Es lunes por la noche y el Central Park Barracas abre sus puertas. La antigua imprenta que alberga –además de oficinas y depósitos– los ateliers de varias generaciones de artistas (entre los que se encuentran Eugenio Cuttica, Antonio Seguí y Milo Lockett) se prepara para su tercera edición de Par en Park, una jornada de talleres abiertos donde los visitantes pueden ver la cocina de los creativos.
Sara Stewart Brown (41) es uno de ellos. Desde los pasillos se puede apreciar la obra de la artista plástica, que recibe en su estudio a familiares, amigos y coleccionistas. El gran ausente de la noche es Jorge Lanata (55), aunque nadie parece sorprenderse.En el círculo íntimo ya saben desde hace meses de la separación. Sara tampoco lo acompañó a la entrega de los Martín Fierro el día anterior, y aunque improvisó alguna respuesta ante la prensa –“él tenía ganas de ir con las chicas, y como Bárbara ya iba porque trabaja en el programa, se sumó Lola”, acusó–, a GENTE no le niega la ruptura, aunque prefiere no hablar del tema.
“Ninguno de los dos va a decir nada al respecto. La de la pareja es una puerta que no queremos abrir. Y lo venimos logrando”, apunta con firmeza la mujer que compartió 18 años de su vida con el periodista. “Hoy estoy muy abocada a mi trabajo. Quiero encerrarme a hacer obra, porque si no, nunca encuentro el espacio y lo termino postergando. Me cuesta concentrarme, porque soy muy dispersa y me ganan las cosas de todos los días”, cuenta Sara, dedicada más que nunca al arte con su actual exposición, Papelitos de colores.
LA CRISIS. En el 2013 ya habían afrontado un cortocircuito, que pudieron superar. A los dos años, la artista le donó al periodista un riñón, en lo que fue el primer trasplante cruzado en la Argentina. “Lo hubiera hecho aun estando separada”, declaró entonces. Pero a fines de 2015 los rumores de ruptura reaparecieron, cuando Lanata decidió radicarse en Miami para montar un portal de noticias regional. “El tenía la idea hace rato: lo cierto es que se aburre de hacer siempre lo mismo. Continuamente está pensando en algo nuevo y es muy ambicioso con sus proyectos. El debate era si nos íbamos todos o no. Yo también tenía mi proyecto acá. Así que vamos a ver cómo nos tratan las distancias”, contó Sara en diciembre pasado, cuando decidió quedarse en el país para abrir Punto Kiwi, su tienda de arte en Recoleta.
Las distancias, finalmente, no les jugaron una buena pasada y decantaron el final de la pareja. “Están separados, aunque por ahora conviven bajo el mismo techo, en su departamento de Retiro hasta que Jorge consiga otro lugar”, precisaron desde su círculo íntimo. Actualmente el periodista se encuentra en Miami, y a su vuelta se instalaría en el edificio Kavanagh, frente a Plaza San Martín. “Se va a quedar en el país hasta fin de año, mientras espera que finalice la maqueta de su proyecto en los Estados Unidos”, contó Sara.
El conductor planea volver a fines de junio con Periodismo Para Todos, programa por el que se llevó el Martín Fierro de Oro. “Lo tenía muy merecido. Tuvo un especial sabor a revancha, después de tantos años de golpes y de laburar contra toda la corriente. Trataron de desprestigiar su trabajo de todas las formas posibles, pero él y su equipo siguieron adelante”, aseguró la artista, orgullosa del padre de su hija Lola (11). “Ahora que ya está todo dicho se están llevando mejor”, cuentan sus allegados, que no descartan que “en algún momento” llegue la reconciliación.
Soltera y con nuevo look. Aunque a sus 41 años no tiene ni una sola
cana, decidió teñirse las puntas de blanco, look que le recomendó su estilista, Claudio Cerini.
El domingo 15, Lanata fue a la premiación de los Martín Fierro acompañado por sus hijas Lola (11) y Bárbara (26).
Al día siguiente, Sara asistió sola al Central Park Barracas, donde con otros 30 artistas abrió al público su taller, para mostrar su nueva obra. La acompañaron amigos y familiares, entre los que estuvieron sus padres –Lorenzo y Betty– y Bárbara, la hija mayor del periodista, de su relación con Andrea Rodríguez.
