Pone el cuerpo. Siempre pone el cuerpo. En las buenas y en las malas. Así es Facundo Arana (36). El Facundo Arana que suma rating y éxito cada vez que decide sumarse a la competitiva televisión nacional. Y también así es el Facundo Arana al que la vida le acerca las mismas vicisitudes –alegres, por momentos; tristes, por otros– que a cualquier mortal. “Fundaleu es un cuento y una película de mi propia vida" –sostiene el actor, en el primer piso de Roberto M. Ortiz 1861, después de lanzar la campaña Ayúdanos en la lucha contra la leucemia, a cargo, justamente, de la Fundación para Combatir La Leucemia (a la que él representa), y junto a Farmacity, con una prerrogativa clarita: las personas que compren productos en cualquiera de los 110 locales de la firma pueden contribuir redondeando el monto de su ticket de compra o adquiriendo un bono de un peso, participando –además– de un sorteo por un LCD de 42 pulgadas. “Lo recaudado será destinado a la investigación, información, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades oncológicas de la sangre”, puntualiza Arana a GENTE.
–Si hoy miro para atrás y me acuerdo de lo que significó ir a Fundaleu en la época en que lo necesité por mi salud, no hubiese ni soñado que tiempo después podía llegar a convertirme en su cara visible.
–¿Sos un símbolo de esperanza o un modelo a seguir?
–Soy alguien que puede decir que si uno va una vez al año a revisarse, se puede vivir. Cada persona tiene la posibilidad de prevenir. Falta concientización. No es algo que me individualice. Todos somos jugadores del mismo partido. El enfermo tiene que saber que se puede curar y el sano, tomando las cosas con tiempo, se puede salvar. De esta manera estamos ayudando a todo el mundo: informamos a los que tienen leucemia, a los que no y a los que podrían tener. Ahora dejó de ser un tema mortal. Si uno va al médico a tiempo y se hace un análisis, se salva. Somos muchos los que trabajamos en los medios y si podemos decir o ayudar en algo a los demás, debemos hacerlo.
–La idea de viajar por el planeta en avión para ayudar a la gente, ¿sigue en pie?
–Sí, aunque con la crisis se complicó. Es un proyecto caro y no sabemos con qué mundo nos vamos a encontrar a la vuelta. La crisis es un problema global. Pensábamos arrancar por Canadá y cruzar para el este, pero no sé si será posible. Si salimos y no llegamos a cumplir con el objetivo, va a ser un bajón. Por eso, preferimos esperar al momento indicado.
–¿Qué piensa María (Susini, 31, su esposa) sobre esta iniciativa?
–Está encantada. Cuando nos conocimos tal proyecto era tan sólo un sueño girando y ella se sumó con muchas ganas. Me acompaña en todo lo que hago y proyecto.
–¿Cómo están ustedes tras la pérdida del embarazo de su segundo hijo?
–Nuestro bebé no se perdió. Son tantas las cosas buenas que traía, que tendrá que hacer dos viajes. En cualquier momento estará de vuelta. Hay cosas sobre las que me cuesta mucho hablar; ésta es una de ellas. Se me hace un nudo en la espalda. No me gusta tocar el tema pero, en fin, acá estoy haciéndolo. Lo bueno que tengo para decirte es que India (10 meses) nos cambio la vida. Antes era tan sólo Facundo y ahora soy un Facundo mejor.
–¿Te gustaría que ella herede el espíritu de solidaridad que cultivan ustedes?
–Seguro, de la misma manera que me gustaría que lo tuviéramos todo, como sociedad. Esto se hace entre todos. Antes de ser papá lo hacía porque me parecía que estaba bueno usar mi tiempo, mi energía y el mejor momento de mi vida para poder informar a la gente. Ahora, sé para quién hacerlo. 
María Susini y Facundo Arana a la vera del río San Antonio y en Capital Federal, respectivamente. Ambos siguen viviendo, con la pequeña India, de diez meses, en Nordelta.
Facundo en Fundaleu, la fundación para combatir la leucemia.
Hilera superior, desde la izquierda: Gustavo Anselmi (gerente de relaciones institucionales de Farmacity), Arana, Víctor Savanti (presidente de Fundaleu) y Marcelo Devoto (vicepresidente). Inferior: Pancho Ibáñez, Anzoátegui y los doctores Juliana Martínez Rolón y Miguel Pavlovsky.
