Fue raro cómo nos conocimos, no?”, dice Agustina Córdova (21), mientras recuerda esas clases en el gimnasio de Núñez donde se vio por primera vez con quien sería su novio. José Chucho Acasuso (24, tenista profesional, su chico desde hace ocho meses) sonríe sin agregar palabra.
Este fin de semana viajaron a Bariloche invitados por el club Personal de Cerro Catedral: participaron del Snow Tour, y tomaron las exclusivas clases de la escuela de esquí Condor Fly. Mientras ella enfrenta a diario un nuevo desafío dentro del reality El circo de las estrellas –ciclo del programa de Susana Giménez–, él prepara las valijas para participar del Abierto de Suiza Draw de Gstaad. “Me encanta esquiar. Hace años que practico. Uno de mis lugares preferidos es Bariloche, que tiene como un encanto especial. ¡Magia! Esa es la palabra justa”, explica Agus, quien llegó para inaugurar la temporada.
Si bien Córdova arrancó como modelo (basta recordar su mediática participación en Super M 2002), luego dejó el fashion para coquetear con una nueva meta: la actuación. Y lleva cuatro años, cuenta, intentando perfeccionarse junto a Raúl Serrano.
“Mi participación en La niñera fue una escuela de comedia acelerada. Me encantó componer ese personaje. Fue la primera experiencia que me sacó el mote de modelo y me dio fuerzas para acercarme más a la actuación. Ahí pude demostrar que estudié, que estaba preparada y que podía hacerlo. Ya no era la chica linda y extrovertida: tuve que recurrir al armado de un personaje diferente”, aclara la actriz, que además participó en Doctor Amor, Los Roldán y Alma pirata. “Ahora tengo pensado hacer algo en teatro, pero entre amigos. Sería algo tranquilo. Todavía no me animo a estar en las carteleras de la Avenida Corrientes”, comenta. Más tarde agrega: “¿Hacer desnudos? No sé... Tendría que ver el momento y la situación de mi vida. No me animaría a desnudarme totalmente porque estaría incómoda. Pero si el personaje lo pide, aceptaría. No podés estar tapada si interpretás a una prostituta. También hay que ser versátil y entender que es parte de la profesión. De lo que si estoy segura es que no se me cruza hacerlo en televisión”.
–¿Cómo sigue tu noviazgo con Chucho?
–¡Encima que me preguntás, me ponés cara pícara! Muy bien… (Silencio). Me quedé sin palabras. ¡Eso que soy una persona suelta y extrovertida! Nos sentimos muy bien juntos. El tiempo que tenemos libre siempre lo dedicamos al otro, y eso está bueno.
–¿Cómo combinan sus profesiones?
–Lo manejamos bastante bien, porque respetamos mucho nuestros trabajos. Somos jóvenes, estamos creciendo y sabemos que vivimos nuestros mejores momentos profesionales. No existen problemas en ese sentido. El trabajo no está en discusión: cada uno se dedica por completo a lo que le gusta.
–¿Y de él qué te gusta?
–Chucho me enamora a cada momento. Ahora llevamos más tiempo en pareja y eso hace que te conozcas más con el otro. Descubrís cosas súper lindas… Por ejemplo, algo que a él le encanta, pero a mí no, son los besos en la oreja. ¡Siempre me deja sorda!
–¿Viven juntos?
–Todavía no…
–¿Está en los planes de este año?
–No. Me gustaría vivir un tiempo sola en mi departamento. Tranquila. Creo que estamos bien así. Hay que hacer todo a su tiempo. No apuraría tanto las cosas con él, porque los dos tenemos que crecer para dar ese paso.
–Como toda pareja, ¿tienen planes de casamiento?
–Me siento muy joven para casarme. Igual, cuando conocés a alguien siempre proyectás. Lo hablamos, pero es un tema que se dice al pasar.
–Igual, antes viene el compromiso…
–(Risas) Cambiemos de tema…
–Bueno. ¿Sabés jugar al tenis?
–(Risas) No… ¡Seguís con lo mismo! ¡No puedo con vos! No, no me enseñó.
–¿Por qué no te enseña?
–En casa de herrero, cuchillo de palo…
–¿Te gustaría tener hijos?
–Sí, a futuro me gustaría formar una familia. Soy bastante Susanita. Pero con los valores de antes. Veo que muchos se casan con la idea de separarse. Si me caso quiero que sea para siempre.
–¿Este año sólo vas a dedicarte a El circo de las estrellas?
–Sí, quise focalizarme en algo. Me sorprendí mucho con lo que encontré en este desafío que fue participar de un reality circense. Desde que entré al Circo… me di cuenta de que no hay imposibles, que con esfuerzo y dedicación todo se logra. Es una actividad muy familiar, porque ésa es la historia del circo criollo. Es una forma de vida, que se hereda a través de las generaciones.
–¿Fue difícil el entrenamiento?
–Bastante. Cuando termine el reality me gustaría tomarme un tiempo para descansar… Fue muy fuerte el entrenamiento, todo lo que viví. Siempre estás con mucha adrenalina. Incluso llegué a tener algunos ataques de pánico, que fueron consecuencia de eso. Por eso voy a tomarme una pausa para descansar. Me gusta la experiencia pero, en algunos momentos, es muy agotadora. Si bien no hacemos los verdaderos números circenses, que son más largos y elaborados, nos aproximamos mucho al espíritu que tienen. Algo que nunca pensé que podía llegar a pasar.
–¿Qué fue lo que más te costó?
–Lo que está por venir… Ahora, apenas llegue a Buenos Aires, me espera cruzar una cuerda de siete metros con un balancín. Es bastante difícil pero, como te dije, pude entender que ningún desafío es imposible.
–¿Te tenés fe?
–Mucha. Y no sólo en eso, sino en todos los aspectos de la vida.
Tiene todo para ser una top (87-62-88 de curvas), pero dejó el modelaje por la actuación. Su próxima meta: el teatro, donde quiere triunfar.
Chucho y Agus se relajaron en Bariloche y disfrutaron de las propuestas gastronómicas que brinda Personal a sus socios en los meeting points ubicados en distintos puntos de la montaña.
“Con Chucho respetamos mucho nuestros trabajos. Somos jóvenes, estamos creciendo y sabemos que vivimos nuestros mejores momentos profesionales”.
