“Somos una pareja perfecta como Barbie y Ken” – GENTE Online
 

“Somos una pareja perfecta como Barbie y Ken”

Actualidad
Actualidad

Aunque ella le lleva un poco más de veinte años, parecen siameses. Siempre juntos. Mañana, tarde, noche y trasnoche. Siempre sonriendo. Como si el mundo fuera un paraíso perpetuo. Siempre aludiendo (o confesando abiertamente) lo que pasa en la cama. Graciela Alfano, (“Cincuenta y pico: la edad de una mujer jamás debe ser revelada”), y Matías Alé (29) se conocieron en el 99, cuando él la entrevistó para el programa de Georgina Barbarossa. Y le dijo: “Yo soy tu fan total, y vos, mi diva total”. Ocho años después, viven en un departamento de Recoleta, en el 2004 se casaron en Cuba –ceremonia nativa, pagana, salvaje…–, y hasta comparten el mismo celular… ¡con mensaje grabado a dúo! No es todo. En Bailando por un sueño, Grace es jurado, y Mati tiene como soñadora a la jujeña Gisela Bernal. ¿Trabajar separados? En lo posible… ¡¡¡jamás!!! Tanto, que en las vacaciones de invierno retozarán en el Tabarís con una obra de título y signo inequívocos: Cualquier gato callejero tiene una vida sexual más sana que la nuestra, dirigida por Gerardo Sofovich. Y esto dicen. De aquí en adelante, se recomienda ajustarse los cinturones. Puritanos, abstenerse. Y respetar el horario de protección al menor.

–Graciela, ¿es difícil juzgar a Matías, tu pareja, en Bailando por un sueño? ¿Podés ser objetiva?
–Es un compromiso, sí. Pero todos los desafíos de la vida los tomo con humor. La propuesta de Tinelli –ponernos en esos roles– me pareció muy inteligente, y enseguida pude liberarme del rol protector que tengo siempre…

–¿Por qué?
–Porque Matías sorprendió a todos con su carisma. Gerardo le pidió que bajara las revoluciones, ¡y hasta Moria le dijo que era una estrella! Matías ya no me necesita: tiene luz propia, y puede brillar solo.
Matías: Al principio dudamos en aceptar, pero finalmente pensamos que era un lindo proyecto para seguir avanzando juntos. Cada coreografía se la dedico a ella…

–¿Dejaste de ser un apéndice de Graciela?
Matías: Pará… Nunca me sentí así. Nuestra idea, desde el principio, fue crecer juntos. Antes, muchos sólo me veían como la pareja de Graciela, pero ahora me aceptan. Tengo identidad propia. En la página web de Ideas del Sur hay un link para que la gente me mande chistes, y un día, en menos de dos horas… ¡llegaron más de mil mails desde todo el país! Pero ojo: no me la creo. No me siento una estrella….
Graciela: Matías sigue teniendo la misma luz, y ahora le dio a la televisión el humor inocente. Es muy puro, y me alegro de su éxito. Me gusta tener un hombre que esté a mi altura en la vida privada y en la popularidad artística. Somos una pareja perfecta, como Barbie y Ken, o como Demi Moore y Ashton Kutcher …

–¿No hay celos profesionales?
Graciela: El primer día que bailó, en casa había más de sesenta mensajes para él en el contestador. Casi me agarra un ataque de diva, de narcisismo total, de superyó… Tanto, que abrí el ropero, me puse unas pieles e improvisé una comedia en la que era una gran diva.

–¿Cómo reaccionás cuando a tu mujer le dan ataques de divismo, Matías?
–Ella, en mi casa, es un sol, un dulce de leche. Los dos desdramatizamos la vida con humor, y ella me ayuda a bajar a tierra. Cuando me rompí un ligamento y un menisco, caí en un pozo de tristeza, pero ella me contuvo. Es única…

–Algunos siguen diciendo que sos un mantenido. ¿Qué les contestás?
–Que nunca lo fui. Pueden pensar eso, pero es falso. Soy administrador de empresas. Manejo firmas que eran de mi padre y soy piloto comercial de avión y de helicóptero. Podría vivir de eso, pero me gusta actuar.

–¿Sus vidas cambiaron mucho?
Matías: Sí. Marcelo me dio una nueva vida. Me llamaron de Fox Sports para conducir un programa, Valeria Lynch me ofreció hacer un infantil, Nora Cárpena y Guillermo Bredeston nos escribieron una obra de teatro, y también me llamaron para hacer programas de humor en televisión y en radio. Graciela, con su experiencia, me ayuda a considerar las ofertas…

–¿No te estás sobrevaluando demasiado?
–No… Alfredo Casero, Juan Carlos Calabró, Enrique Pinti, Julio Bocca… y Helena, mi madre, me dicen que se divierten mucho conmigo. Por eso, con Graciela, ¡pusimos una estampita de Marcelo con la bandera de San Lorenzo en cada rincón de la casa!
Graciela: Es cierto. Y el éxito de Matías nos ayudó, porque nivelamos nuestro narcisismo. En el sexo y en la vida…

–¿Qué es nivelar el narcisismo en el sexo?
Graciela: Olvidarnos de nuestros egos.

–¿Cuál fue el lugar más extraño donde tuvieron sexo?
Matías: En el cementerio que yo administro, y que era de mi papá. Una noche fui a buscar unos papeles, ella me acompañó, y lo hicimos en la oficina…
Graciela: Siempre estamos innovando. Tenemos pasión por la vida y por el amor. Somos como un tango… Justamente, vamos a empezar a tomar clases juntos porque el tango es pasión y sexo.

–¿Es cierto que pasan algunos fines de semana en un albergue transitorio?
Matías: Claro… Todo el tiempo inventamos juegos para mantener vivas la seducción y la pasión. A veces, de noche, la dejo sola en los bosques de Palermo, doy una gran vuelta con el auto, y trato de levantarla. O vamos a un bar, nos sentamos en mesas separadas, nos miramos, ella abre las piernas, y después de entrar en calor, nos vamos al telo...
Graciela: Y en el telo, hasta comemos… Nuestra relación es carnal, pasional, sexual, pero también muy espiritual.

–En la tele, José María Listorti te besó, y Matías besó a la novia de él. Mucha gente se pregunta si son swingers… Graciela: No, el swinger es sólo una parte de nuestras fantasías.
Matías
: Cuando apenas nos rozamos los cuerpos, ya tenemos ganas de hacer el amor. Además, para eso no necesitamos más gente, porque nos quedan muchas cosas por probar entre los dos.
Graciela: El otro día puse un caño en la habitación. ¡Un mamarracho! Agarré un balde con arena, le clavé el caño, pero no pude colgarme. Sin embargo, los dos jugamos alrededor. Porque en cuestiones de sexo, ¡siempre vamos por más!

–¿Son adictos a los sex shops?
Graciela: Adictos no. Pero nos divierte ir juntos a un sex shop y comprarnos ropa sexy. Matías ya se puso el elefantito, la tanga, y muchas cosas más…
Matías: Cuanto vas conociendo a tu pareja, más juegos te permitís… Es divertido, está muy bueno.
Graciela: Y no sólo compramos lencería. También otras cosas... Cuando entramos, nos tentamos con todo…

–¿Qué cosas?
–Cosas. Punto. Y las usamos. Porque en el sexo nos permitimos absolutamente todo lo que nos hace bien, pero siempre respetando al otro. Castrar a una de las partes de la pareja no sirve para nada. Por eso nos expresamos. Somos eróticos por naturaleza. Cuando empecé esta relación me sentía una profesora sex, pero ahora quiero aprender, y disfrutar de la libertad y la igualdad que el tiempo nos dio.

–¿Hacen terapia de pareja?
Matías: No. Hacemos terapia entre nosotros. El séptimo año juntos fue muy difícil, pero le pusimos el pecho para que la relación siguiera. Apostamos a la relación, y ganamos.
Graciela: Muchas veces nos usamos como espejo, uno con otro, para vernos profundamente. En ocasiones, Matías fue padre mío, yo madre de él, y vamos rotando. Nuestra pareja es como una gran montaña rusa. Los dos miramos el mundo de una manera inocente, y nos elegimos todos los días.

–Ahora ¿me contás un chiste sobre Graciela?
Matías: Okey. Primer acto: Graciela fea.
Segundo acto: Graciela descuidada.
Tercer acto: Graciela mala. ¿Cómo se llama la obra? ¡Misión Imposible!
–Hummm… Gracias.

Esta semana, en Bailando por un sueño, Matías Alé se le atreverá a la milonga. Graciela lo vio tan sensual que decidió tomar clases de tango junto a él.

Esta semana, en Bailando por un sueño, Matías Alé se le atreverá a la milonga. Graciela lo vio tan sensual que decidió tomar clases de tango junto a él.

“<i>El primer día en que bailó, en casa había más de sesenta mensajes para él en el contestador. Casi me agarra un ataque de diva, de narcisismo total, de superyó…</i>”.

El primer día en que bailó, en casa había más de sesenta mensajes para él en el contestador. Casi me agarra un ataque de diva, de narcisismo total, de superyó…”.

Creó un personaje multifacético. Se hizo popular. Ante cada desafío “<i>impongo mi histrionismo</i>”, dice.

Creó un personaje multifacético. Se hizo popular. Ante cada desafío “impongo mi histrionismo”, dice.

Más información en Gente

 

Más Revista Gente

 

Vínculo copiado al portapapeles.

3/9

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipisicing elit.

Ant Sig