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“Soy más que Pamela Anderson”

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Nara por aquí, Nara por allá... Se multiplica Wanda porque, según ella, atrae como un imán. Y también asegura que no tiene filtro, que es caprichosa, angelada, rebelde, compañera, auténtica, que se la banca contra un quinteto de rubias y que Pamela Anderson, símbolo sexual de aquéllos, no es Nara (al lado suyo). A los 24 años ya se transformó en una ciclónica fuerza mediática que se reinventa a sí misma. Bienvenida. De nuevo.

–¿Qué significa volver al país después de tanto tiempo?
–Me gusta. Acá está mi lugar, mi gente, mi idioma. Ahora estoy más acostumbrada a vivir fuera de la Argentina, pero al principio contaba los días para volverme.

–Y desde hace cuatro años estás en el exterior.
–Viví en Rusia, Brasil e Italia. Tres lugares totalmente diferentes en clima, idioma, idiosincrasia... Pero siempre me terminé adaptando. Rusia me costó. Lo de Brasil me permitía estar cerca, al menos. Y la verdad que Italia me gusta mucho. Aprendí el idioma: Valentino (2) ya lo habla, y Constantino (cinco meses) nació allá.

–¿Siempre soñás con la vuelta definitiva?
–Todavía no lo pienso, porque es lejano... Pero lo hemos charlado con Maxi. Nos quedan unos cinco, seis años afuera.

–¿Qué es lo mejor de ser la mujer de un futbolista?
–Tiene más cosas malas que buenas. Es más fácil ver lo bueno, pero es al revés. No cualquier chica soporta vivir en otro país. Hay que sobrellevar el desarraigo y dejar tus cosas para depender de lo que haga tu pareja. No se hace fácil estar con un jugador de fútbol; por eso hay tantas separaciones.

–¿Por qué lo decís?
–Porque se entrenan mucho, concentran mucho tiempo y los fines de semana los pasás sola, cuando tus amigos están relajados.

–¿Y cómo te la bancás?
–Al principio la pasé horrible, porque estás sola. Por ejemplo en Rusia, donde todas las chicas argentinas que conocí, salvo una (Fernanda de Bracamonte), se tuvieron que volver. Nadie lo soportó; se volvían depresivas. Maxi pudo cumplir los años que tenía de contrato, pero siempre decía que mi apoyo había sido muy importante. Si no, se habría ido antes.

–¿Y vos por qué te quedaste?
–Quizás por mi personalidad. Yo era la que lo apoyaba cuando se bajoneaba y se entrenaba con temperaturas bajo cero.

–Rol de compañera a full.
–Sí. Por eso te digo que no siempre es color de rosa.

–¿Y lo bueno?
–Y... lo que ven todos: vivís en países lindos y te tratan bárbaro. Sos la esposa del delantero; lo que querés te lo consiguen. Te hacen sentir una reina. Pero lo importante es que no se te suban los humos.
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La princesa de Catania, allí donde Maxi López la rompe, revolucionó el Bailando por un sueño. Madrina del centro Amar la Vida, en General Belgrano (se ocupa de brindar asistencia y mejorar la calidad de vida a enfermos de cáncer), se presume una de las favoritas. Instalada en Argentina y ya acompañada por su marido, se reparte entre ensayos, tareas de mamá (con la inestimable ayuda de la joven abuela Nora) y apariciones de diva. De ser esposa tampoco se olvida.

–Hace poco cumpliste tres años de matrimonio. ¿Qué balance hacés?
–Positivo, obvio. Siempre fui muy pro-casamiento: a mi hermana y a Diego (Forlán) les quemé la cabeza para que dieran el paso. Igual sé que soy muy revoltosa, rebelde, caprichosa y mi personalidad no es la ideal para estar casada. No sé cómo Maxi me puede llevar; es difícil estar conmigo.

–¿Tanto?
–Sí, muy difícil. Hago siempre lo que quiero.

–Pero él te tiene paciencia.
–Sí, mucha. Es súper tranquilo, sabe controlar mis ataques de locura, me entiende. De eso se trata una pareja: del tira y afloja.

–Vos también lo bancaste a él.
–Obvio.

–¿Y siempre hiciste lo que quisiste?
–Sí, desde que nací. Todo lo consigo, pero por el camino más recto. Porque en este ambiente hay chicas que han hecho de todo... Yo no.

–¿Qué sueños te falta cumplir?
–Están como congelados, o dependen del trabajo de Maxi, porque al estar afuera... Si me hubiera quedado acá estos cuatro años no sé qué habría pasado, porque me ofrecieron tantas cosas, tantos trabajos... Cuando me fui estaba a full, llena de proyectos. Nadie podía creer que dejara todo. Ya los cumpliré... Aposté por la familia y no me arrepiento. Hoy en día dejo que Maxi se consolide. Tiene una carrera súper respetable.

–¿Por qué volviste al ruedo? Nada menos que al “Bailando”, con todo lo que genera alrededor.
–Porque es lo mío; trabajo en los medios desde que tengo tres años. Tinelli me llamaba al comienzo de cada ciclo y se me hacía difícil aceptar, porque dependo de la agenda de Maxi. Pero Marcelo hizo todo para que pudiera estar. Todo. Me puso el mejor bailarín (Pier Fritzsche) y el mejor coach (Gustavo Bertuol). Los mandó a Italia para ensayar... Fue imposible decirle que no. En Ideas del Sur también me tratan como a una reina.

–En la foto promocional te dieron un sitial de privilegio: adelante y al centro. ¿Por qué creés que te ganaste ese lugar?
–Marcelo sabe a quién pone en el centro y adelante.

–Por eso. ¿Qué tenés?
–Dicen que tengo ángel. Hay cosas que, por más que estudies, por más técnica que desarrolles, no se compran.

–¿Los celos de Maxi tenían que ver con tus negativas cuando te llamaban de Ideas?
–Sí, Maxi estaba muy bloqueado. No entendía que quisiera volver. Me decía: “No lo necesitás”. Pero yo no podría vivir sin trabajar, nunca dejé de hacerlo. No es que me quedo en mi casa, voy al spa y me vuelvo a dormir. Quería volver a los medios... y con todo.

–¡Lo hiciste!
–¡Sí, porque no paro de verme en todos lados! Tengo un imán. Por un momento llegué a pensar que nunca iba a volver, porque Maxi estaba como seguro. Pasa que, además de celoso, es antiguo de pensamiento. Para él, la mujer tiene que ser ama de casa.

–Y no es lo tuyo...
–No. Me gusta ganarme mi dinero y pagar mis cosas. Si no, me sentiría una inútil, vacía... No hacer nada de tu vida te aburre, por más palacios en los que vivas.

–De movida tuviste un cruce fuerte con Graciela Alfano.
–Es que ella quiere trascender. Me molestó que me faltara el respeto y la puse en su lugar. Eso de esconderse detrás de un teléfono y mandar cosas en Twitter me parece mediocre.

–¿Generás envidia?
–Puede ser. Si sólo sacás lo malo del otro, parecería que hablás con resentimiento y envidia. La que queda mal es ella. Alfano derrapó totalmente.

–¿Con Pamela Anderson tuviste algún inconveniente?
–Fuimos a ensayar el mismo día. Ella, por contrato, pidió no compartir cámara con una rubia. Como yo andaba por ahí y le hicieron una nota, no quiso que estuviera en el mismo plano. Y se enojó.

–Claro, se ve que no sabe que la rubia que manda acá sos vos.
–¡Obvio! ¿Sabés lo que pasa? Que cuando jugás de visitante tenés inseguridades (risas).

–Vos jamás agregarías una cláusula así.
–Jamás, porque estoy muy segura de mí misma. Poneme con cinco rubias al lado, que no tengo problemas. Te cuento: con Pamela somos vecinas de camarín. Me causa gracia: tiene un portero, gente que no deja que la saluden... La noté un poco perdida.

–¿Andás mucho por los pasillos?
–Prefiero no cruzarme con nadie, porque hay muchas que me buscan a propósito, para tener participación. Pero bueno... Por algo Marcelo me puso adelante en la foto: de adelante para atrás, que las demás hagan lo que quieran.

–Veo que no va a ser fácil sacarte de la primera fila.
–No. Pensá que hace cuatro años que vivo afuera, y cada vez que vuelvo sigo estando. Si viviera acá no sé qué sería. Quizás alguna no estaría en su lugar.

–¿Es verdad que pensaste en renunciar al “Bailando”?
–No... Lo que pasa es que me costó mucho convencer a Maxi. El realmente no quería que estuviera, y menos que la pasara mal. Encima, como Marcelo está soltero, eso es un problema.

–¿Por qué?
–Porque todos dicen que es el soltero más codiciado.

–¿Y? ¿Le preocupa que te tire los perros?
–Claro.

–Ehh... pero Marcelo tiene códigos...
–Ponele que sí.

–Tu camarín está entre el de Pamela y...
–Y el de Tinelli.

–¿Ves? Eso no le molestó a Maxi.
–¡El no lo sabe! Se va a enterar cuando lea esto.

–Pero todo bien con Marcelo...
–Pasa que es como un sex symbol.

–¿Y vos te sentís el máximo sex symbol?
–Ay, no sé...

–¿La Pamela Anderson nacional?
–¡Soy más que Pamela Anderson! A ella le falta un poco de... algo. No es sólo tener una cara bonita, porque la belleza en un momento se cae... Hay que tener otra cosa para ser atractiva: la frescura, la simpatía, la actitud. Eso no se compra ni se arregla con cirugías. Y hace la diferencia.

–¿Vos hacés la diferencia?
–Sí, con eso. Digo lo que pienso, sin filtro ni frases armadas. Te puede gustar o no, pero soy así. Como me ves. Ella se muestra tal como es en el dormitorio de su casa, en Nordelta. “No tengo un discurso armado, como otras”, enfatiza la blonda.

Ella se muestra tal como es en el dormitorio de su casa, en Nordelta. “No tengo un discurso armado, como otras”, enfatiza la blonda.

“Soy revoltosa, rebelde, caprichosa  y mi personalidad no es la ideal para estar casada. No sé cómo Maxi me puede llevar; es difícil estar conmigo”

“Soy revoltosa, rebelde, caprichosa y mi personalidad no es la ideal para estar casada. No sé cómo Maxi me puede llevar; es difícil estar conmigo”

“Alfano derrapó totalmente, quiere trascender. Me molestó que me faltara el respeto y la puse en su lugar. Eso de esconderse detrás de Twitter me parece mediocre”

“Alfano derrapó totalmente, quiere trascender. Me molestó que me faltara el respeto y la puse en su lugar. Eso de esconderse detrás de Twitter me parece mediocre”

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