“Quiero ser mamá ya… ¡pero todavía no di con el hombre indicado!” – GENTE Online
 

“Quiero ser mamá ya... ¡pero todavía no di con el hombre indicado!”

Actualidad
Actualidad

Los 30 no tienen la frescura de los 20 ni el marketing de los 40. Son tiempos difíciles, de definiciones. Dentro del género femenino, están regidos por la urgencia. Inspiraron a autores de best sellers enormes, como Sex & The City y Confesiones de mujeres de 30. La problemática de la tercera década en las mujeres atraviesa lo cotidiano, lo laboral y lo sentimental. Es una etapa donde las treintañeras comienzan a definir su realización como seres humanos, profesionales, esposas o madres. Cuando comienzan su lucha contra el paso del tiempo. Y contra el deterioro del cuerpo, claro.

A Romina Gaetani los 30 le sientan bien. Muy bien. Ahora disfruta de una pausa en las grabaciones de Don Juan y su bella dama, el éxito de los tardes en la pantalla de Telefe, uno de los tres programas más vistos del 2009, y cuya historia está entrando en su defiición. En su camarín de los estudios Teleinde luce el vestuario de la próxima toma: vestido largo, de escote profundo y generoso. Tiene peinado de peluquería, con flequillo perfecto. “Empezamos cuando quieras”, se ofrece. A continuación, confesiones de una diva de 31 años.

–¿Cuál es tu estado civil actual?
–Soltera.

–¿Y sola...?
–Completamente.

–Me dijeron que estabas con alguien, muy contenta.
–Es cierto: estaba... Pero ya no. Terminó hace poquito: tenés la primicia.

–¿Cómo se explica? Sos linda, tenés éxito en tu carrera…
–(Interrumpe) ¿Me querés hacer llorar? No es fácil sostener una relación de pareja; tienen que coincidir muchos factores. Cuando se tenga que dar, se va a dar. Pero soy tan independiente que me banco mis momentos de soledad. Me encanta estar en pareja, soy muy hogareña… Aunque reconozco que soy muy exigente.

–Entre amigos tenemos una teoría: que hasta los 30 las chicas persiguen lo que les gusta; a partir de entonces, empiezan a buscar lo que les conviene. Y no se trata sólo de dinero, que quede claro.
–Hay mucho de eso. No creo que estén errados. Pero yo no me conformo. Además, ninguno de mis logros fue atravesado por un hombre: mi casa, mi auto, mis trabajos y mis vacaciones de cada año, todo, lo conseguí por las mías. Antes de elegir a un hombre por conveniencia me quedo sola.

–Estás llegando a una edad en la que te presentan más separados que solteros.
–Eso no me preocupa. Lo que me llama la atención es que me estoy cruzando con muchas embarazadas.

–¿Te seduce la idea de ser madre?
–¡Mucho! Quiero serlo ya. Es mi mayor deseo.

–¿Y en ese deseo el padre es imprescindible?
–Por supuesto. Quiero un hijo con un padre presente. Espero encontrar al hombre indicado, que me respete y confíe en mí. Deseo enamorarme y ser correspondida. Tener muchos hijos. Y que él sea un hombre con todas las letras. Ese es mi sueño y así es la familia que anhelo.

–Pregunta de tía: “¿No pretendés demasiado, nena?”.
–¡Es posible! A veces los astros no están alineados para que ello suceda. Pero cuando uno está abierto a dar lo mejor, también debe pretender lo mejor. Y tengo todo para que se me dé.

–¿Te propusieron casamiento alguna vez?
–¡Sí! Una mañana en Italia, un novio italiano. Yo lo estaba haciendo probar el mate y él, sin más preámbulos, me dijo: “¿Vos te casarías conmigo?”. Le pasé el mate, no contesté… Yo tenía 21 años. ¡Era muy joven!

–A cierta edad, pueden ser los 30 o los 40, las mujeres empiezan a repetir: “Ahora estoy mejor que a los 20”. ¿Es una expresión sincera o sólo un consuelo?
–Es sincero. Los años te dan sabiduría, firmeza. Sabés lo que querés y lo que no. Además, ya probaste todo. Yo sé lo que quiero, aprendí de mis errores. Reconozco mis habilidades, sé que puedo crecer más, esperar a un hombre que me valore.

–Parece que te resulta complicado conseguir un candidato que te pretenda bien.
–En un momento pensé que era difícil. Me sumé a eso de “ya no hay hombres”. Pero cuando tenés que conocer a la persona, se da.

–¿Estás conforme con la imagen que te devuelve el espejo?
–Por supuesto, aunque sé que se puede mejorar. Me cuido, entreno, como bien, voy al spa… No me persigo con mi imagen: hago hasta donde soy feliz: el resto no me preocupa.

–¿Nunca hiciste un desnudo?
–Ni siquiera un topless. En México me ofrecieron mucha plata para posar desnuda, tipo conejita, pero no acepté. Me da vergüenza. Igual, tampoco lo descarto. Pero no te confíes por las páginas de Internet que prometen fotos mías desnuda: estoy en juicio contra dos buscadores que me asocian con sitios porno.

–Por lo general, las fotos de las celebrities desnudas las suben a Internet ex novios despechados…
–Cero. Olvidate. Ni soñando. No hay fotos mías así, no existen.

–¿Cirugías?
–Nunca. En mis primeras épocas me recomendaron operarme la nariz. Hoy agradezco no haber dado bola… Mi única cirugía es el Photoshop, aunque muchas veces exageran. No me gusta cuando me sacan mis curvas y me dejan como un palito, tipo modelo de pasarela.

–¿Qué es lo que más te piropean?
–El último piropo me lo dijeron, hace minutos, los empleados de mantenimiento en el estudio: “Vos con esas curvas, y yo sin frenos...”.

–Vuelvo al principio. ¿Hay crisis a los 30?
–A mí la crisis me agarró después de Soy gitano, hace cuatro años, cuando empecé a ser popular. Me encontré parada en un lugar muy loco y descubrí cosas del medio que no me gustaban. Ahí di un paso al costado y me di cuenta de que podía realizarme artísticamente haciendo música.

–¿Sos buena cantando?
–Sí. No soy Janis Joplin, pero ando bien. Iba a hacer un disco, pero desistí porque las discográficas me querían vender como “la chica de las novelas que canta”.

–Podía parecer un piletazo para sacarle el jugo a la popularidad que obtuviste en Soy gitano...
–Justamente. Así que terminé en casa, estudiando piano y guitarra, armando mi propia banda. Al final quedó todo en la nada: me fui a actuar a México.

–¿Tus novios músicos te ayudaron a desarrollar tu proyecto?
–¿Quiénes?

–Limón (por Héctor Limón García, ex Bersuit).
–No, justamente él no.

–¿Y Fena? (por Fena Della Maggiora, ex guitarrista de Fito Páez).
–Con Fena somos amigos… ¡Nunca fuimos novios!

–Pero se dieron sus buenos besos. Hay fotos.
–(Ríe) Es cierto. Pero besos de amigos… ¿Los de la foto son apasionados? Bueno, son besos de amigos apasionados. Fena sí que me ayudó con la música.

–Requisito indispensable para seducir a Romina Gaetani.
–Que sea inteligente, que tenga humor, que me respete, que confíe en mí, que me ame… (ríe) ¿Se me fue la mano? Yo sé que va a aparecer. En cuanto a lo físico, no tengo mayores pretensiones. Me alcanza con que tengamos química.

Una imagen de Cristo –ubicada sobre el marco de la puerta de ingreso al camarín– bendice la entrevista. De las paredes cuelgan algunos impresos, plastificados, con dibujos. Hay símbolos religiosos, católicos y judíos. Están las pirámides de Egipto. Además de tres números “5” en hilera… Se destaca, también, un templo que a primera vista se confunde con una nave espacial. En algún momento de la charla, quizás antes de encender el grabador, Romina dijo que atraviesa “un momento de gran espiritualidad”.

–¿Cómo definirías ese momento?
–Hace seis años que estudio metafísica y hago meditación. Estudio un método que son canalizaciones de distintas meditaciones. Lo que hacemos es unir la sabiduría y la filosofía de los incas, los mayas, los aztecas, los atlantes… No, no es una religión. Hace días, Romina terminó su última relación. “Antes pensaba que no quedaban hombres, pero ya no me preocupa: lo que deba ser, será”, dice.

Hace días, Romina terminó su última relación. “Antes pensaba que no quedaban hombres, pero ya no me preocupa: lo que deba ser, será”, dice.

“Quiero un hijo, pero con un padre presente. Espero encontrar al hombre indicado, que me respete y confíe en mí. Deseo enamorarme y ser correspondida. Ese es mi sueño y así es la familia que anhelo”

“Quiero un hijo, pero con un padre presente. Espero encontrar al hombre indicado, que me respete y confíe en mí. Deseo enamorarme y ser correspondida. Ese es mi sueño y así es la familia que anhelo”

“Ninguno de mis logros fue atravesado por un hombre: mi casa, mi auto, mis trabajos y mis vacaciones de cada año, todo, lo conseguí por las mías. Antes de elegir a un hombre por conveniencia me quedo sola”.

“Ninguno de mis logros fue atravesado por un hombre: mi casa, mi auto, mis trabajos y mis vacaciones de cada año, todo, lo conseguí por las mías. Antes de elegir a un hombre por conveniencia me quedo sola”.

Más información en Gente

 

Más Revista Gente

 

Vínculo copiado al portapapeles.

3/9

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetur adipisicing elit.

Ant Sig