“Soy una nueva mujer: más madura, más feliz y más provocadora” – GENTE Online
 

“Soy una nueva mujer: más madura, más feliz y más provocadora”

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Viene avanzando descalza y lenta hacia el periodista, embadurnada de aceite, dentro de una microbikini animal print que podría entrar en una cajita de fósforos, con el pelo castaño y lacio al viento y el recién nacido sol de la mañana alumbrando sus 166 centímetros de alto y sus 95-58-88 de contorno. Viene avanzando hacia el periodista y veinte centímetros antes de chocárselo, le apunta a los ojos y le lanza con esa tonada que la traslada a su provincia en una décima de segundo: “Me voy a dar la teta y vuelvo”. Sonó el despertador. Chau magia. A los cuarenta minutos, Ana Carolina Ardohain regresa terrenal, envuelta en un vestido amplio de color ocre, apoya su celular (“Soy cero tecnológica. Nada de internet, nada de chat, nada de mensajes de texto, nada de ringtones raros”, aclara), invita un café en Medialunas Calentitas de José Ignacio, al lado de su agencia (Dotto), e irrumpe sin campana de largada…

–Soy una nueva Pampita. La Pampita 2007. Así que hablemos del presente y del futuro –propone entre risas, consciente de que su nota con GENTE se traducirá en la primera del verano desde que quedara embarazada–. ¿Qué te parece?

–¿Unicamente del presente y del futuro? ¿Ni por su edad quiere que le pregunte?
–Un verdadero caballero no le consulta la edad a una mujer.

–Gracias por lo de caballero, nueva Pampita, si bien por fuera parece la misma de 2005, 2004, 2003, 2002 y 2001. Algo mayor en un par de atributos, quizá, aunque la misma al fin.
–Seguro. Crecí cinco centímetros de lolas, por la lactancia. Después, peso lo mismo que antes de subir 13 kilos hasta dar a luz el 15 de mayo. En realidad, peso lo mismo de siempre, 48. Uy, toqué el pasado. Perdón.

–Perdón usted. Un operativo retorno que exige 800 abdominales diarios y cumple a rajatabla no puede menos que restituirle sus formas.
–Oyeron mal la cifra. De repente, parecía una boxeadora preparándose para pelear por el título mundial. Y no. Mi rutina consiste en tres horas semanales de gimnasia elíptica, sesiones de mini pesas y 80 abdominales… ¡no 800, como leí por ahí! Igual, siento que en el aspecto físico arranco mejor que en temporadas anteriores.

–Si no se trata de los ejercicios, entonces subsiste a agua y galletas de arroz.
–Ni ahí. Mi clave radica en no darme atracones ni alimentarme con comida chatarra. La última incursión a un Mc’Donalds la hice justo antes de entrar en la clínica para dar a luz. Lo del agua, sí. Sólo tomo agua. No obstante, me encantan la carne y el pescado. Nada light. Nada, eh. Me considero una persona sana. Jamás me enfermo o me duele la cabeza. En el botiquín de casa no hay pastillas de ningún tipo.

–Okay. La base, el cuerpo que los argentinos le conocimos a la vieja Pampita, volvió a escena. Continuemos por el contenido. ¿Cómo se hace para volver a ser Pampita tras un parate prolongado?
–Pienso que recurriendo a la esencia que transformó a Pampita en Pampita. Léase, a través del profesionalismo. Para la producción que el lector ve en la revista me levanté a las cuatro de la mañana, me bañé, me sequé el pelo, me peiné, me maquillé, me encremé y esperé sentada y puntual en la puerta de mi casa a que ustedes me buscaran. No deseaba que tocaran el timbre y se despabilara mi niña.

–¿Profesionalismo o pasión?
–Ambas cosas. Me encanta lo que hago y me rompo por lo que hago. Al posar prefiero suponer que el día del cierre de mis páginas faltará la persona que retoca las imágenes por Photoshop. Entonces me preparo para salir perfecta, para no necesitar de ninguna mano externa.

–¿Qué rollo tiene con el controvertido programa Photoshop?
–Creo que sirve para quitar equis aspereza en la piel del personaje, pero no hace magia. Recordá el caso de Kate Winslet, la protagonista de Titanic: le entabló una demanda a una revista (GQ) que, mediante recursos digitales, la adelgazó en la portada sin su consentimiento, y ganó argumentando que el medio le daba un mal ejemplo a la gente común de cuerpo normal. Yo también prefiero aparecer como soy. Incluso, si me dieras a escoger, elegiría que salga mejor la entrevista que las fotos. Una vez que me expongo a la cámara, doy lo mejor de mí, me relajo y chau, me olvidé. Palabra de nueva Pampita.

–Disculpe: ¿le entregó un plus la maternidad respecto a su carrera o, al contrario, le suele distraer la cabeza en medio de una sesión?
–Me siento más madura, más feliz y más provocativa a partir de la confianza que adquirí siendo madre. Cuidado, provocativa respetando mis límites. Me considero una mujer de límites claros. No a las transparencias, no a los desnudos. Al menos por el momento. Y el extra se debe a que con Blanquita descubrí un amor nuevo, embriagador: el de un hijo. Un amor que me quitó ansiedad. Antes pretendía hacer todo: lo bueno, lo malo, todo. Ahora sé qué resulta trascendente y selecciono y busco tiempo libre, porque en el balance general la familia ya pesa bastante. ¡No sabés lo que es ver a la beba gatear, comer papilla e intentar tocar lo que se le cruza en el camino, lo que es dormir abrazada a su cuerpito! ¡No te imaginás lo que es ver a su padre cambiarle los pañales en diez segundos, jugar con ella, tentarla hasta sacarle una carcajada!

–¿Casi casi parece con ganas de una cercana revancha, de otra criatura?
–Soñamos con tres chicos. Tal vez comencemos a buscar el próximo dentro de un año.

–Aguarde… ¿¡tres!? ¿Y si de tanto amamantar se le caen un poquito las “chicas de 90”, en la actualidad de 95?
–Lástima, y punto. Le temo a la cirugía. Nunca me operé de nada ni pienso meterme en un quirófano. Tampoco pienso retirarme del modelaje. Una modelo dura for ever. Mirá a Araceli González, mirá a Andrea Frigerio.

–Nos adelantó lo que no planea. ¿Y qué planea aparte de agrandar la familia?
–Transcurrir el próximo semestre en Chile, porque Benjamín (Vicuña) firmó contratos de actuación en su tierra. Y luego, estudiar unas ofertas de conducción y cine que me llegaron de la Argentina, para irnos a vivir un tiempo en mi país.

–¿Cuándo un programa, filme o desfile juntos?
–Esperá sentado. Los dos conocemos el esfuerzo que nos costó obtener lo que conseguimos en nuestros trabajos de manera individual, y no planeamos compartir proyectos: terminaríamos convirtiéndonos en ‘la parejita’ de los medios.

–¿Palabra?
–Palabra de nueva Pampita.

Dixit de Pampita, diosa de General Acha para la Argentina y el mundo: “<i>Hoy le agradezco a Dios lo que tengo. No necesito más</i>”. Quienes observan aquí su regreso con gloria, tampoco.

Dixit de Pampita, diosa de General Acha para la Argentina y el mundo: “Hoy le agradezco a Dios lo que tengo. No necesito más”. Quienes observan aquí su regreso con gloria, tampoco.

“<i>Con Blanquita descubrí un amor nuevo, embriagador, que me quitó ansiedad. Antes pretendía hacer todo; lo bueno, lo malo, todo. Ahora selecciono y busco tiempo libre</i>”

Con Blanquita descubrí un amor nuevo, embriagador, que me quitó ansiedad. Antes pretendía hacer todo; lo bueno, lo malo, todo. Ahora selecciono y busco tiempo libre

“<i>Mi rutina consiste en tres horas semanales de gimnasia elíptica, sesiones de mini pesas y 80 abdominales... ¡no 800 como leí por ahí!</i>”

Mi rutina consiste en tres horas semanales de gimnasia elíptica, sesiones de mini pesas y 80 abdominales... ¡no 800 como leí por ahí!

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