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¿Rubias o morochas?

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Aquí están, estas son. Sueños nacionales. La rubia y la morocha argentinas, alma y piel para elegir. Sofía Zamolo (19) y Karina Jelinek (21) encarnan los paradigmas. Son algo así como la representación ideal de lo que los hombres desean. Las cualidades de las rubias y las morochas, más cuerpos espectaculares. Lejos de las escuálidas y andróginas chicas que suelen poblar las pasarelas internacionales, ellas son la “guitarra” perfecta. Curvas pronunciadas. Cuerpos fuertes, delantera impecable y un maravilloso andar al “irse”.

El vértigo de sus carreras no desmiente lo dicho. Hace apenas dos años eran dos perfectas desconocidas que, después de aparecer en la tapa de GENTE, se fueron al firmamento. Zamolo, además de trabajar a full en la Argentina, se ganó el mercado de Chile, México, Paraguay, Miami y hasta hizo su experiencia en París.
Karina Jelinek –que compartió aquella primera tapa con Sofía– es ya una modelo consagrada y una celebrity que hasta tuvo en 2003 su primer paso por la televisión en Un aplauso para el asador, en Canal 13. Ambas están muy felices del rol que les tocó y lo defienden con tenacidad.
Sofía Zamolo no tiene ningún problema en declarar que ellas encarnan la debilidad del ser masculino: “Las rubias somos como un trofeo para los argentinos. No son pocos los que, con un poco de suerte y algo de orgullo, dicen: ‘Me gané a la rubia’. Ser rubia es sinónimo de éxito, de sexy, de mina bomba. Si hay diez morochas y una rubia, miran primero a la rubia”.

Karina Jelinek defiende su palo: “Las morochas somos más ardientes. Pobres los que eligen a las rubias por modas del momento. No saben lo que se pierden. Las morochas tenemos más para dar. Yo, por mi herencia checa y árabe, me considero la típica morena ardiente”.
¿Quieren conocer un poco más de cada una? Vale la pena.

SOFIA ZAMOLO. Nació en San Isidro, provincia de Buenos Aires, el 21 de marzo de 1983. Hija de Cristina, una agente de viajes, y Diether, un abogado; estudió en el Colegio Marín y no abandona su deseo de seguir Administración de Empresas. Tiene unos ojos maravillosos que, según el momento, pintan azul o pintan verdes. Sus medidas, para el infarto, son 90-58-89. Todo distribuido en 1,70 de altura y pesa 48 kilos. Confiesa que jamás entró a un quirófano y agradece a su madre una herencia, casi un tesoro: las lolas. Naturales, naturales. Pero todo debe ser dicho: lo lamentamos, tiene novio. El señor es Rodolfito de Alzaga (24), corredor de autos, categorías Turismo Pista y Turismo Nacional Clase 2.
KARINA JELINEK. Es de Villa María, Córdoba. Llegó al mundo el 22 de marzo de 1981. Es hija de Carmen, ama de casa, y Teófilo, diseñador gráfico. Esta cordobesa que podría ser declarada la única que perdió el acento al poco tiempo de salir de su provincia, hizo el secundario y ahora aprovecha todo tiempo libre para meterse de lleno con el inglés, el francés y el teatro. Sus ojos son verdes y suelen ser color caramelo cuando está triste, admite. Las medidas, admirables, 92-61-90, mide 1,70 y pesa 54 kilos, con mucho sacrificio, porque ama los alfajores de chocolate blanco. Admite una ayudita de la ciencia: se puso lolas. También ella tiene novio. Hace más de dos años está con un señor del que no cuenta ni pío.
FRENTE A FRENTE. Las juntamos en Punta del Este por ese placer inigualable de verlas y fotografiarlas. Durante la producción se pasaron secretos y chimentaron por lo bajo. También hablaron para GENTE.
–¿En qué les cambió la vida desde la primera tapa de GENTE?
Zamolo: –En todo. Sigo siendo “la rubia”, pero ahora la gente ya me reconoce como Sofía Zamolo. Firmo autógrafos, tengo fans en toda Latinoamérica, mi casilla de correo está repleta de mails con declaraciones de amor.
Jelinek: –Crecí muchísimo, trabajo cada día más y la gente me adora. Yo era recepcionista de un hotel en Córdoba, y de vez en cuando hacía algún desfile. Después de la tapa de GENTE, el mundo se dio vuelta para mí.
–¿Y los hombres encaran más que antes?
Zamolo: –Todo lo contrario. Ahora los hombres son más miedosos. Ninguno se acerca. Cuando era una rubia anónima, eran más zafados.
Jelinek: –Comparto con Sofía. También siento que los hombres me tienen miedo... Lo juro. Además, estoy muy selectiva. Si no conozco bien a un hombre, ni siquiera le dirijo la palabra.
–¿Les molesta o les agrada ser un símbolo sexual?
Zamolo: –Para nada. Tengo claro que, cuando poso, hago un personaje, juego; me gusta aparecer fuerte. Después, cuando todo termina, soy muy tranqui.
Jelinek: –No quiero ser sólo un símbolo sexual, pero tampoco me desagrada serlo. ¿Se entiende?
–¿Se animarían a ser vedettes como Ingrid Grudke, que debutó este año en Mar del Plata?
Zamolo: –Si me hacen una buena propuesta, sí. También me gustaría ponerme las plumas en alguna comparsa. Me encanta bailar y moverme con buen ritmo.
Jelinek: –Me ofrecieron ser vedette, pero no me interesa ni me gusta. Es un rubro en el que te quedás encasillada y no salís de ahí. No me preocupa que se enojen las vedettes por lo que digo, esa es la verdad.
–¿Cómo les gustaría que siguiera esta carrera?
Zamolo: –Quiero triunfar como modelo en el exterior. Ya tengo una experiencia buena en Miami y París.
Jelinek: –Y yo quiero ser actriz. Estoy estudiando idiomas, actuación y oratoria moderna para mejorar mi expresión ante la gente.
–¿Y sus novios qué cuentan a todo esto? ¿Son celosos?
Zamolo: –Un poco al principio, pero yo le doy mucha seguridad. Estoy muy pendiente de él. No es del ambiente fashion pero tiene buena onda con todos.
Jelinek: –No me gusta exponer mi vida privada. Solo diré que estoy de novia hace más de dos años y que los que se acerquen no tienen chance... por ahora.

por Miguel Braillard y María Noel Alvarez
fotos: Santiago Turienzo y Maximiliano Vernazza
producción: Sofía Delger
agradecimientos: Class Life, Mai Casal, Ricky Sarkany, Joyas
Testorelli y Casa Quilmes. Peinó: Pino, Leo y Lina Karina Jelinek lo tiene claro. Quiere ser actriz, y para ello estudia idiomas y teatro. Le ofrecieron ser vedette pero ponerse plumas no está en sus planes: <i>. ¿Sus medidas? 92-61-90.">

Karina Jelinek lo tiene claro. Quiere ser actriz, y para ello estudia idiomas y teatro. Le ofrecieron ser vedette pero ponerse plumas no está en sus planes: "No me gusta ni me interesa". ¿Sus medidas? 92-61-90.

Sofía tiene novio, piensa estudiar Administración de Empresas y triunfar en el exterior como modelo. Se siente con fuerzas para todo. ¿Sus medidas? 90-58-89. <i>, aclara.">

Sofía tiene novio, piensa estudiar Administración de Empresas y triunfar en el exterior como modelo. Se siente con fuerzas para todo. ¿Sus medidas? 90-58-89. "Y sin ayuda del cirujano", aclara.

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