El cuarto está iluminado por una lámpara que despide una luz casi anaranjada. La cámara apunta a cualquier lado, se mueve. Chachi, la chica que bailaba danzas clásicas en Rafaela –esa que se fue a triunfar a Buenos Aires sin el consentimiento de su padre, Alberto Telesco, concejal en su pueblo– tiene los soquetes puestos y hace el amor con Sebastián, su novio. En la pensión de Boedo hace calor, corre febrero de 2006. Y Chachi –que es profesora de Danzas y Arte Contemporáneo– se va a hacer popular, muy popular, por el video que reproduce ese momento íntimo una y otra vez. En Google, su nombre –Chachi Telesco– ofrece cerca de 90 mil menciones. “Cuando era chica, soñaba con saltar a la fama. Ahora tengo una fama amarilla, no la fama que quería. ¿Sabés qué aprendí? La idea no era dar un salto a la fama, sino construir un camino”, explica María Fernanda Telesco (22), Chachi.
REC. María Fernanda estudió Danzas Clásicas durante once años, es instructora de yoga, cantante, bailarina y también se anima a actuar. Siempre quiso vivir en Buenos Aires para perfeccionar su carrera de bailarina, pero su padre Alberto Telesco, nunca se lo permitió. “A los 19 años le mentí: dije que tenía un trabajo en Buenos Aires y me fui a hacer masajes a Punta del Este. No me importaba nada. Toqué las puertas de todas las chacras, me hice amiga de las señoras chetas y les cobraba 60 dólares por masaje. A veces no tenía para comer o dormía en la playa pero me di cuenta que, si me lo proponía, podía conseguir cualquier cosa”, cuenta la chica.
Con la plata de ese verano, Chachi alquiló una pensión en Boedo y empezó a probar suerte. Vivió de los masajes, del yoga, entró a algunas agencias de modelo de poco nombre. “Duré poco porque los dueños eran hombres y siempre tenías que pagar ‘un peaje’”– y un día le llegó la posibilidad de presentarse al casting de High School Musical, la oportunidad de demostrar todo lo que había estudiado en un sólo formato: la comedia musical. Pasó prueba por prueba, hasta que de la boca de Marcelo Tinelli supo que estaba entre los mejores 20 de 26 mil. Era finalista de High School Musical. Pero ahí estaba el fantasma del video, dando vueltas en Rafaela y –a partir de octubre– en la web. No había manera de frenarlo.
–Cuando te anotaste en el casting de High School sabías que esto iba a saltar…
–Era una posibilidad, pero con mi representante dijimos: “Vamos para adelante”. Yo no podía bajarme del sueño antes de subir. Hicimos todo lo posible para que no saltara. Lo chequeábamos en Internet cada día. El domingo a las nueve de la mañana, antes de la emisión del programa que condujeron Suar y Tinelli, nadie lo había subido. Pero el miércoles apareció.
–¿Y cómo saltó a la luz algo tan íntimo?
–Por un error increíble. El video lo hice en febrero del año pasado, con mi novio, Sebastián. Yo le había mandado un disco con fotos mías a mi papá para que me hiciera un compilado para mi cumpleaños. Aunque no lo creas, en ese disco también estaba el video. Papá lo guardó en la computadora personal, pero en mayo de 2006 cayó en manos de Hernán, un primo que vivía en mi casa.
–¿Tu primo fue el que comenzó con todo?
–Sí, él lo llevó a su trabajo, grabó varios cds y los vendía a 50 pesos en Rafaela. Circuló allá hasta que en octubre alguien lo subió a Internet.
–¿Qué dijeron tus padres?
–Mis padres no comparten que haya filmado un video teniendo relaciones con mi novio. Ellos son de otra época, nunca estarían de acuerdo con algo así. Mamá –Silvia–, me gritaba: “¡Cómo hiciste eso!”. Cuando mi primo se enteró la que se venía, hizo los bolsos y desapareció.
–¿Tenés miedo de que puedan aparecer más videos?
–No, que no busquen porque en octubre rompí cualquier foto comprometedora. Te causa tanta paranoia que rompí todo y no uso más mi cámara digital. Eran recuerdos que quería tener, pero no me importó.
–Una de las versiones decía que era la despedida de la pareja…
–El video lo grabamos en lo mejor de la relación. Sebas fue mi primer novio en serio. Teníamos fascinación de estar juntos. Queríamos guardar un momento. Nos sacábamos fotos en todos lados. Cuando se fue a los Estados Unidos se quería llevar el video porque era lo más íntimo que teníamos. Filmábamos hasta cuando tomábamos mate.
–¿Vas a explotar esta fama que te dio el video?
–No, estoy triste, devastada… Soñaba con saltar a la fama pero no de esta manera. Te puedo asegurar que mi trabajo va a ir totalmente en contra de esto que se vio porque lo mío es el arte. No haría fotos para Playboy. Ojalá los que me vieron en High School me llamen para trabajar. En cambio, los que se quedaron con la otra Chachi, les aclaro: nunca voy a trabajar en algo que tenga que ver con lo erótico y lo pornográfico.
STOP. María Fernanda habló durante más de noventa minutos sin parar y deja su última frase. “Yo me hago cargo de la estupidez que fue no cuidar algo tan íntimo, pero no tengo por qué dar explicaciones. Uno hace lo que quiere dentro de cuatro paredes, yo no le hice mal a nadie. ¿Quién puede juzgarme? Ya le pedí perdón a mi familia. Lo que me reprocho es el despiste, no tomar dimensión de hasta dónde podía llegar un video casero”, dice Chachi, la chica que llegó hace cinco años desde Rafaela para hacerse famosa. 
“Mi trabajo va a ir totalmente en contra de lo que se vio: lo mío es el arte. Nunca voy a hacer algo que tenga que ver con lo erótico o lo pornográfico”, dice Chachi quien comprende que la hayan aparado de High School frente al escándalo.
“Ahora tengo una fama amarilla, no la fama que quería. ¿Sabés qué aprendí? La idea no era ser famosa de un día para otro, sino construir un camino”.
Con Sebastián, el ex novio de Chachi con quien apareció en el comentado video, cortaron hace nueve meses después de un año y medio de relación. Ella mide 1,65 y tiene medidas perfectas: 90–58–90.
