Rocío Igarzábal sobre la maternidad y las exigencias que viven las mujeres – GENTE Online
 

Rocío Igarzábal sobre la maternidad y las exigencias que viven las mujeres

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Rocío Igarzábal se convirtió en mamá por primera vez hace cuatro meses. Lupe, la beba que tuvo con su pareja, el músico Milton Cámara, llegó para transformar su vida y la actriz se animó a compartir algunas ideas sobre la maternidad y las exigencias que viven las mujeres en la sociedad en su cuenta de Facebook.

A continuación, el texto completo:

Me siento inspirada para escribir hoy. Sobre ésta que soy. Distinta. Más humana y menos egoísta. Cuando una empieza a transitar esta metamorfosis tan intensa nunca, pero nunca, se imagina de lo que es capaz. De los miedos que nacen y crecen junto con esa nueva personita que vino para enseñarnos tanto. A ser mujeres, a ser madres.   Quiero contarles que en estos meses me sumergí en un mundo paralelo al resto. Creo que existe energéticamente un lugar en donde viven las madres. Empiezo diciendo que las admiro. A todas y cada una de las mujeres. Sean madres o no lo sean. Pero hoy pongo mi foco en las que prestaron su cuerpo, o su corazón y alma para serlo.    Son apenas 4 meses los que llevo conviviendo con Lupe. Conociéndola, tratando de comprender lo que significa ser bebé. Ser indefenso, puro, inocente y único. Esa ultima palabra la subrayo. Único.

Hay tanta información, tanto que nos dicen que hay que hacer, que olvidamos la parte intuitiva. La parte maternal que despierta CADA hijo. Ningún ser humano es igual al otro. Lo único que tenemos en común es el AMOR. Todos necesitamos la energía AMOR para crecer en armonía. Pero después no podemos clasificar el crecimiento de un niño. Porque ahí surgen las exigencias como padres. La culpa y la alteración de nuestro sentido común.  Siempre en mi vida busqué naturalizar mis experiencias. Y hasta el momento del parto no sabía lo que era soltar. Realmente soltar las expectativas. Y es el día de hoy que sigo aprendiendo de eso.   Tuve cesárea por algunas razones totalmente válidas después de transitar un embarazo que hasta último momento iba a ser parto natural. Pero me encontré con una parte mía que necesitaba mucha sanación. El querer controlar hasta lo “natural”. El aceptar que hay cuestiones en la vida que están mas allá de nuestro deseo, o nuestro ideal. Y de esa forma también lo fue, ideal. Porque hoy, viendo su sonrisa, su forma de ser tan tierna, pasaría una y mil veces por el mismo momento.  

Hoy, viviendo la maternidad también siguen los desafíos. Amamantar, teniendo una beba tan, tan curiosa, tan despierta, es muy difícil. Es un día a día. Es prueba y error. Y también es soltar. Es adaptarme a ella, que es viva. Prefiere a veces la mamadera a estar prendida de mi cuerpo. Porque le gusta observar el mundo, tiene una mirada muy especial. Muy atenta a la persona que le habla, a los estímulos que recibe. Y yo busco adaptarme también a ella. Es un vínculo de a dos. Ella y yo, para guiarla y también mostrarle el ritmo de este mundo. Y el vínculo que tenemos es inexplicable. Estamos juntas las 24 hs. y agradezco que sea así. Pero con esto no estoy queriendo mostrar algo ideal. Sino real.

Ser mamá no es fácil, es hermoso. Pero es el trabajo más intenso al que nos aventuramos como mujeres. Es correrse del papel principal en la vida de una, para que una miniatura venga a revolver todo con tanto amor. Una misma se desconoce en muchos momentos. De repente surge una perseverancia, una paciencia inmensa. Y de repente un llanto desbordado y una fragilidad muy grande.  

Por eso, felicito a todas las mamás. A las que tuvieron parto natural, y las que tuvieron cesárea. Las que dan de mamar y las que lo intentan, y a las que eligen no hacerlo. A todas las mamás que AMAN profundamente a sus hijos. Que los guían, les dan el ejemplo, a las que pueden reconstruir su imagen de mujer, las que tardan un poco más, las que se miran al espejo y se desconocen pero sonríen. A todas.

Me parece que el mundo de hoy en día nos exige de más… Nos exige ser más exitosas, más 'naturales', más hermosas, más independientes, más, más, más. Y así también es como después la frustración crece y nos olvidamos de disfrutar de lo esencial. Razonamos lo instintivo y nos pasamos más tiempo leyendo información. Perdemos la sorpresa.  No busquemos ser lo que todos quieren ver. Busquemos ser simplemente. Estoy aprendiendo todos los días a ser mejor persona. Tengo días mejores y días más difíciles. Pero elijo esta experiencia humana y elijo amar a mi hija. Ese el motor principal para su crecimiento, el amor. Después todo lo demás es relativo y muy personal. Pero que nunca falte el amor. Feliz día a todas las mamás.

Foto: Twitter.

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