Agustina está un poquito enojada hoy. No hace mucho, un vecino de enfrente
apuntó su cámara ahí, mientras ella regaba las plantas en el balcón de su loft
en Palermo, y cotizó en billetes el tape para un programa de chimentos. A Cherri,
mucho no le gustó. Ella no se lo merece, tal vez. Es una chica buena. O ése es
el quid de su compleja cuestión, al menos. Desde el puntapié de su carrera -seis
añitos nomás, bailarina en La Ola está de Fiesta, hacia fines de los años 80,
junto a Flavia Palmiero-, ése es su estilo indiscutible: el de nena buena,
vivaracha, sincera, medio sufrida -los buenos siempre sufren un poquito- y sin
una moneda de malicia en su bolsillo. Grande, Pa!, Chiquititas, Cabecita, Son
Amores... 21 años recién estrenados y fastuoso currículum que la ha vuelto, tal
vez, una de las mejores actrices de su generación en esa finísima Armada de
nenas de pantalla junto a Celeste Cid y Marcela Kloosterboer. Y hoy, tras su
golpe en Son Amores, el juego sigue de lunes a viernes a las 21, en Canal 13, de
la mano de Pensionados. En un elenco de diecisiete actores que destacan, ella le
pone lo suyo a Shamira, oh sorpresa, una chica buena, pero con un toque de
odalisca, el toque sexy que le hacía falta.
Compleja cuestión, decíamos. Y Agustina no es tan simple como aparenta, sino
todo un laberinto, el de una chica tatuada que fuma, vive sola, conduce su
propio Chevrolet ultimísimo modelo y raspa la vida con una fiera actitud.
Entonces -¡Borges nos ayude!-, a cruzarlo. Esto empieza así...
-Decime, ¿por dónde anda tu maldad?
-¡Ja, ja, ja! ¡Por ningún lado! Yo soy una chica buena. No soy una mala mina.
Bah, a lo mejor, no sé si tan buenita. Shamira, mi personaje, es una odalisca y
juega con la sensualidad. Lo cual está bueno. Y además, somos un montón en el
elenco. No hay guerra de egos. No podría haberla. Todos tiramos para adelante.
-Entonces, ¿ningún papel de villana para vos en el horizonte?
-¿Sabés qué? Eso sería genial. Nunca hice de mala en pantalla. Siempre fui una
nena buena de culebrón. Me gustaría probarlo en una comedia, o en alguna villana
total de novela. Sería lindo darle un giro a las cosas.
-Por ahora el giro fue irte a vivir sola.
-Lo quería hacer, y lo necesitaba. Yo vivía en Pilar, y cuando empecé en Pol-Ka
era todo un drama eso de venir todos los días a la Capital. Es más cómodo, y lo
banco bien. Me cocino yo sola, la ropa al lavadero, y mamá me hace los trámites
en la DGI. ¡En eso soy medio colgada!
-Cigarrillos, tatuajes, departamento y auto propio. Cosas más de mujer que de
nena.
-Me tatué a los 16. Mis viejos, Silvia y Juan Carlos, no se opusieron. Será que
ellos están tatuados también. El pucho, bueno, cosas de la vida. Y sobre vivir
sola, no es que caí al departamento y dije: "Uy, soy re libre". Son un montón de
obligaciones que tengo que cumplir.
-Te acabás de sacar el bikini y el short para esta producción, ¿te gusta este
juego sexy?
-Es que así no soy yo misma. Soy una piba común y corriente. Si fuera por mí,
nada de bikini. No voy a exagerar poniéndome una polera, pero tampoco una tanga.
Ni por casualidad me vas a agarrar mostrando el escote por ahí.
-¿Y un futuro de mamá?
-Me encantaría formar familia algún día. Es más, me veo rodeada de mis hijos,
cocinándoles y llevándolos al colegio. ¡Una mamá un poco a lo Susanita!
-¿De vida nocturna ni hablar, entonces?
-Casi ni salgo. Soy de quedarme mucho adentro, de comer con amigas. Pero si
pinta ir a un boliche a bailar, voy.
-Si viene un advenedizo de buena labia, ¿qué hacemos?
-Nah… un pibe en un boliche no voy a conocer. Por ahí, alguno que me cruce en la
calle. Si viene uno y me encara, seguro que lo echo. Peor si me sale con ese
chamuyo barato de: "¿Y vos siempre venís acá?"… ¡Ahí sí que no!
-Entonces, no tuviste mejor idea que ponerte de novia con el galán de tu tira.
-¿Qué decís?
-Nicolás Cabré.
-Uy, Dios...
No, no va a haber triquiñuela que sirva. Ni la Santa Inquisición le va a poder
arrancar la respuesta. Primero se dijo que la rutina de cámaras había terminado
de liquidar la pareja. Luego, que habían vuelto. Ella lanza el viejo latiguillo:
"De eso no te voy a hablar...", y enseguida agrega: "No me interesa decirlo. Es
cosa mía, demasiado mía, el que yo esté con Nicolás o no. Yo accedo a la nota y
tu laburo es preguntar. La gente puede verme como una persona, e interesarse por
lo que pasa en mi vida. Serán las reglas del juego. Pero en eso no tranzo.
Disculpame".
-No hay porqué. Entonces, como dijo Jackie Kennedy, "sin preguntas, sin
comentarios".
-Así es.
Llegamos a Pol-Ka. Agustina ríe un poco, y dice: "Seguro vas a terminar poniendo
lo que dicen los allegados". Y bueno, lo pongo. Allegado 1 dice: "No, no están
juntos. Si yo lo vi a Nicolás con una mina en un boliche de la Costanera".
Allegado 2 retruca: "Siguen juntos. Cabré la visita muy seguido en su
departamento". Pero más allá de cualquier fruto en la viña del rumor, hay algo
que la delata: sobre la guantera de su auto, una postal de El Gran Regreso, la
obra que protagoniza su actual o ex chico -como ella lo prefiera- junto a
Alfredo Alcón, y su carita de galante picarón. El título de la obra, tal vez, es
una extraña redundancia. Una pequeña incógnita.
Parada tipo Pampita no me sale", dice Cherri y se ríe de ella misma cuando le toca ser jugar a la sensualidad, como su personaje Shamira.">
"Parada tipo Pampita no me sale", dice Cherri y se ríe de ella misma cuando le toca ser jugar a la sensualidad, como su personaje Shamira.
Si fuera por mí, nada de bikini. No voy a exagerar poniéndome una polera, pero tampoco una tanga. Ni por casualidad me vas a agarrar mostrando el escote por ahí"">
"Si fuera por mí, nada de bikini. No voy a exagerar poniéndome una polera, pero tampoco una tanga. Ni por casualidad me vas a agarrar mostrando el escote por ahí"