“Somos grandes compañeros, dentro y fuera de la cancha” – GENTE Online
 

“Somos grandes compañeros, dentro y fuera de la cancha”

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El final los tuvo como protagonistas excluyentes. En el momento clave, cuando Cleveland Cavaliers amenazaba con dar vuelta la historia, aparecieron ellos, como dos superhéroes made in Argentina. Emanuel Ginóbili (29) y Fabricio Oberto (32) convirtieron 18 de los 23 puntos del último cuarto para que San Antonio Spurs consiguiera el cuarto anillo de su historia. El tercero para el bahiense, el primero para el cordobés. Por eso, el abrazo y las lágrimas del final con la bandera argentina en alto el jueves por la noche en Cleveland, Ohio. Y para que a nadie le quedaran dudas del origen de estos dos jugadores, el domingo, en el river parade –los festejos del título y ante 300 mil personas–, colgaron la celeste y blanca en la punta del barco que los paseó por el río San Antonio.

No hay dudas de que tanto Manu como Fab fueron claves en la conquista de este nuevo anillo –aseguró el rara vez sonriente Gregg Popovich, entrenador del campeón–. Siempre dije que tenía mucha suerte de poder dirigir a Ginóbili, y ahora debo decir lo mismo de Oberto. Y en homenaje a ellos, la próxima vez, si no me convidan con un vino argentino, no doy más entrevistas”.

¿Por qué tanta euforia en San Antonio? No sólo porque es el tercer campeonato en cinco años y pone a los Spurs en la senda de los míticos Lakers de Los Angeles de los 80 y de los Chicago Bulls de los 90. También, porque de una pequeña ciudad texana, en la que se habla casi más español que inglés, un equipo con fuerte presencia extranjera (desde el serbio DT a Tony Parker –francés–, Tim Duncan –de las Islas Vírgenes–, Beno Udrich –esloveno–, Francisco Elson –belga– y los dos argentinos) derrotó a Cleveland y, sobre todo, a su gran estrella LeBron James, a quien los medios norteamericanos y los principales sponsors sueñan con consagrar como el Michael Jordan del siglo XXI.

PALABRA DE MANU. Este título tiene un valor especial, porque es el primero de Oberto”, fue el primer comentario que hizo el veterano Emmanuel Ginóbili (cinco temporadas y tres títulos en la NBA) al referirse al nuevo logro de San Antonio. “No hay dudas de que Fabricio se ganó el cariño y el respeto de todos. Si bien el primer año le costó un poco –porque hay que adaptarse a un sistema diferente al de Europa–, fue muy constante y así se ganó la titularidad. Además, desde que estamos juntos ganamos muchas cosas importantes: no olvidemos que en el 2004 nos consagramos campeones olímpicos en Atenas”.

–¿Cómo viviste esta nueva celebración?
–Traté de disfrutarla al máximo, porque no todos los días se sale campeón de la NBA. Pero como siempre, lo que más me gustó fue la fiesta que se hace por el río. Es una de las cosas más bonitas en la vida de un jugador.

–Además de Oberto, en el barco estuvo toda tu familia: tus padres, tus hermanos y tu señora. ¿Eso tiene un valor agregado?
–Sí, es muy lindo, porque podés compartir esa alegría con tus afectos, con las personas que durante todo el año casi ni ves. En estos tres o cuatro días pasé mucho tiempo con ellos. Mis viejos se quedaron en mi casa de Stone Oak, y papá hizo sus clásicos asados “americanos”. Pero reconozco que recién los pude disfrutar cuando conseguimos el título.

–¿Es verdad que antes de ganar el título pasabas por la parrilla, picabas algo y te ibas a dormir la siesta?
–Sí, aunque resulte medio antipático, ¡está prohibido que me interrumpan la siesta! (risas). Es que jugar la final es una oportunidad única, que a lo mejor no se repite nunca más, y entonces uno vive bajo una tensión enorme. Por eso veía a mi familia de vez en cuando. Por ahí, un rato los días que no había partido compartíamos una cena, pero no más que eso.

–¿Y cómo te aguanta Marianela, tu señora?
–En ese sentido, tengo que aclarar que Many (26) es una mujer excepcional, muy importante en todo lo que conseguí en mi carrera. La verdad, tuve mucha suerte en haberme casado con ella. Es un constante apoyo anímico, sentimental y psicológico para mí. Cuando algo anda mal o me molesta, ella siempre calma la situación.

–¿Están pensando en agrandar la familia?
–Es algo que lo estamos hablando mucho... Y no digo ya, pero estoy teniendo ganas de ser padre. Me siento más preparado para serlo. Lo vine postergando hasta ahora, pero es como que se me acerca ese gran momento.

PALABRA DE FABRI. Con Manu en el equipo todo es mucho más fácil”, asegura Oberto, quien a los 32 años se dio uno de los gustos más grandes de su vida: conseguir un título en la NBA. Y el hombre que nació en Las Varillas, Córdoba, tiene sólo palabras de agradecimiento para Ginóbili. “Es muy bueno tener un amigo en el club, porque se te hace mucho más fácil el tema de la adaptación, sin olvidar que fue Manu quien me recomendó a Popovich. Además, es un flor de compañero, un tipo increíble, con el que estamos juntos desde hace una punta de años, desde el seleccionado juvenil”.

–Además, los triunfos más importantes de tu carrera, como la medalla dorada de los Juegos Olímpicos y este título, los consiguieron siendo compañeros de equipo. ¿Cuál es la receta?
–Llevarnos bien dentro y fuera de la cancha. Y fue así que juntos ganamos todo lo que un jugador de básquet puede soñar.

–¿Sabías que en Las Varillas se puso una pantalla gigante para seguir tu consagración?
–Sí, me lo contaron mis amigos y mis familiares. Se juntaron todos en Huracán, el club donde me inicié, mis amigos, los familiares que no pudieron venir y los chicos de la escuelita de básquet que lleva mi nombre.

–¿Cómo festejaste tu primer anillo?
–Con mucha alegría. Traté de no perderme nada, ni el día de la final ni el domingo, cuando hicimos el paseo en el barco con nuestra familia. No sé si voy a tener la oportunidad de volver a ganar un título en la NBA, y por eso me quise llevar un lindo recuerdo. Es más: creo que ya hice un documental con mi cámara de fotos y mi filmadora.

–¿Cuánto tiene que ver el apoyo de tu señora en todo esto?
–Siempre dije que Lorena (27) es fundamental en mi vida. Por eso ahora sólo pienso en las vacaciones, para poder dedicarle más tiempo a ella y a Julia, mi hija de dos años. Sin su paciencia y contención, nada de esto habría sido posible.

Fabri le muestra a Manu una foto que sacó con su celular en el micro hacia el Quicken Loans Arena. La gloria ya estaba cerca. Horas después derrotarían a Cleveland.

Fabri le muestra a Manu una foto que sacó con su celular en el micro hacia el Quicken Loans Arena. La gloria ya estaba cerca. Horas después derrotarían a Cleveland.

Fabricio Oberto (cordobés de Las Varillas, 32 años, 2,08 de altura) y Manu Ginóbili (29 años, de Bahía Blanca, 1,98 de estatura), con el trofeo y nuestra bandera. Ya son ídolos indiscutidos en los Estados Unidos.

Fabricio Oberto (cordobés de Las Varillas, 32 años, 2,08 de altura) y Manu Ginóbili (29 años, de Bahía Blanca, 1,98 de estatura), con el trofeo y nuestra bandera. Ya son ídolos indiscutidos en los Estados Unidos.

Tony Parker (25) con sus trofeos: la copa de los Spurs como equipo campeón de la NBA, la que se llevó por ser el mejor jugador de las finales, y Eva Longoria (32), la actriz de Desperate Housewives con quien se casará el 7 de julio.

Tony Parker (25) con sus trofeos: la copa de los Spurs como equipo campeón de la NBA, la que se llevó por ser el mejor jugador de las finales, y Eva Longoria (32), la actriz de Desperate Housewives con quien se casará el 7 de julio.

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