“¿Sexo débil? Las mujeres podemos competir a la par de los hombres” – GENTE Online
 

“¿Sexo débil? Las mujeres podemos competir a la par de los hombres”

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"Buen cross de derecha, Nati!”, alienta Marcelo Chaparro sobre el cuadrilátero. ¿Qué hace Oreiro peleando? ¿Cambió de profesión? Una todoterreno, según dicen los productores, la actriz ahora se le anima al boxeo. “Caminá, caminá el ring, que es lo que más te cuesta”, repite el trainer, y Natalia le tira un gancho a su oponente. Y éste no es un sparring del montón. No. Se trata, nada menos, que de la bicampeona mundial de peso pluma Marcela La Tigresa Acuña. Ahora, sin embargo, Natalia no reconoce los títulos de la CMB y la tiene entre las cuerdas.

Million dollar baby. Y sí, Oreiro va camino a convertirse en la Hilary Swank sudamericana. Después del exitazo de Clint Eastwood, ni lerdo ni perezoso, el Chueco Suar prepara la historia de una chica de la calle que se gana el mango gracias a esa suerte de terapia social que para algunos resulta el boxeo. Claro que hay un galán, y no es otro que Facundo Arana –¿se acuerda de los mediodías de Muñeca brava?–, reeditando una dupla más que explosiva. Nati vuelve a ese rol que le sale tan bien: jugar a ser más pibe que nena y, de la noche a la mañana, transformarse en la diva más sensual.

–Natalia, ¿te gusta jugar con tu costado menos femenino?
–Se nota, ¿no? Me divierte no ser una señorita las 24 horas del día. En Muñeca brava ya jugaba a la pelota y era casi un varoncito. Por suerte, puedo hacer una producción súper fina, dulce, y de repente tener la dualidad de ponerme la pilcha de boxeadora o moverme como un varoncito.

–Es un papel al que le sacás mucho el jugo.
–Sí, está bueno. Creo que la gente se va a enganchar con este personaje, que es distinto. Es una chica de la calle que se sube a un ring para ganarse la vida, pero a la vez es muy femenina. No va a ser tan machona como la Cholito, pero comparten una vida en común: la pelea.

–¿Cómo aguantás el entrenamiento?
–Es muy duro. Entrenamos una hora y media todas las mañanas y por la tarde trabajamos aeróbico. Siento que mi contextura física cambia todo el tiempo, pero peso lo mismo. Hace unos días me puse una camperita para ir a verlo a Facu y no me cerraba. Me están creciendo mucho los brazos y los hombros, pero es muy bueno para el personaje.

–¿Creés que el boxeo es un deporte que pueden practicar las mujeres?
–Yo creo que las mujeres pueden hacer todo lo que quieran y competir a la par de los hombres. Eso del sexo débil es una versión muy parcial. Tenemos mucha capacidad de trabajo y de decisión. Si bien nuestro cuerpo es diferente, el entrenamiento es el mismo. Nosotras traemos barreras de fábrica (se mira y se toca las lolas)… Bueno, no hace falta aclarar. Pero creo que es un tema de convicción.

Alta sociedad. Cuando Adrián Suar convenció a Natalia para que protagonizara la comedia que saldrá a partir de enero –de lunes a viernes a las nueve de la noche–, la mujer de Ricardo Mollo se puso las pilas para preparar el nuevo personaje: “Pensé en la Tigresa porque es la figura más emblemática del boxeo. Nos juntamos en su casa y estuvimos hablando más de dos horas. Yo tenía muchas dudas: quería saber por qué se había dedicado a esto y cómo sobrevivía una mujer en el boxeo. Le dije que necesitaba un equipo muy estricto, que me entrenara todos los días, a matar o morir. Por suerte, Ramón y Marcela se ofrecieron”.

–¿Aceptaste el papel sin dudar?
–Al principio no podía, por otros compromisos laborales, pero Adrián insistió. Después me tomé un café con Facundo Arana y decidimos hacerlo.

–Adrián siempre se sale con la suya.
–Sí, la verdad es que a la larga te gana. También ayudó el cariño que sentimos con Facu. Por eso decidí atrasar mis otros proyectos.

–¿Tu personaje tiene muchas similitudes con la Tigresa?
–Es una boxeadora muy humilde, que pelea para ganarse la vida. Lo que tiene en común con Marcela lo tiene con la mayoría de los boxeadores: comienza en esto como medio de subsistencia. Tiene una vida muy cercana a la calle. Es su manera de sobrevivir.

–Pero en la vida real parecen muy distintas. ¿Pueden tener cosas en común?
–Hoy que la conozco siento un respeto enorme por ella. Es madre de dos hijos –Maxi, de 11, y Josué, de 12–, se levanta a las seis de la mañana todos los días, compite en el mayor nivel y puede llevar una vida admirable. Nos hicimos muy compinches.

–Y cuando le pegabas, ¿no te daba miedo que te devolviera un gancho?
–No, eso no. Lo que sí, me cuesta pegarle, porque le tomé mucho cariño. Ella me dice: “¡Dale, dale!”, pero a veces le pego fuerte y yo veo que me mira y se ríe.

–¿Se puede ser una guerrera y no perder la delicadeza?
–La prueba está en la Tigresa: es muy carismática y agresiva en el ring, y muy delicada abajo. Demostró que se puede ser muy femenina. Eso me sorprendió mucho. Fijáte cómo tiene las manos de cuidadas. Siempre está impecable y es muy suave. Hasta es más femenina que yo.

La actriz le lanza un golpe a la Tigresa Acuña. “<i>Me divierte no ser una señorita las 24 horas del día</I>”, cuenta la uruguaya, que vuelve a la pantalla chica.

La actriz le lanza un golpe a la Tigresa Acuña. “Me divierte no ser una señorita las 24 horas del día”, cuenta la uruguaya, que vuelve a la pantalla chica.

Nati junto a una de las primeras oponentes que tendrá en la ficción: Celeste Peralta, Medalla de Plata en los últimos Juegos Panamericanos.

Nati junto a una de las primeras oponentes que tendrá en la ficción: Celeste Peralta, Medalla de Plata en los últimos Juegos Panamericanos.

Oreiro junto a la Tigresa y Ramón Chaparro.

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