¿Sabe quién soñaba con jugar con los mejores del mundo…? – GENTE Online
 

¿Sabe quién soñaba con jugar con los mejores del mundo…?

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Cuando cumplió los dos años, Oscar -su papá y su primer profesor de tenis- le
regaló la primera raqueta: uno de los juguetes que más cuidó en su vida. Así
nació la pasión de este chico que debe su nombre a Guillermo Vilas -el ídolo de
toda la familia-, y hoy, cuando pisa los 21 años, aún toma este deporte como se
lo enseñaron en su infancia: como una diversión. "Te digo la verdad, no estoy
tan contento porque tengo una sensación muy rara
-dice desde París, donde
disputa el Master Series-. Es lindo festejar un título, pero la verdad, hubiese
preferido entrar a la cancha y enfrentarme con David. Sé que de esa manera
corría riesgos, y muchos más teniendo en cuenta el gran nivel de Nalbandian,
pero jugar una final de tenis y ganar el título en la cancha es algo que no
tiene precio".

Son las doce de la noche (20 de la Argentina) y Guillermo Coria descansa en su
habitación del quinto piso mientras espera su debut ante el español Feliciano
López. Hace apenas 24 horas se consagró campeón del Abierto de Basilea, porque
el otro argentino finalista, David Nalbandian, no pudo presentarse por una
lesión en su muñeca izquierda. Así, con un poco de fortuna pero con un título
bien merecido, el chico de Venado Tuerto consiguió su quinta conquista del año
(las otras habían sido Hamburgo, Stuttgart, Kitzbühel y Sopot), embolsó 142.000
euros como premio y desde el lunes ocupa el cuarto puesto en el ranking mundial,
desplazando de esa ubicación a su admirado Andre Agassi. Una hazaña que sólo
alcanzaron Vilas y José Luis Clerc, éste hace ya 21 años, cuando Coria era un
bebé de meses.

La historia que une a Coria con Nalbandian data de cuando los dos eran las
promesas del tenis argentino, y juntos compartían distintos viajes y torneos por
el mundo mientras mostraban sus primeras armas en el circuito juvenil: "Nos
conocemos desde los 8 años y fuera del país era la segunda final que íbamos a
jugar. Ya nos habíamos enfrentado en junio de 1999, en la final por el título junior de Roland Garros, y era como una especie de revancha para él. Es más, la
semana pasada nos juntamos todas las noches para cenar y hablar del partido que
habíamos jugado y de los rivales que debíamos enfrentar"
, cuenta Guillermo. Y
aclara: "Por eso, cuando llegamos a la final nos dimos un abrazo y los dos
coincidimos en la misma frase: 'Otra vez el título va a quedar para un
argentino'. Después lo vi el domingo y estaba muy desilusionado por el tema de
su muñeca. La verdad es que no sabe muy bien qué tiene ni si va a poder jugar
este torneo, y lo que es peor, si jugará el Masters de Houston".

-¿Cuándo y cómo te enteraste de que David no iba a poder jugar la final?
-Ese mismo día. Vino su entrenador, Eduardo Infantino, y le dijo a Luli
(Mancini, el suyo), que no se iba a presentar. En ese momento no me quise meter
porque lo vi muy triste. Después, cuando se le pasó un poco la calentura que
tenía, hablamos y me dijo lo que le pasaba.

-¿Y cuál fue tu consejo?
-Mucho no le podía decir porque son decisiones muy personales. En esta profesión
lo más importante es cuidar la salud. Porque si arriesga y después debe
operarse, la recuperación puede demorar mucho más tiempo.

Aunque la frustración para David fue muy grande, quedaron desacreditadas todas
las especulaciones que se tejieron cuando, hace más de un mes, los dos mejores
tenistas argentinos renunciaron a jugar la semifinal de Copa Davis ante España
por distintas lesiones. Y esos duros ataques son heridas que todavía no
cicatrizan en la mente del Mago: "Lo que se dijo de nosotros nos golpeó mucho.
Creo que muchos no se dan cuenta de que somos los primeros que queremos defender
la camiseta argentina. Encima, yo estaba pasando por mi mejor momento. Me había
ilusionado tanto con ese debut copero que, te confieso, viví esa lesión con
mucha amargura. Por eso este título sirve también para recompensar todo lo que
sufrí".


-¿Y cómo estás físicamente?
-Muy bien, pero con algunos dolores en los glúteos. Es algo normal por el tiempo
que estuve parado. Pero por suerte no quedan rastros de la lesión, y si me
demoré una semana más en volver fue porque no estaba al ciento por ciento.

-Ahora en el Master Series de París que comienza esta semana, ¿vas a jugar con
todo o te guardás algo para llegar entero al Master de Houston, donde
participarán los ocho mejores del mundo?
-No. Yo voy a salir a jugarlo como todos los torneos, porque no me gusta perder
ni a las bolitas.

-Pero no me vas a negar que la gran meta es lo que viene en noviembre.
-El Masters es mi gran sueño, por eso lo estoy esperando con muchísimas ganas.
Encima llego bastante bien y creo que podré demostrar mi mejor tenis.

-Ya estás cuarto del mundo. ¿Hasta dónde creés que podés llegar?
-Ahora tengo que mantenerme, y tratar de terminar el año lo más arriba posible.
Después programé unas vacaciones -me las merezco-, y enseguida arranco con la
pretemporada para ponerme en forma. Hay que cargar bien las pilas para conseguir
el gran objetivo de 2004: ser el número uno del mundo.

El masters es mi gran sueño, por eso lo estoy esperando con muchísimas ganas. Encima llegó bastante bien y espero poder demostrar mi mejor tenis"">

"El masters es mi gran sueño, por eso lo estoy esperando con muchísimas ganas. Encima llegó bastante bien y espero poder demostrar mi mejor tenis"

A los cuatro años, jugando sobre el césped de su casa en Venado Tuerto. Es el mismo chico que hoy, con su magia, deslumbra al mundo.

A los cuatro años, jugando sobre el césped de su casa en Venado Tuerto. Es el mismo chico que hoy, con su magia, deslumbra al mundo.

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