“Quiero salir. Por favor, llévenme a casa” – GENTE Online
 

“Quiero salir. Por favor, llévenme a casa”

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Mi padre está ahora bien cuidado, descansando, recuperándose. Los que lo queremos estamos a su lado, y él lo sabe”, resume Migue García (31) a GENTE el lunes 16 de junio, desde la intimidad de su departamento de Coronel Díaz y Santa Fe. Mientras, Charly García (56), su padre, lleva su tercer día de internación en la clínica neuropsiquiátrica Dharma, ubicada en avenida Chiclana 3319, en Parque Patricios, un lugar seguramente no deseado por él, acostumbrado a solicitar las mejores suites en los hoteles donde deambula como artista. Hoy, el estado del cantante está en la mira: se dice que muestra signos de cierto grado de desnutrición y que se recupera de una neumonía que lo tuvo a maltraer en los últimos días. Pero eso no es todo. Donato Spaccavento, director del hospital Argerich, adonde fue trasladado el viernes desde San Juan en un avión sanitario, sonó lapidario cuando habló de su salud actual: “Presenta un grave cuadro de excitación psicomotriz. Concretamente, decía que si no lo dejábamos ir se suicidaba. Puede ser porque está padeciendo un síndrome de abstinencia de drogas y alcohol –lo más probable–. Lo seguro es que necesita custodia médica ya”.

Charly ya sabe de sanatorios psiquiátricos. Hace 15 años Carmen, su madre, decidió internarlo en uno del barrio de San Telmo, y desde entonces el rocker no quiere ni oír de ella. Pero volviendo al último viaje del músico a Cuyo, hay cosas que nadie contó...

EL DESMAYO EN SAN JUAN. La real situación de García podía vislumbrarse desde el viernes 6 de junio por la mañana. Ese día, la productora de Hugo de Bernardo tenía un vuelo reservado para el cantante rumbo a San Juan a las 11.50 horas. Pero un llamado de un asistente solicitó cambiarlo para más tarde “porque Charly no durmió en toda la noche y necesita descansar”. Recién a las cuatro de la tarde llegaba a la provincia de Mendoza, único vuelo que le pudieron conseguir. “Estaba de buen humor, pero se lo notaba desmejorado”, explicó gente de la empresa que lo trajo. Por la noche convocó a más de 1.500 personas en Hugo Espectáculos. Fue casi una hora de un show fantástico, aunque tras bambalinas crecía el rumor de que García lucía agotado, enfermo. Por eso, permaneció todo el sábado 7 en el hotel Villa Don Tomás. Recién a las 22 horas decidió salir. Pero se supo que el músico también había vivido otro contratiempo. “Charly se desmayó y desde el hotel llamaron a un Servicio Coordinado de Emergencias. No quiso atenderse, pero ya estaba muy mal”, explicaron desde la productora.

ESTADO PSICOMOTRIZ AGRESIVO”. Pese a su delicado estado de salud, alrededor de la 1.30 de la madrugada cumplía con otra actuación musicalmente impecable, que deslumbró a 500 fans en Cacano Bar, en la ciudad de Mendoza. Tanto Alejandro Cabanillas, dueño del lugar, como el productor Alejandro Galeano, ambos amigos del músico, confiaron a GENTE que García se quejaba de fuertes dolores en el estómago. Tan mal se sentía que antes de su actuación tuvieron que llamar a un médico particular, que lo atendió en la habitación, y debió suspender el espectáculo previsto para el domingo por la noche. “Charly está descansando”, decían en el hotel Solaz de los Andes... Pero en la mañana estalló la bomba: Charly correteaba semidesnudo y a los gritos desde la habitación 109 a la 114. “Aparentemente estaba muy enojado con su asistente. En su cuarto había destrozado una guitarra, se notaban daños en el frigobar, terminó rompiendo la casilla de vidrio donde estaba la manguera extinguidora de incendios y se cortó”, contó Andrea Villegas, directora del hotel. El raid terminó con una llamada a la Policía y el traslado al Hospital Central de Mendoza. “Llegó en un estado psicomotriz agresivo”, decía José Ascor, director del nosocomio, mientras la imagen de Charly amarrado a una camilla retrataba una mañana de furia y descontrol. Muchos a esa altura recordaban la frase que dejó apenas pisó Mendoza: “A veces siento mucha presión, como que algo va a estallar”, dijo memorando una serie de episodios confusos que vivió en esa provincia. La más increíble: cuando su etérea figura cayó desde el noveno piso del hotel Aconcagua a la piscina.

Y LLEGO LA POLICIA. Después de que Charly se mostrara como Dios lo trajo al mundo, los primeros en llegar al lugar fueron policías de la Comisaría Segunda de Mendoza. El músico los recibió con la guitarra que recién había roto. Se solicitó la intervención de un médico forense. Y como los uniformados advirtieron la presencia de drogas, se dio intervención a la Justicia federal, que abrió una causa caratulada “tenencia de estupefacientes para consumo personal”.

Pese a todo lo que se dijo en contrario, la familia de Charly siempre estuvo al tanto de todo lo que le venía sucediendo, en especial Migue, su hijo, al que se vio conmocionado, pero poniéndose al frente de la situación. El hijo de García llegó en las primeras horas del jueves 12 para trasladar a su padre rumbo a Buenos Aires, después de pedirle ayuda a la mismísima Presidenta de la Nación, Cristina Kirchner. Por ese entonces, el parte médico dado por la Clínica de Cuyo, donde se lo había trasladado, decía: “El paciente está compensado, estable, despierto y lúcido. Su humor es bueno y podrá irse con un plan de tratamiento correspondiente”.

MI BUENOS AIRES, QUERIDO. Al llegar a la Capital Federal a través de un avión sanitario que fletó el gobernador de San Juan, José Luis Gioja, fue internado en la habitación presidencial del hospital Argerich, en La Boca. Allí vivió un día de furia y se recomendó su traslado a una clínica neuropsiquiátrica. Por eso, a través de SADAIC –Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música–, el sábado a las 14 horas se lo llevó a la clínica neuropsiquiátrica Dharma. Lucía semidormido, producto de los calmantes que le habían suministrado. El domingo, Día del Padre, lo visitó Migue, su hijo, que habló con los médicos del sanatorio. El lunes fue a verlo Jéssica (21), quien se declara hija del ídolo, y fue recibida por las autoridades del lugar.

¿Cómo está Charly hoy? Por sobre todas las cosas, calmado. Disfruta de la tranquilidad del patio de la clínica, que tiene un aro de básquet, donde algunos internos hacen ejercicios. Allí también hay un salón con dos televisores para ver películas y distintos programas. Dicen que García se lo tomó bien, que está en paz. Pero también implora su libertad. ¿Qué dice? “Quiero salir; por favor, llévenme a casa”.

Desde Mendoza: Marina Correa. Fotos: Rubén Paratore y gentileza diarios Los Andes y Uno

Sábado, 14 horas. Charly es trasladado desde el hospital Argerich a la ambulancia que lo llevará a la clínica neuropsiquiátrica Dharma, en Parque Patricios, bajo el efecto de sedantes.

Sábado, 14 horas. Charly es trasladado desde el hospital Argerich a la ambulancia que lo llevará a la clínica neuropsiquiátrica Dharma, en Parque Patricios, bajo el efecto de sedantes.

“Mi padre está ahora bien cuidado, descansando, recuperándose. Los que lo queremos estamos a su lado, y él lo sabe” (Migue García).

“Mi padre está ahora bien cuidado, descansando, recuperándose. Los que lo queremos estamos a su lado, y él lo sabe” (Migue García).

El viernes 6 tocó en San Juan y lucía enfermo. Al otro día se desvaneció y tuvieron que llamar al médico. El lunes 9 vivió un día de furia: hizo destrozos en el hotel, y fue llevado al Hospital Central de Mendoza. Su hijo Migue llegó el jueves para acompañarlo  en el traslado a Buenos Aires.

El viernes 6 tocó en San Juan y lucía enfermo. Al otro día se desvaneció y tuvieron que llamar al médico. El lunes 9 vivió un día de furia: hizo destrozos en el hotel, y fue llevado al Hospital Central de Mendoza. Su hijo Migue llegó el jueves para acompañarlo en el traslado a Buenos Aires.

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