Esta vez, Fito -Rodolfo Páez (40), dice su DNI- será papá. Ya lo había sido,
del amor, del compromiso, cuando, allá por 1998 -junto a su ex mujer, Cecilia
Roth-, adoptó a Martín, hoy de cuatro años. En cambio, Romina fue mamá hace
cinco, de Valentina, fruto de una relación que no duró.
Y hoy, Fito y Romina están juntos. Dentro de siete meses y monedas, en los
primeros días de junio del 2004, llegará quien crece en la tímida pancita de
Romina (25). Un hijo, nene o nena, para hacerlo hincha de Rosario Central, para
enseñarle a tocar el piano, para delirar, con mil delirios de padre. Un hijo: él
y ella, papás.
Lo dijeron, Fito y Romina, en Almorzando con Mirtha Legrand, frente a la
mismísima diva del mediodía. El, este último lunes, ella, el jueves pasado. Dijo
el rocker, en traje raya mafia y zapatillas Adidas: "Esto es una conmoción para
mí, me siento raro. Con Martín aprendí a ser papá. Con él toco la viola, canto.
Soy y seré un papá amoroso". Y recordó: "Una vez, mi negrito -es decir, su hijo
Martín- se me plantó enfrente, y me clavó la vista. Y con su mirada fue como si
me dijera: 'Quereme, que yo te quiero a vos'". Ricci, cuando tiró la piedra, fue
un tanto más escueta: "Sí, estoy embarazada, hace dos meses. Pero es tan
chiquito que no quería decirlo. Fito y yo estamos contentísimos. Lo mismo mi
nena, Valentina". ¿Y la ex de Páez? Cuenta el hombre: "Se lo tomó re bien. Yo la
llamé y le avisé. Cecilia es una mujer extraordinaria". De taquito, dijo de su
novia, de la madre de su futuro hijo: "Romina es preciosa, divina". Y bromeó
sobre los quince años que los separan: "Podría ser mi hija… ¡Pero por suerte no
lo es!".
Y el domingo fue el Día de la Madre. Había que festejarlo. Páez zarpó en taxi de
su departamento de San Telmo. Y en el departamento de Romina en Las Cañitas, se
encontraron. Ella duerme en ocasiones en casa de él, y viceversa. Todavía no
conviven. A bordo del Fiat Palio gris de ella -y tras comprar pan en un local
cercano-, partieron rápido hacia Mataderos. Allí habrían de festejar. Los
recibió la madre de Romina, Stella Maris -Sudevi devi dasi, su nombre desde que
se convirtió al culto Hare Krishna-, y con la cual Fito se lleva de maravillas.
Allí, almuerzo: comida vegetariana, teniendo en cuenta la anfitriona. El primer
Día de la Madre de Ricci, con el hijo de Páez en su vientre.
Una nueva luz de felicidad, para mitigar dolores. Porque a Fito su gente se le
fue yendo de a poquito, o de golpe. Su madre, Margarita, falleció a sus ocho
meses. Su padre, Rodolfo, en 1985. Y poco después, el horror: su abuela Delia y
su tía Josefa -sus madres, como les cantó en Mariposa Tecknicolor- les fueron
arrancadas a golpe de puñal el 7 de noviembre de 1986. Le quedaron su amada tía
Charito, allá por Villa Constitución, a 54 kilómetros de su Rosario, y algunos
primos hermanos. Un vacío que no llena, ni llenará, con estadios y teatros
repletos, con toneladas de popularidad: "Es algo que me marcó por siempre. Tenés
que vivir con tus muertos…", susurró frente a Mirtha Legrand. Pero del éxito
dijo: "Por suerte no me falta".
A bordo de su último disco, Naturaleza Sangre, se paseará por España en una gira
de siete shows. Y el 29 y 30 de noviembre cerrará el tour en el Gran Rex.
En lo de la diva, remató: "Soy un tipo feliz". No es para menos: éxito, una
mujer que lo ama y otro hijo en puerta. La ciudad de pobres corazones -su
metáfora para una vida de dolor, de pérdida- ya se ha derrumbado. Su mundo crece
nuevo.
Domingo. 14 horas. Fito y Romina llegan a Mataderos para celebrar. Ella, con su pancita al aire. El, con un par de botellas de tinto para brindar por el nuevo hijo.
La llamé, y se tomó muy bien la noticia. Cecilia es una mujer extraordinaria", dice él.">
Año 2000: otros tiempos, con Cecilia Roth y su hijo Martín: "La llamé, y se tomó muy bien la noticia. Cecilia es una mujer extraordinaria", dice él.
