“Quizás en esta nueva etapa termine casada con Osvaldo” – GENTE Online
 

“Quizás en esta nueva etapa termine casada con Osvaldo”

Actualidad
Actualidad

Se enamoraron a primera vista y nunca más se separaron. Veintiocho años juntos, una hija, una casa para compartir, una vida… Todo eso consiguieron. El año pasado, claro, tuvieron su primera gran crisis de pareja. Entonces, ella agarró las valijas y tomó distancia. Nueve meses necesitó, necesitaron, para darse cuenta de que una segunda oportunidad valía la pena. Hoy, Viviana Sáez (45) siente que no se equivocó. Que Osvaldo Laport (51) era y es su gran amor. Pero… Sí, siempre hay peros, esta vez debía ser diferente. “Ya no tengo un director técnico a mi lado: tengo un compañero, un marido. Por eso decidí comenzar a compartir la vida desde otro lado. Hoy me hago cargo de mi vida. Me ocupo de mi familia, pero también de mí”, cuenta. Y, parece, lo consiguió: protagoniza en el teatro Tabaris la comedia Busco al hombre de mi vida, marido ya tuve, volvió a la televisión con un personaje en Lalola y reeditó su disco En el nombre del amor. “La crisis, y más que nada la reconciliación, me fortalecieron, me hicieron pensar la vida que quiero”, arranca confesando ella, mientras invita un mate amargo, tan uruguayo como su marido.

–No quiero empezar siendo indiscreto, pero todos se preguntan cuál fue el detonante de la crisis…
–Creo que no hubo detonante. Fue un desgaste de muchas cosas personales. Mi papá se había muerto dos meses antes de separarme. Y con Osvaldo veníamos atravesando crisis muy pequeñas… Un día comencé a ver el vaso vacío de todas la cosas que me rodeaban. No podía seguir viviendo así. No le encontraba sentido a nada. El tiempo no se detenía por mis problemas, y cada vez me hundía en un pozo más profundo. Entonces cambié de psicóloga y me fui a vivir nueve meses a Nordelta. En ese tiempo aprendí a disfrutar de mi presente. Decidí dejar de lado el pasado. Guardé recuerdos muy lindos y decidí que los otros no los quería volver a atravesar.

–¿Qué cosas no querés volver a vivir?
–Me desatendía. No cuidaba mi proyecto de vida ni profesional. Creo no me preocupaba por alimentar todo el tiempo, como una plantita, a mi vida personal y de pareja . Se me escapaban cosas. Siento que hoy es mi momento, sé lo que quiero y con quién quiero estar. Osvaldo es el hombre de mi vida, más allá de las idas y vueltas. Y ahora estamos atravesando un camino muy maduro. Aprendimos a respetar los tiempos de cada uno.

–¿Cómo fue el proceso de armar las valijas e irte de tu casa?
–Fue difícil, pero necesario. Sé que muchas veces, cuando uno se separa puede perder, pero yo decidí arriesgar. Igual, me fui bien. Lo hablamos mucho y creíamos que era lo mejor. Sabíamos que nos íbamos a extrañar, pero necesitaba tomar distancia. Muchas veces necesitás alejarte para ver bien a tu pareja: la distancia sirve para valorar las virtudes del otro y extrañar lo cotidiano. Ahora apuesto nuevamente al amor. Lo único que nos propusimos cuando nos separamos fue cuidar a nuestra hija. Por eso Jazmín (12) iba y venía de una casa a la otra.

–Nueve meses, casi un parto… ¿En ese tiempo fantaseaste cómo podría ser tu vida con otra persona?
–No. No me separé por otro hombre. Sólo necesitaba buscar respuestas y lo hice en silencio. Empecé a entrenar en remo, a hacer deportes, cambié de psicóloga y me encontré. Lloré y sufrí mucho, porque era la primera vez que vivía sola. A los 16 años me fui a vivir con Osvaldo. El fue mi primera experiencia, y aunque a lo largo de esta vida muchos hombres se me acercaron, yo sigo eligiendo a Osvaldo todo el tiempo, todos los días de mi vida.

–¿Quién propuso la reconciliación?
–Nosotros no nos dejábamos de ver nunca, porque nuestra hija iba y venía. Pero, poco a poco, Osvaldo comenzó a venir a cenar a casa. Pasamos las Fiestas juntos. Se quedaba a dormir y nos fuimos reeligiendo, volviéndonos a enamorar. Hasta que, muy lentamente, fui mudando mis cosas de nuevo a la casa en la que vivimos durante tantos años.

–¿Existe eso de reelegirse?
–Sí, a nosotros nos pasó y es maravilloso. Es muy lindo volver a enamorarte de la persona que amaste durante toda la vida. Hoy nos amamos de otra manera: ahora siento con mi alma, mi cuerpo y mi mente, y asumí que también puedo hacer cosas para dedicarme a mí.

–Sos de esas mujeres que siempre están a full y se ocupan de su casa, su marido, su hija y su trabajo…
–Siempre. Amanezco con el motor puesto y me gusta ocuparme de todo. Además de actuar en televisión y teatro, a veces canto en eventos. Y como si fuese poco, con mi hermana armamos una empresa de ropa femenina y organizamos tés fashion para poder vender la ropa. Pero ahora no quiero abarcar todo, y sé pedir ayuda. Ya no me creo la Mujer Maravilla.

–¿Cómo te recuperaste de la muerte de tu papá?
–Fue difícil. Mi papá se fue despidiendo de a poco. Los últimos días, él veía una luz muy intensa, hablaba de la gente que ya estaba muerta, de su infancia en San Nicolás... Y un mes después de su muerte fuimos a tirar las cenizas al río, muy cerca de la Virgen. En ese momento no encontraba el eje. Estaba perdida y decidí vivir esa crisis, no esconderla. Hoy siento que mi papá me ayudó desde el cielo a reencontrarme con mis necesidades primarias. Además, mi hija me dio mucha paz. Me apoyaba y me decía que el abuelo le estaba haciendo asado a toda la gente buena que había en el cielo. Mi papá, desde donde está, me sigue dando buena energía, buena vibración.

–¿Y cómo vivís todos estos cambios?
–Cada día de una manera más consciente. Ahora decidí volver a mirarme al espejo, a ocuparme de mí. Por eso estoy entrenando con mi personal trainer, practico remo y sigo cultivando la vida naturista, que no sólo consiste en comer sano, sino en un concepto más universal. De lunes a viernes me cuido, y me encanta esperar que llegue el fin de semana para disfrutar de los asados de Osvaldo.

–¿Te hiciste alguna cirugía ya?
–Sí, pero ninguna en la cara. No les tengo miedo a las cirugías, pero a mí me gustan mis arrugas, y no me vivo quejando de las grasitas que me sobran, ni de la celulitis, porque el paso del tiempo me hizo una mujer más sabia.

–¿Qué te enseñó?
–A ser más inteligente. A saber escuchar y escucharme. A detenerme. A no ser atolondrada. Ahora aprendí a pedir, sin demandar cosas imposibles. El amor que nos tenemos con Osvaldo me hizo superar la crisis, pero ahora ya no tengo un director técnico a mi lado: tengo un compañero, un marido. Por eso decidí comenzar a compartir mi vida desde otro lado.

–¿Por qué estuvieron tantos años juntos y nunca se casaron?
–¿Sabés que una vez, en el 2000, yo le propuse casamiento…? Pero después se postergó. La verdad es que los papeles no nos cambian en nada, porque nosotros estamos muy bien juntos. Pero tampoco lo descarto. Quizás en esta nueva etapa termine casada con Osvaldo.

–¿Te gustaría que él te haga esa propuesta?
–Yo soy muy romántica, y a veces fantaseo con hacer una gran fiesta de casamiento. Quién te dice… Tal vez cuando lea esta nota me sorprenda.

Viviana siente que está en el mejor momento de su vida: volvió a elegir a Osvaldo y además está haciendo lo que más le gusta: actuar y cantar.

Viviana siente que está en el mejor momento de su vida: volvió a elegir a Osvaldo y además está haciendo lo que más le gusta: actuar y cantar.

Viviana y Osvaldo están juntos desde hace 28 años. No lastimar a Jazmín, la hija que tuvieron hace 12 años, fue lo único que les importó en los tiempos de crisis. Hoy volvieron a vivir los tres bajo el mismo techo, y están tan felices como en los primeros tiempos.

Viviana y Osvaldo están juntos desde hace 28 años. No lastimar a Jazmín, la hija que tuvieron hace 12 años, fue lo único que les importó en los tiempos de crisis. Hoy volvieron a vivir los tres bajo el mismo techo, y están tan felices como en los primeros tiempos.

Más información en Gente

 

Más Revista Gente

 

Vínculo copiado al portapapeles.

3/9

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipisicing elit.

Ant Sig