Las tragedias en la familia Kennedy no tienen fin. Ahora se confirma que encontraron sustancias tóxicas en el sistema nervioso de la joven en el momento de su muerte.
Saoirse Kennedy Hill era la única hija de Courtney Kennedy Hill, el quinto de los once hijos de Robert y Ethel Kennedy. El padre de Hill es Paul Michael Hill, uno de los cuatro condenados falsamente en los bombardeos del Ejército Republicano Irlandés de 1974 en dos pubs. La viuda de Robert, Ethel, de 91 años, dijo en ese momento que “el mundo es un poco menos hermoso hoy” después de la repentina muerte de su nieta.
La joven de 22 años murió en el complejo de Kennedy en Hyannis Port, Massachusetts, el 1 de agosto. La familia Kennedy había confirmado su muerte en una declaración a Associated Press: “Nuestros corazones están destrozados por la pérdida de nuestra amada Saoirse”.
Saoirse era alumna del Boston College, donde se especializó en comunicación. Su interés por la política se vio reflejado en el cargo de vicepresidenta que desempeñó en el College Democrats, la herramienta de divulgación juvenil del Comité Nacional Demócrata. Según publica The New York Times, Kennedy Hill escribió en 2016 sobre su lucha contra la depresión y las enfermedades mentales para el diario estudiantil. En el texto, narraba cómo había tenido que lidiar con “profundos episodios de tristeza” que se sintieron como “una roca pesada” en su pecho, como una agresión sexual que la llevó a intentar quitarse la vida en tercer año.
El Boston Herald y la cadena WCBV5 publicaron los resultados toxicológicos de Saoirse, revelando que una combinación de metadona, fluoxetina, diazepam, alcohol y otras sustancias fueron encontradas en el sistema nervioso de Hill en el momento de su muerte.
