Es argentino pero domina el berimbau (tradicional instrumento de percusión del Norte brasileño) como los mejores nativos. Nació en La Plata, creció en Bahía Blanca y desde los 18 vive en Brasil. Levanta el teléfono desde su casa en Pituba, un barrio residencial de Salvador de Bahía y dice en español con acento portugués: “Iba a estudiar música en Berkeley, Estados Unidos, pero elegí un camino más raro. ¡Por suerte!”. Un camino que lo llevó directo al Pelourinho, el alma misma de la música afro-brasileña, para perfeccionar su pasión por la percusión. “Fue mi mejor universidad”, cuenta. Tocó con Caetano Veloso, Gilberto Gil y Paralamas, formó su propia banda y este 2005 hasta desembarcó en Japón y Francia con su disco Sudaka (Los años luz), el mismo trabajo que presentará este viernes en La Trastienda. “Una buena mezcla de ritmos brasileños, música andina, urbana, afro y electrónica”, sintetiza el recientemente separado padre de Victoria (20) y de los mellizos Natalia (7) y Vinicius (por de Moraes, obvio). “Quizá soy el más brasileño de los músicos argentinos”, completa su presentación.
–¿Así que llegó hasta Japón con su berimbau, Musotto?
–Fue increíble. Hice tres funciones en Tokio. Los japoneses son fanáticos de la música sudamericana. Escuchan Spinetta, Samalea, de todo. En el recital vendían remeras con mi cara por sesenta dólares.
–De Japón a Fútbol de Primera sin escalas… ¿Lo emociona?
–Claro. Soy fanático de Estudiantes. Mi hijo es del Fluminense. Todos los días le digo que Maradona fue el más grande, pero él insiste con Pelé. Quiero que entienda que Pelé es el principito y Maradona el bad boy, el rebelde, el honesto, el mejor.
–¿Y con los músicos argentinos?
–Grabé con varios: Pedro Aznar, Fernando Samalea, Diego Frenkel. La música sudamericana es un verdadero boom en el mundo. En Europa están muy abiertos a estos ritmos, sonidos y sensibilidades diferentes.
–Domina tanto el berimbau como los sonidos electrónicos. ¿Cómo define esa fusión?
–Es que la percusión, lo étnico y lo afro, tienen bastante en común con el drum & bass, el tecno. Están unidos por su carácter hipnótico, por la danza y por cierto trance que provocan.
–¿Y ahora en qué anda?
–Participé en Incité, el disco de Lenine que acaba de ganar un Grammy a Mejor Album Pop Brasileño. Produje el nuevo álbum de Daniela Mercury, Balé mulato, y estoy preparando mi próximo trabajo. Esta gira es la despedida de Sudaka.
“La música sudamericana es un verdadero boom en el mundo. En Europa están muy abiertos a estos ritmos, sonidos y sensibilidades diferentes”.
