seguido.

–¿Por lo que representa para vos, esto se puede comparar con alguno de tus triunfos más resonantes en el tenis?
–No, son dos cosas totalmente distintas. Los del tenis son logros personales, y acá ganó todo un equipo. Además, éste es mi primer proyecto como empresario fuera de mi deporte. Y que las cosas salgan bien tan rápido me produce mucha alegría. En sólo siete meses formamos un equipo, y ya ganamos una carrera. Un lujo que hasta ahora nadie se había dado.

–Se te ve muy involucrado en este proyecto. ¿Cómo hacés para atender las dos cosas, el rally y el tenis?
–Lo sigo mucho por teléfono, no me queda otra... Para las decisiones del día a día, Marcos toma el timón. Ahora, cuando hay que discutir algo importante, lo hacemos entre los dos. Si bien éste sería mi otro trabajo, yo lo tomo como un hobby, una pasión. El rally es mi cable a tierra para cargar pilas y volver a las canchas.

–Precisamente, dentro de pocos días se viene la semifinal de la Copa Davis contra Australia. ¿Cómo está el equipo?
–Muy bien y muy confiado. Sabemos que Australia no será un rival accesible, pero la Argentina de local siempre se hace fuerte, y eso es algo que debemos aprovechar.

–¿Creés qué el aliento del público puede influir en el juego de los australianos?
–Seguro. Por eso les pido a los que vayan al estadio que griten sin parar. Porque cuando jugamos de visitantes nos hacen la vida imposible. Y acá el público es muy respetuoso.

–¿Te sorprendió que Lleyton Hewitt pidiera no hacer los trámites de aduana para ingresar al país?
–Es algo raro. Por ahí pensaba que venía a Kosovo (carcajadas). Pero bueno, éste es un país como cualquier otro y deberá hacer los mismos trámites que todos. Igual está bueno que integre el equipo australiano. Así, cuando se queden afuera, no van a poner excusas. Nalbandian, Luciano Bernardi, Rubén García (piloto y navegante del auto ganador) y Marcos Ligato celebran la victoria del Tango Rally Team. Detrás, el Mitsubishi Lancer.

Nalbandian, Luciano Bernardi, Rubén García (piloto y navegante del auto ganador) y Marcos Ligato celebran la victoria del Tango Rally Team. Detrás, el Mitsubishi Lancer.

Un Nalbandian desconocido: a puro llanto mientras se abraza con Rubén García, el experimentado navegante. Luego, el Mitsubishi Lancer en plena acción, en una de las carreras más peleadas de la historia del rally argentino: se definió apenas por un segundo. David y Ligato toman el tiempo durante uno de los tramos. Las copas en alto: Bernardi y García, los ganadores, en el centro del podio.

Un Nalbandian desconocido: a puro llanto mientras se abraza con Rubén García, el experimentado navegante. Luego, el Mitsubishi Lancer en plena acción, en una de las carreras más peleadas de la historia del rally argentino: se definió apenas por un segundo. David y Ligato toman el tiempo durante uno de los tramos. Las copas en alto: Bernardi y García, los ganadores, en el centro del podio.

Luego del triunfo, Nalbandian volvió a Buenos Aires para concentrar con el equipo argentino de tenis. Y el lunes a las nueve se entrenó en la cancha principal del flamante Parque Roca. Desde que llegó a la Argentina, Lleyton Hewitt (en la foto, junto a Mark Philippoussis) es custodiado por seis guardaespaldas. Abajo, David devuelve el golpe de Juan Ignacio Chela bajo la atenta mirada del capitán, Alberto Mancini.

Luego del triunfo, Nalbandian volvió a Buenos Aires para concentrar con el equipo argentino de tenis. Y el lunes a las nueve se entrenó en la cancha principal del flamante Parque Roca. Desde que llegó a la Argentina, Lleyton Hewitt (en la foto, junto a Mark Philippoussis) es custodiado por seis guardaespaldas. Abajo, David devuelve el golpe de Juan Ignacio Chela bajo la atenta mirada del capitán, Alberto Mancini.

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