“Ricky Martin se equivocó: a nadie le interesa saber con quién se acuesta un artista” – GENTE Online
 

“Ricky Martin se equivocó: a nadie le interesa saber con quién se acuesta un artista”

Actualidad
Actualidad

Domingo, nueve de la noche. Un avión de American Airlines lo había traído desde Miami. Pero su salida del aeropuerto de Ezeiza se demoró más de lo esperado. ¿Las razones? Primero, tuvo que soportar una exhaustiva revisión en la Aduana, donde le examinaron las seis valijas que traía. La otra causa del retraso fue algo menos traumático: decenas de personas lo pararon para saludarlo, sacarse fotos y pedirle autógrafos. “Me parece perfecto que me revisen. Porque sea Ricardo Fort no debo tener privilegios. De todos modos, lo que a veces la gente no entiende es que soy ciudadano estadounidense y todo el tiempo estoy llevando y trayendo cosas de mi casa de Nueva York a la de Buenos Aires. Salvo los veinte pares de zapatos que le traje a Virginia, después son todas cosas que uso en los dos países”, asegura el hombre que desde hace un año se convirtió en una de las personas más mediáticas de la Argentina.

Como hacía varias horas que estaba sin probar bocado, en el camino a su penthouse en el barrio de Belgrano pidió la cena en un delivery: pollo con puré de zapallos y agua mineral, nada sofisticado. Pero al llegar al lujoso piso 21, la cena también sufriría demoras. Marta y Felipe, los mellizos de seis años, extrañaron a su papá y se lo hacen notar. El, como si fuera un chico pero de 41, los besa, los abraza, los arroja al aire: “Y sí, son mi debilidad, mi prioridad absoluta. Todos mis miedos pasan por ellos: que no les suceda nada, que no se enfermen...”, confiesa Fort mientras intenta incorporarse con los mellizos colgados de sus piernas.

En la otra punta del enorme living, Virginia Gallardo, su novia, los observa con ternura. Y desterrando los rumores que hablan de una supuesta separación, se besan de manera apasionada. Luego, sí, llega la cena mientras todos miran Impacto 9, el programa que conduce Jésica Cirio. De pronto una de las entrevistadas, la vedette Cinthia Fernández, dispara: “Fort es un ridículo que bailaba en una mesa en Esperanto y no lo conocía nadie”. Ahí, la carcajada es general, mientras el aludido arranca con la primera ironía de la charla con GENTE: “Estaba preocupado, porque hace más de media hora que estamos mirando la tele y no habían hablado de mí. Pensé que algo había cambiado, pero me quedo más tranquilo. ¡Sigo siendo noticia después de mi viaje a Miami!”.

–¿Qué te genera escuchar que todo el tiempo se habla de vos?
–En algunos casos, como el de esta chica, me causa gracia. Hoy, si querés tener cinco minutos de fama, ¡pegale a Ricardo Fort! En cambio, a la gente, al público, le gusto como soy. Me ven como un tipo sencillo, que habla igual que ellos. Por ejemplo ahora en Miami, no podía caminar por la cantidad de personas que me paraban.

–¿A qué fuiste a Miami?
–Intenté descansar, pero al final no pude. El próximo mes estoy sacando mi propia revista y me reuní con la jefa de prensa que me está manejando todo en los Estados Unidos.

–¿Una revista?
–Sí. Se va a llamar “Ricardo Fort” y será variada. En este viaje aproveché para cerrar notas con Chayanne, Andy García, Talía y Manu Ginóbili, entre otros. Además, una de las cadenas televisivas más importantes de los Estados Unidos me ofreció hacer mi propio programa.

–¿Estás pensando en volver a vivir en Miami?
–No. Para poder hacerlo debería viajar a Buenos Aires dos veces por semana. Acá tengo que estar en Este es el show (por El Trece), el 15 de abril debuto en la calle Corrientes con la obra Fortuna (en el teatro Premier, con Silvina Escudero), me tengo que sentar con Marcelo (Tinelli) para ver qué voy a hacer en Bailando 2010, estoy terminando de escribir mi biografía, saco un disco con Warner Music en el que voy a hacer canciones de Sandro, y en junio me voy a Sudáfrica para el Mundial. Como verás, ¡no tengo tiempo para más nada!

–¡Y eso que ibas para recuperarte de tu operación de columna...!
–Ojo, que no fue una pavada... Me tuvieron que reconstruir toda la columna. El año pasado, en Bailando me rompí los meniscos, y eso provocó que debiera hacer malos movimientos durante todo el programa. Según los médicos, fue lo que terminó de destrozarme la columna. Me pasé el verano con unos dolores terribles. Y cuando volví decidí operarme. Me abrieron para ponerme cuatro clavos y se dieron cuenta de que mi columna estaba partida al medio. Cuando me desperté, el cirujano –Guillermo Cardinali– me dijo: “Andá a Miami y cuando se deshinche te vuelvo a operar”. Volví a casa, ¡y no me podía mover! A los tres días regresé al consultorio y le rogué: “¡Operame ya y reconstruime la columna!”. Entonces me pusieron 18 tornillos y dos varillas de titanio. Y aquí, estoy, perfecto... En este viaje no me dolió para nada.

–En Miami también te encontraste con Luciana Salazar.
–Luli siempre me cayó bien. Coincidimos en este viaje y la invité a cenar. Descubrí a una mujer increíble. Nos quedamos hablando hasta las dos de la mañana. Ahora vamos a grabar una canción y tal vez, por un mes haga el papel principal en Fortuna, algo que se estila mucho en Broadway. ¡La dupla Fort-Salazar puede ser explosiva!

–Cuando tus fotos con Luli se vieron por Internet, muchos programas de radio comentaron: “Se juntaron las dos personas más operadas de la Argentina”. Me imagino que te enteraste.
–(Carcajadas) Me divierte, pero no me afecta. Ya estoy curtido con esas personas que aparecen como ratas después de la inundación para tener dos minutos de fama. ¿Qué más se dijo?

–El viernes pasado, Elizabeth Vernaci comentó en el programa de Pettinato: “Fort tendría que imitar a Ricky Martin”. ¿Lo escuchaste?
–Sí, y mi abogado ya está iniciando acciones legales contra ella, porque además de eso me insultó.

–¿Qué pensás cuando se habla tanto de tu sexualidad?
–Me da lo mismo. Lo que yo hago en la cama con Virginia es problema mío y de ella.

–Y a vos, Virginia, ¿te molesta que se comente que Ricardo es homosexual?
Virginia: No, para nada. Sé que es parte del juego y lo acepto. A veces me da pena, porque sé que a él le afecta. Tiene hijos, mamá, hermanos, y no es agradable escuchar semejantes pavadas.
Ricardo: Igual, al principio me molestaba más. Ahora entendí que eso no le importa a nadie.

–Volvamos a Ricky Martin. ¿Te sorprendió?
–La verdad, no entiendo por qué lo dijo.

–¿Lo conocés? ¿Son amigos?
–Amigos no... Pero, sí, lo conozco de cuando yo estaba en México. Arrancamos nuestras carreras más o menos al mismo tiempo. Recuerdo que un día nos encontramos en el aeropuerto de Los Angeles, y al verme con Martita y Felipe me preguntó cómo había logrado formar una familia. Entonces le recomendé alquilar un vientre para tener sus hijos. A los dos años, justo el plazo que demora llevar adelante este tratamiento, nacieron sus mellizos, Matteo y Valentino.

–¿Por qué decís que no entendés su confesión?
–Para mí se equivocó al confesarse gay. A nadie le interesa saber con quién se acuesta un artista. Y en cuanto a esa versión de que lo habían amenazado con unas fotos, tampoco es excusa. A mí me llamaron para decirme que iban a publicar unas cartas que supuestamente yo le había escrito a Guido Süller. “Publiquen lo que quieran, me importa un carajo”, les respondí. Creo que ésa debería haber sido la respuesta de Ricky. Lo único que importa es lo que Virginia siente cuando está conmigo. Después, si hablan, sólo aumentan mi fama. En la terraza de su piso en South Beach, Miami, con toda la ciudad de fondo. “Aquí no puedo caminar por la calle: chilenos, paraguayos, uruguayos y argentinos, todos quieren sacarse fotos conmigo”, jura.

En la terraza de su piso en South Beach, Miami, con toda la ciudad de fondo. “Aquí no puedo caminar por la calle: chilenos, paraguayos, uruguayos y argentinos, todos quieren sacarse fotos conmigo”, jura.

Luciana Salazar siempre habló bien de Ricardo, y él se lo retribuyó con una cena en el restó Carpaccio, de Bal Harbour. Estuvieron hasta las dos de la mañana, hablaron de negocios y acordaron, entre otras cosas, grabar juntos un tema. El le ofreció que durante un mes sea protagonista de la obra Fortuna. “¿Así que dijeron que nos juntamos las dos personas más operadas de la Argentina?”, se ríe Ricky a carcajadas.

Luciana Salazar siempre habló bien de Ricardo, y él se lo retribuyó con una cena en el restó Carpaccio, de Bal Harbour. Estuvieron hasta las dos de la mañana, hablaron de negocios y acordaron, entre otras cosas, grabar juntos un tema. El le ofreció que durante un mes sea protagonista de la obra Fortuna. “¿Así que dijeron que nos juntamos las dos personas más operadas de la Argentina?”, se ríe Ricky a carcajadas.

“Cuando me abrieron, se dieron cuenta de que tenía la columna vertebral partida al medio. Me pusieron dieciocho tornillos y dos varillas largas de titanio. Ahora estoy genial. En unos meses... ¡hasta podré volver  a bailar!”

“Cuando me abrieron, se dieron cuenta de que tenía la columna vertebral partida al medio. Me pusieron dieciocho tornillos y dos varillas largas de titanio. Ahora estoy genial. En unos meses... ¡hasta podré volver a bailar!”

Más información en Gente

 

Más Revista Gente

 

Vínculo copiado al portapapeles.

3/9

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipisicing elit.

Ant Sig