"La semana pasada estábamos comiendo en casa con mi mujer y mis hijos y en un momento, Gianluca, mi nene de 7 años, me preguntó: ‘Papá, ¿es verdad que te vas de Racing?’. ‘Sí, hijo…’, le respondí. El me miró a los ojos y volvió a preguntarme: ‘¿Y por qué, papá, si están ganando todos los partidos?’. Ahí no supe qué decirle. Nos miramos con Carolina, mi mujer, y me quedé sin palabras…”.
Pasaron tres días de su despedida como técnico de Racing y Diego Simeone nos recibe en su oficina de Puerto Madero (dentro del estudio jurídico de su hermana Natalia) con café, jugo de naranja, unos sandwiches de miga y masas finas. En una de las paredes, encuadrada en un marco elegante, está colgada la camiseta que utilizó en el partido número cien de su carrera con la celeste y blanca (28 de marzo del 2001, Argentina 5-Venezuela 0). Y a los costados, dos vitrinas iluminadas con gran parte de su vida deportiva: trofeos, medallas, distinciones, pelotas, botines y una decena de cuadernos con recortes que su papá le fue guardando todos estos años. En la pantalla de su computadora se aprecia la imagen con una pelota dentro del estadio de Racing. Simeone confiesa que el sentimiento que hoy tiene es un tanto extraño: “Por un lado estoy contento, porque en dos meses y medio pudimos revertir una situación muy complicada para Racing y porque me pasaron cosas muy lindas, como el respaldo de los jugadores y de la gente. Pero por otro, la amargura de saber que ya se terminó todo. Pero, bueno, hubo un cambio de mando y nos tenemos que ir”.
–¿Sentís un poco que en Racing te usaron? Porque hicieron que adelantes tu retiro como futbolista y tres meses después te despiden a pesar de que, como decís, los resultados deportivos te acompañaron.
–No, soy un agradecido, porque me tocó jugar y entrenar al equipo del cual soy hincha y al que iba a ver a la cancha cuando era chiquito. Hoy se inclinaron por Mostaza Merlo, y aunque siento que deportivamente es injusto, creo que la vida es una rueda y hay que tomar las cosas con altura.
–¿Estás enojado con Merlo porque se reunió con el nuevo gerenciador cuando vos todavía estabas trabajando?
–No… (piensa unos segundos). No puedo hablar de supuestos, porque según De Tomaso, Merlo no iba a hablar con ellos hasta que mi desvinculación no estuviera acordada. Pero bueno, esto es fútbol… (y termina la respuesta con una sonrisa irónica).
–¿Cómo sigue tu futuro?
–Ahora estoy tranquilo y quiero pensar bien y en familia cuál será mi próximo paso. Ganas de seguir trabajando me sobran…
–A menos de un mes del Mundial, ¿serás comentarista o vas a tomar vacaciones?
–No, no soy de tomarme mucho tiempo de vacaciones. Me gusta estar encendido siempre y trabajar. Y en cuanto al Mundial, hay varias ofertas que tendré que estudiar en estos días.
–Y hablando de polémicas, ¿qué pensás de la lista de jugadores que dio José Pekerman?
–Y… es algo muy difícil, porque es el entrenador de la Selección y tuvo que decidirse por jugadores que tienen mínimas diferencias. Hay que entender que los que están en el Mundial son los mejores. Por eso nosotros, los hinchas, los jugadores y los periodistas, tenemos que dejar de cuestionar y creer en los jugadores que van.
–Pero hay algunos nombres que no están, y por lo menos llama la atención que no estén, como el caso de Javier Zanetti, un jugador al que vos conocés muy bien.
–Más allá de que es una decisión de José y la respeto, el Pupi es un jugador importantísimo para cualquier equipo, desde lo humano hasta lo técnico y lo táctico. Mantuvo un nivel muy regular a lo largo de mucho tiempo y me parece que podía haber seguido aportando cosas.
–También se dijo este último tiempo que Sergio Agüero debería estar. ¿Qué pensás vos, que lo sufriste en tu primer partido como técnico?
–Son todos jugadores importantes. El tema es que para que estuviera Agüero había que sacar a alguien, y no sabés a quién. Mi experiencia cuando estaba en la Selección era que a seis meses de empezar el Mundial aparecía un jugador desequilibrante, o un chico que jugaba bien en el campeonato, y todo el mundo lo pedía. Pero también hay que entender que existe una base que debe ser respetada.
–Hace una semana hablé con Mario Kempes y me dijo que él veía que se convocaba a muchos jugadores de Europa y a pocos del torneo local. ¿Vos pensás que es así?
–El campeonato argentino está por debajo de los europeos y sin dudas es más difícil destacarse en Italia, España o Inglaterra que en la Argentina. Por eso es lógico que se convoque a más jugadores de afuera. No entiendo mucho por qué tanto problema si se llama a los del exterior… Ellos también son argentinos.
–Y con esta lista definida, ¿cómo ves a la Selección?
–Bien, le tengo mucha fe. Creo que hay jugadores como Tevez, Messi o Mascherano que tendrán una actuación destacada y decisiva. Los grandes momentos son para los grandes jugadores, y la Argentina los tiene. Ahora restará saber cuál será el sistema que más le conviene a José. Desde mi lugar, sin querer darle consejos, lo único que digo es que en los Mundiales hay que defender bien.
–¿Creés, como dicen algunos, qué estamos en el Grupo de la Muerte?
–Si el equipo funciona bien, va a pasar la ronda sin problemas. Costa de Marfil es el primer partido y ahí la Argentina debe demostrar todo su potencial. Aunque no hay que creerse que si ganamos el primer partido estamos adentro. ¡En los últimos tres Mundiales ganamos los primeros partidos y nos volvimos antes de cuartos!
–¿Y el resto del grupo?
–Serbia y Montenegro es un poco mejor, pero no tiene que ser un escollo para un equipo con la obligación de estar dentro de los cuatro mejores. Además hay que ganar para llegar tranquilos al partido con Holanda.
–¿Cuáles son tus candidatos y a quién vislumbrás como figura?
–Como revelación creo que va a estar España, y mis candidatos son Brasil, Alemania y Argentina. Y la figura será Carlos Tevez: tiene todo para ser uno de los mejores del mundo. Y ojalá que José le encuentre a Messi el lugar que necesita dentro del equipo.
–¿Cuál es tu opinión de Pekerman, al parecer un técnico sin mucho feeling con la gente?
–Lo veo bien, porque tiene una cosa a favor: estuvo con la mayoría de los muchachos en inferiores y en juveniles. Eso hace que se conozcan mutuamente y que José sepa dónde pueden rendir mejor.
–¿Y qué les dirías a los integrantes del plantel que van a jugar su primer Mundial?
–Que sepan que no hay otra cosa más importante que eso. A partir de ahora, van a tener la posibilidad de vivir el máximo desafío. Que se olviden de las internas que hay en todo grupo, de los malhumores y de todo lo individual, para pensar en lo colectivo. Así, fortalecidos en el seno del grupo, tenemos que hacer un gran campeonato.
En su oficina de Puerto Madero posa junto a la pelota y los botines con los que jugó su partido Nº 100 con la Selección. De fondo, la camiseta de ese mismo día. En total, el Cholo se puso 106 veces la celeste y blanca. Su último partido fue frente a Suecia en el Mundial de Japón y Corea.
En su último partido como local ante Brasil, en las eliminatorias para el Mundial 2002. Esa noche Argentina ganó 2 a 0.
Besando la camiseta que vistió durante 14 años, desde 1988 hasta el 2002.
