«Siento que Dios me dio demasiado» – GENTE Online
 

"Siento que Dios me dio demasiado"

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"En 48 horas la vida me dio dos regalos inesperados. El primero, la medalla de
oro en Atenas, y el segundo, el reconocimiento de Diego en la cancha de Boca.
Todavía no lo puedo creer…"
Emocionado, con los ojos bien abiertos como buscando
un centro en el área, Carlos Tevez asegura: "Todavía no caí. Todo esto es muy
fuerte. Haber ganado la medalla, ser el goleador del equipo, volver a la
Argentina y sentir el cariño de toda la gente, el recibimiento en la cancha de
Boca, lo del Diego, siento que Dios, a mis 20 años, me está dando demasiado
".


-¿Carlos, alguna vez le pediste a Dios esas cosas o jamás imaginaste que te
podían llegar a pasar?
-Trato de no pedirle nada sino de agradecerle. Cuando gané la Copa Libertadores
con Boca, le recé y le agradecí mucho porque pensaba que era lo mejor que me
podía dar la vida. Pero ahora me doy cuenta de que esta medalla es algo que no
tiene precio y que no se compara con nada. Porque si bien Boca es mi pasión y mi
vida, salir campeón con la camiseta argentina es lo máximo que le puede pasar a
un jugador.

-¿Y qué sentiste al entrar a la cancha y darte cuenta de que te estaba esperando
Maradona con una plaqueta en la mano?
-¡Fue una emoción muy grande! ¡Cuando me dijeron que Diego me iba a entregar una
plaqueta, no lo podía creer! Pensé que me estaban cargando. Y cuando entré y lo
vi, me temblaron las piernas. Porque Diego es y será el máximo ídolo que dio el
fútbol mundial. Nunca nadie lo va a poder igualar.

-Cuando entraste, se abrazaron y se vio que le decías algo al oído. ¿Qué fue lo
que le dijiste?
-Que era un orgullo para mí que él esté homenajeándome por el título que
conseguimos en Atenas, y que le había traído la camiseta de la Selección.
También le dije que me alegraba mucho de verlo bien, contento y en la cancha de
Boca, porque yo sufrí mucho cuando lo vi internado en la clínica.

-Y después vino el piquito, un clásico del Diez…
-Fue muy lindo porque sé que él tiene ese gesto sólo con las personas que
aprecia mucho. Para mí fue como el beso que le da un padre a un hijo.

-¿Qué pensás hoy, cuando abrís los diarios y leés que, en muchos países del
mundo, te comparan justamente con Maradona?
-¿En serio? Yo no me entero porque casi no leo los diarios (risas) Creo que eso
es una exageración, una tontería. ¡Nunca va a existir otro jugador como Maradona!
De todos modos, es un orgullo que muchos crean que puedo llegar a parecerme en
algo a un jugador tan grande como él.

-Pero en algunas cosas te estás pareciendo un poco. Primero, siendo la estrella
de Boca, y ahora, consagrándote en la Selección.
-Sí, eso es lo que más nos une a los dos. Por eso siento que este título es tan
importante, porque en Boca ya había demostrado todo lo que podía dar y me di el
gusto de participar en una vuelta olímpica. Y en la Selección me faltaba el
salto de calidad que tuve en Atenas. Además, interiormente, sentía que le debía
mucho a la Argentina, porque la Selección me formó en el fútbol cuando era
chico. Yo me acuerdo que a los 13 años, cuando todavía vivía en Fuerte Apache y
me puse esta camiseta, pensé: 'No me la saco nunca más'. Pero para eso tenés que
jugar muy bien y hasta ahora sentía que no lo había hecho.

-¿Para todos ustedes fue como una especie de revancha por lo que pasó en la Copa
América?
-Sin dudas, no podíamos volver al país si perdíamos otra final. Además, yo
estaba con la bronca de la final con el Once Caldas, después le sumé la de la
Copa América, y una derrota más hubiese sido muy duro. Por eso, estoy seguro de
que esto nos va a hacer bien a todos los chicos que estamos empezando en la
Selección, porque hoy tenemos 20 ó 21 años y ya quedamos en la historia.

-Encima, siendo tan jóvenes, terminaron con más de medio siglo sin medallas
doradas…
-Pasaron 52 años, ¿no? Y eso te lo dice todo. ¡Ahora que me lo recordás, esta
medalla parece que pesa cinco veces más! (carcajadas) La verdad, es un orgullo
muy difícil de explicar, una felicidad incomparable. Ahora quiero compartirla
con toda mi familia. Porque antes de que viaje a Atenas, en medio de tanta
tristeza por lo que nos había pasado en Perú, ellos fueron los que me dijeron:
"Andá y traé la medalla dorada". Por suerte les pude cumplir el sueño.

-Después de tantas frustraciones seguidas, te sacaste una mochila de la espalda,
volviste al país más livianito.
-¡No, al contrario! ¡No sabés todos los regalos que le traje a Débora, mi
hermanita! (Otra carcajada que le sale del alma y muestra su alegría
desmesurada) Es un alivio porque lo merecíamos. Fuimos los mejores en la Copa
América y no merecíamos perder esa final. Por suerte, ahora, se nos dio y les
trajimos a todos los argentinos el título que se merecían.

Con ocho goles, Carlos Tevez fue el goleador de los Juegos Olímpicos. Además, la prensa internacional lo eligió como el jugador más valioso.

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Tevez en Atenas, en un alto del entrenamiento: pinta de potrero, sonrisa feliz de <i>crack</i>.

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