En el marco del Encuentro Internacional Feminista (EIF), que se realizó entre el 24 y el 26 de febrero en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense,de Madrid, la Ministra de Igualdad de España Irene Montero dijo: "Se llamaba Iván", en referencia al niño de 12 años que se arrojó del balcón de su casa en Barcelona por el bullying que sufría y murió.
La referencia de Montero fue aplaudida en forma de duelo y “nunca más” a la transfobia que puede lastimar y costar la vida de las personas. Iván era el nombre con el que quería ser llamado uno de los dos gemelos argentinos que se arrojó del balcón en Barcelona en un hecho que el Observatorio contra la Homofobia en Cataluña definió como un “asesinato social”.
En más de una oportunidad, Irene Montero soportó ataques políticos, públicos y periodísticos. “Solas no podemos, pero con amigas, juntas y con equipo sí”, remarcó en más de una oportunidad. Además, resaltó la convocatoria del Encuentro, la masividad del feminismo y la importancia global del movimiento.
Por su parte, Gabriela Cerruti, la portavoz presidencial de la República Argentina que estaba invitada al Encuentro, declaró: “Seamos capaces de abrazar a cada Iván que quiera vivir su vida de la manera que quiera vivirla”.
Según los medios españoles, la hipótesis del suicidio de Iván está basada en el hallazgo de dos cartas escritas y dos sillas que habrían utilizados los gemelos que cayeron de un tercer piso para saltar. La policía de Barcelona en este momento está analizando los manuscritos.
La historia de Iván, el gemelo de 12 años que sufría bullying
La causa por los gemelos que se arrojaron el pasado 21 de febrero desde el tercer piso de su casa en Sallent, un pueblo a las afueras de Barcelona en el que vivían con su familia, sigue en curso. Las cartas, dirigidas a la familia, son tremendas.
De acuerdo con el texto escrito por Iván, queda en claro los motivos que lo llevaron a tomar la drástica decisión: “No aguanto lo que me pasa. No me comprenden. Estoy cansado de que me hagan bullying. Nunca voy a poder ser feliz. El resto de mi vida me va a pasar lo mismo. Les pido disculpas”.
Iván, que se había cortado el cabello hace poco tiempo, era un adolescente trans. Sin embargo, no lo aceptaban, lo llamaban con pronombres femeninos y él tenía mucho dolor. Ambos vivían desde hace dos años en la región con su madre, que trabajaba en una cafetería; su padre, que se desempeñaba como obrero en una fábrica; y su pequeño hermano.
Por su parte, su hermana gemela Leila dijo que lo veía sufrir mucho. “Perdonen por la decisión que tomo, pero lo que él haga lo voy a seguir. No me quiero morir jeje”, decía una de las cartas que se encontró.
