Las mañanas de domingo son especialmente apacibles en esta zona de Santiago. Lentamente el Parque Forestal empieza a poblarse de ciclistas, señoras que pasean a sus perros, el vendedor de diarios, alguien que escucha música, otros que leen. No obstante, enfrente, en el quinto piso de un elegante edificio sobre la avenida Ismael Valdés, no hay movimiento alguno. Sucede que esta mañana ni Benjamín Vicuña ni Carolina Ardohain se levantaron temprano para correr las cortinas. La tierna despedida es en la intimidad y sin apuro.
Hace poco más de tres meses que el actor chileno y la modelo argentina viven su historia de amor de novela. Se vieron por primera vez en octubre de 2004, durante la entrega de los Premios MTV Latinos en Miami, donde estaban invitados. Volvieron a encontrarse el 1º de julio de este año en Buenos Aires, cuando él viajó para grabar una entrevista con ella y ambos terminaron yendo juntos a ver el espectáculo de De la Guarda. Dicen que esa noche, en medio de la crisis matrimonial entre Pampita y Martín Barrantes, nació el primer flechazo. Pronto, el 6 de agosto, los paparazzi los pescaron juntos en una escapada romántica a Villarrica, Chile. Y unas semanas más tarde, aparecieron en Playa del Carmen, en un evento del canal FTV. “Se besaban y abrazaban delante de todos”, contó una testigo pocos días antes de que explotara la verdadera munición gruesa: Carolina Ardohain estaría embarazada de poco más de tres meses y esperaría un hijo para abril de 2006. Dato que, hasta el cierre de esta edición, ni los protagonistas ni sus amigos más íntimos ratifican o rectifican.
Entretanto, el último domingo, Pampita y Vicuña se separaron por unos días. “Carolina tiene que hacer trámites en Buenos Aires”, explicó su booker de la agencia de Pancho Dotto. Y agregó que la modelo ya tiene ofertas de trabajo en el país trasandino. ¿Habrá vuelto para divorciarse legalmente de Martín Barrantes? ¿Lograrán cerrar su relación en buenos términos?
Lo seguro es que la flamante pareja bajó del departamento santiaguino a las once y media de la mañana cargando una pequeña valija. Benjamín, con gorra roja (casi una marca personal), abrazó a Pampita en el hall, dejó que se subiera al remis que la llevaría al aeropuerto y volvió a despedirla a través de la ventanilla. “Volvé prontito”, le pidió sonriendo y a la vez confirmando que este culebrón recién comienza.
Abrazo, remise y beso a la salida del edificio de la avenida Valdés, en la capital chilena.
El romance de Carolina y Benjamín ya es oficial. Ahora confirmar si están esperando un hijo
