Ricky y Elena la rompen en Broadway, por eso Susana y Marley viajaron para aplaudirlos – GENTE Online
 

Ricky y Elena la rompen en Broadway, por eso Susana y Marley viajaron para aplaudirlos

Algo así como hedonismo afectivo: otro ítem común en el chart de afinidades que aseguran el éxito de la dupla. Ningún ticket completa el plan sin pretexto de encuentro. Y el que los trajo a Nueva York se emitió con serias intenciones de reír, cargando millas al asombro –asombrosamente aún con resto– y embarcándolos en un trip con escala en la emoción. Bienvenidos a bordo del viaje que Susana Giménez y Alejandro ­­­­Marley Wiebe iniciaron en la intimidad del camarín de Ricky Martin y Elena Roger –en el Marquis Theatre– con encargo claro a este testigo: “Contá qué conmovedora fue esta noche que no vamos a olvidar jamás”.

CITA EN NYC. Una mínima de 6º C –que justificó la obsesión de ella por un tapado y las auto-bromas de él por haber subestimado la primavera neoyorquina con su colección de remeras– fue la sorpresa caída de agenda. Lo demás, milimétricamente coordinado. “Durante nuestra comida mensual, nos dimos cuenta de que íbamos a estar acá para esta fecha. Susana ya había comprado las entradas para ver Evita y entonces activé rápido, para coincidir en la misma función”, explica Marley, afortunado de haber conseguido “house seats” –en la jerga de Broadway, las butacas a disposición de las figuras de los elencos– mediante la reserva personal de Elena Roger y pago by credit card. “Y en la fiesta de Telefe –Todos juntos 2012, del pasado domingo 15– la producción me pedía por la cucaracha que estirase el diálogo con Susana. No sabíamos qué más decir... y me salió: ‘¡Así que vamos a ver Evita!’”, cuenta con gracia sobre el plan que pretendió escapar de las cámaras. “Y aquí estamos”, relató a minutos de haber aterrizado, sumamente entretenido con su inalterable costumbre cada vez que llega a Manhattan: doble porción de chicken wings en el restaurante Hooters.

ELLA DEL CARIBE, EL DEL PACIFICO. Jueves 25. Después de más de siete horas, Marley aterrizaba en el JFK pasadas las 14 hora local, en vuelo procedente de Hawai, con escala en Dallas. Para cuando él hacía mudanza repentina de hotel por “cuestión de onda”, empapelados despegados y alfombras en “no muy buen estado” –detalles de un cómico relato–, Susana y Mecha Sarrabayrouse ya embarcaban en Miami, en break del último mes de vacaciones, ligeras de equipaje y con departamento listo en The Waldorf Towers, del icónico Waldorf Astoria. “Todo esto es gracias a Julián Weich”, se adelanta Marley entre carcajadas. “Telefe está construyendo la escenografía de su programa (Todo es posible), sobre la mía, para poder ensayar antes del estreno del 6 de mayo. Así que adelanté grabaciones (récord de 20 programas en 120 horas), me tomé una semana en Hawai y ahora diez días aquí”, dice. ¿Por qué Hawai? “¡Porque se me acabó el mapa, y estoy repitiendo los destinos que más me gustaron! Lo único que me quedó por conocer es el Congo Belga, pero no daba para estas vacaciones...”, explica. Pasó por Waikiki –“donde mi tarjeta, por sus poderes magnéticos, va sola a los negocios de las grandes marcas”–, y tras visitar Maui conoció Kauai, sitio que popularizó Lost usándolo como escenario natural. “Soy de los fieles y grandes amantes de Nueva York. Si tuviese que comprar otra casa, elegiría Manhattan. No para vivir, porque necesito a mi familia cerca. Pero creo en la influencia de las energías y esta ciudad me da comodidad instantánea”, asegura.

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Susana, Marley y Mecha retiraron los tickets “house seats” especialmente reservados por Roger y fueron de los primeros en ocupar sus butacas. Tras la función, Ricky recibió a las estelares visitas en su camarín: despojado, con temperatura controlada, luz precisa y renovador de aire.

Susana, Marley y Mecha retiraron los tickets “house seats” especialmente reservados por Roger y fueron de los primeros en ocupar sus butacas. Tras la función, Ricky recibió a las estelares visitas en su camarín: despojado, con temperatura controlada, luz precisa y renovador de aire.

En la intimidad de su camarín, Elena recibió un oportuno regalo de Marley: el nuevo diseño de Uleg, su firma de remeras.

En la intimidad de su camarín, Elena recibió un oportuno regalo de Marley: el nuevo diseño de Uleg, su firma de remeras.

Agotados por la función y en vísperas de la grabación del CD con la banda de sonido de Evita, Ricky y Elena desistieron de la comida en el clásico Sardis. Susana prometió: “Esta noche vamos a celebrar tu triunfo”. Diego Ramos, amigo de Roger, coincidió con el grupo.

Agotados por la función y en vísperas de la grabación del CD con la banda de sonido de Evita, Ricky y Elena desistieron de la comida en el clásico Sardis. Susana prometió: “Esta noche vamos a celebrar tu triunfo”. Diego Ramos, amigo de Roger, coincidió con el grupo.

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