«Soy una chica difícil de reemplazar» – GENTE Online
 

"Soy una chica difícil de reemplazar"

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Todavía le da la teta. Siente cierta culpa, admite, porque "el pediatra me dijo que lo ideal es darle hasta los seis meses". Pero Valentino, a punto de cumplir el año, pide. Y eso a Dolores Barreiro la puede.

-¿Esta es la primera vez que malcría tanto a un hombre?
-Tanto tanto, sí. El es mi piojito, el que arrasó con todo: pudo con los sentimientos más profundos, como el de pensar en él antes que en nadie, y con las costumbres más frívolas, como la de no olvidar nunca jamás cargar con pañales y mamaderas en la cartera.

ANTE TODO, MAMITA. Lo despide con varios besos: en la frente, en las mejillas, en la cabeza, en la boca, y lo deja. Matías Camisani, su marido, será el encargado de cuidarlo el resto de la tarde. Los hombres (padre e hijo) programaron quedarse haciendo pileta en el Hotel Del Dique mientras ella (la mamita, la mujer de la familia) parte rumbo a la nota.

-Dicen que los hijos nos cambian la vida. ¿Qué pasó con usted?
-En lo personal, me cambió todo. Me siento mucho más madura, feliz y con una dependencia terrible. Pero en lo profesional, todo sigue en carrera: viajo si tengo que viajar y sigo aprovechando eso de conocer lugares distintos, una de las cosas que más me gustan de este trabajo. Cuando me toca estar tal día en equis lugar, yo voy unos días antes y vuelvo unos días después con Matías y Valentino para poder conocer y disfrutar.

-¿Nunca lo ha dejado solo?
-Jamás me separé de él. En unos días tengo que volver a viajar por trabajo, y Matías me ofreció quedarse con él en casa. Pero no puedo, creo que no soportaría tenerlo lejos.

-¿Ni una noche, como para estar a solas con su marido?
-No necesito dejarlo para tener una noche romántica. Las tenemos igual, pero en casa, cuando Valentino duerme.

SEXY, ATREVIDA.
Ahora, semidesnuda bajo el cielo de los salteños Valles Calchaquíes, ella parecería ser otra. Porque estira sus interminables piernas. Porque saca cola. Porque enseña lolas. Porque mira fijo a la lente. Porque es sexy, atrevida, y se muestra muy segura de quién es.

-Barreiro, ¿quién es usted?
-Hoy, ante todas las cosas, soy una mamá. Una mamá, no, una mamá babosísima. Mi hijo es el único hombre que me parte la cabeza. Matías también, obvio, pero Valentino me puede en todo.

-¿Y en qué lugar quedó la top?
-La modelo está ahí y la cuido. Yo sé bien que mi cuerpo es mi principal herramienta de trabajo, me preocupa la estética, sería una hipócrita si te dijera que no me importa. Estoy yendo al gimnasio y comiendo sano. Tengo la suerte de ser flaca, y si bien el cuerpo después de un embarazo tarda en acomodarse, hoy me veo igual que antes. Al menos, todavía no se me cayó nada (ríe).

-Sus piernas tienen fama de ser las mejores de la Argentina, y los hombres la eligen como a la chica más sexy. ¿Le preocupa conservar ese lugar en el podio?

-…Es que soy una chica difícil de reemplazar (risas). No quiero sonar soberbia, pero el lugar me lo gané y estoy tranquila con eso. Por suerte, nunca me faltó trabajo.

SUEÑOS PENDIENTES. Hoy es la cara, o el cuerpo mejor dicho, de Class-life. Después de tener a su primer hijo la llamaron para varias publicidades, entre ellas la gráfica de Paula Cahen d'Anvers y -por tercera vez consecutiva- para el comercial de Lux. "Tengo varias ofertas para volver a la televisión -cuenta a la hora de hablar de proyectos a futuro-. Esto lo vengo diciendo desde hace cuatro meses, pero realmente es así. Por ahí, de acá a veinte días estoy en el aire. Por ahora, nadie cierra nada".

-Se la ve muy relajada. ¿Soportaría el ritmo acelerado de estar todos los días frente a la pantalla?
-Sí, muero por volver. Me encanta, lo disfruto, es un lugar en el que me siento muy cómoda. Además, mi carrera en la televisión recién empieza. Mirá Mirtha Legrand todo lo que duró, y sigue siendo una diva. Volver a la tele es como mi sueño pendiente. Ya se va a dar.

-¿Suele ser exigente con los cachets?
-Como está el país, no podés ponerte exigente con nada. Tenés que agradecer el tener laburo y punto. Además, ¡no me hables de plata, que me agarró el corralón! El dinero me importa como para vivir, y yo todavía necesito trabajar para vivir. Aunque también me sigo dando el lujo de seleccionar qué hacer y qué no. Lo que más me preocupa es el futuro del gordo, ¿sabés? Solos, con Matías, si no había trabajo podíamos vivir a lechuguita. Ahora no. Quiero, sobre todo, trabajar para hacerme de una posición y quedarme tranquila respecto de él. Como mamá, una siempre quiere darles lo mejor…

LA FAMILIA, LO PRIMERO.
Lejos del glamour que imposta para las gráficas o sobre una pasarela, ella todavía disfruta de los hábitos más terrenales: Cocina (que le encanta, dice), barre, tiende camas, hace compras y, sobre todo, cambia pañales. Los Barreiro (y eso incluye a todos los Camisani también) son inseparables. Veranean juntos y se reúnen, como mínimo una vez por semana, a comer en familia. "En eso somos como tanos", cuenta.

-Pregunta inevitable: ¿ya están buscando el hermanito?
-Buscándolo no, pero con Matías queremos tener muchos hijos. El embarazo de Valentino fue perfecto: ni náuseas, ni un mareo, ni un dolor, el parto fue rapidísimo. Imaginate, con esa experiencia, ¡quiero cien! Pero me gusta disfrutar mucho de todo lo que tengo. Con Matías esperamos para buscarlo porque queríamos primero disfrutar de nuestra pareja. Ahora, también quiero esperar un par de años para volver a quedar embarazada.

por Mariana Montini
fotos: Santiago Turienzo
asistente: Diego Soldini
peinó: Sergio Lamenza. Maquilló: Sebastián Correa
(agradecemos a Class-life, Ricky Sarkany y al
Hotel Del Dique en Salta)

Le llevó apenas unos meses recuperar sus curvas perfectas. Hoy, más mamita y escultural que nunca, posa en los Valles Calchaquíes.

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Ante todas las cosas, soy una mamá... una mamá, no, una mamá babosisíma. Mi hijo es el único hombre que me parte la cabeza"">

"Ante todas las cosas, soy una mamá... una mamá, no, una mamá babosisíma. Mi hijo es el único hombre que me parte la cabeza"

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