Casi como una premonición, dos ingleses se refirieron a la Argentina antes
del sorteo. En la ciudad surcoreana de Pusan, uno se encontraba ansioso ante la
oportunidad de revancha, el otro, temeroso por el poderío de nuestra
selección.
"Me encantaría tener la chance de jugar nuevamente contra los
argentinos por obvias razones. Es una gran oportunidad para borrar el fantasma
del ‘98", disparó David Beckham, figura excluyente del equipo
inglés, e integrante del conjunto que la selección argentina eliminó por
penales en los octavos de final de la última edición de la Copa del Mundo.
"David –en referencia a Beckham- ruega por enfrentar a la
Argentina en alguna instancia. Mi deseo es que sus plegarias no sean tan
fuertes", expresó con respeto Adam Crozier, director ejecutivo de la Football
Association's de Inglaterra.
Tras el sorteo, el ansia de revancha y el temor a la derrota se amalgamaron
para conformar la expectativa de los simpatizantes ingleses. "Socorro,
tenemos a la Argentina", tituló el diario británico The
Independent on Sunday. "Lloren por nosotros, es Argentina",
bromeó The Independent. "Este grupo es nuestra peor
pesadilla", señaló Sunday People. "Nada que celebrar:
no podía haber sido peor", dijo el Sunday Telegrahp. Mientras que The
Times, haciendo referencia a todos los rivales de la zona, propone una "Terapia
de grupo para Eriksson" el técnico sueco del seleccionado inglés. El
propio Eriksson también aseguró que "es el grupo más difícil, no
existen dudas acerca de ello." Y agregó una preocupante aclaración: "Tendremos
que estar muy bien preparados si queremos que nuestra Copa del Mundo se extienda
más allá de tres partidos. Esperemos tener más suerte en el campeonato
que en el sorteo."
El bautizado "grupo de la muerte" está conformado por
Argentina, Inglaterra, Nigeria y Suecia. Pero el rival que más preocupa a los
británicos es, sin dudas, aquel que hiciera las veces de verdugo de la corona
en los mundiales de 1986 y 1998. En cualquiera de sus formatos, -"mano de
Dios", obra maestra del gol en la historia de los mundiales, o ruleta de
penales-, el recuerdo del dolor propinado por los equipos argentinos es un peso
muy difícil de soportar para los creadores de este deporte. A tal punto que, The
Times, estimó que "un empate sería lo máximo que Inglaterra puede
esperar".
Por otra parte, la conformación de los grupos también sirve para dejar
tranquilo al técnico brasileño Scolari, que antes del sorteo había
pronosticado que estaría "más viciado que el bingo de Río Grande do
Sul". De modo que ahora podrá dedicarse a elevar el nivel de juego de
su equipo sin temores, puesto que en su zona tendrá que medirse ante los
accesibles equipos de China, Costa Rica y Turquía. Y tendrá una buena
oportunidad para demostrar en la cancha aquello que dijo al respecto de que no
se lo tenga en cuenta a Brasil como candidato: "Ojalá que no se den
cuenta de lo que somos los brasileños en un Mundial. Ojalá que ignoren la
historia, ésa que dice que nosotros nunca los jugamos solamente, sino que
generalmente los ganamos".
La suerte ya está echada. A partir del 31 de mayo el pasaporte hacia las
fases finales comenzará a decidirse. No será tiempo de declaraciones. No
servirán de nada ni la prudencia y el respeto ingleses, ni el orgullo y la
charlatanería del técnico brasileño. Cuando el balón comience a rodar, los
equipos deberán hacer algo que con las palabras nunca se obtiene. Deberán
vencer a sus rivales.
Las autoridades del comité organizativo, junto a los principales representantes de la FIFA durante el sorteo de los grupos.
