“Quiero que la gente me acompañe en esta lucha para terminar con las mafias” – GENTE Online
 

“Quiero que la gente me acompañe en esta lucha para terminar con las mafias”

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Algunos rincones de Barracas parecen devastados por un bombardeo. Pero las bombas son la falta de mantenimiento y los cientos de camiones con containers que poco a poco van despedazando el asfalto. De pronto, en Brandsen y Montes de Oca, cuando el semáforo canta rojo, La Piba se trepa al estribo de un camión. “Buenas tardes, amigo. Soy Patricia Bullrich. Dígame con una mano en el corazón: ¿usted está de acuerdo con esta huelga que está haciendo Moyano, que deja a la gente sin bebidas y hace subir los precios?”. Respuesta: “No, porque Moyano no nos da nada. Se la juega para él…”. Réplica: “Bueno, juéguese usted. Denuncie los aprietes del sindicato. Acompáñeme en esta lucha para terminar con las mafias”. Eso, hasta que el semáforo canta verde… y vuelta a empezar. Algo más tarde, junto a su consultor Luis Rosales (representante de Dick Morris, el asesor electoral de Bill Clinton) y al abogado Hugo Schlofer, candidato a edil por Barracas, habla con GENTE en el centenario bar El Pensamiento.

–Bullrich, usted era ministra de Trabajo en el gobierno de De la Rúa y renunció porque no tuvo apoyo en su enfrentamiento con Moyano. Hoy la historia se repite, pero usted está en el llano y él lidera la CGT. ¿Cree que puede cambiar algo?
–Más que nunca. ¿Sabe por qué? Porque sé cómo enfrentar a las mafias. Y también porque ya lo hice, y estoy segura de que cuando uno les opone decisión y coraje terminan cediendo.

–Pero cuando se enfrentó con Moyano y los demás Gordos de la CGT tuvo que irse. Y entonces tenía un poder que ahora no tiene…
–Me fui porque De la Rúa no me apoyó. Pero la sociedad vio que esos personajes que me llamaron La Piba (algo que tomo como un título de dignidad) me apretaron públicamente, y hasta donde pudieron. Le digo más: si yo hubiera sido varón, cuando les pedí las declaraciones juradas (algo que los enloqueció) y les dije corruptos, me hubieran hecho moler a palos… Como soy mujer no se atrevieron, pero trataron de chantajearme.

–¿De qué manera?
–Me llamaban por teléfono y decían que tenían carpetas mías con información de la Secretaría de Inteligencia, y que iban a hacerlas públicas.

–¿Qué les respondía?
–Me les reía en la cara. Los desafiaba. Porque a mí me investigaron de arriba abajo, y lo único que pudieron decir fue que alguna vez pertenecí a la Juventud Peronista. Cuando Graciela Camaño, la mujer de Luis Barrionuevo, asumió como ministra de Trabajo, recibió la orden de investigarme al detalle y no encontró nada. Porque cuando uno está limpio, es invulnerable…

–¿Cómo reaccionan cuando usted habla de mafia sindical?
–Se la tienen que bancar. Pero no es suficiente.

–¿A qué se refiere?
–A que todos los gobiernos se inclinan ante las amenazas de los sindicalistas. El otro día, Luis Barrionuevo se ufanó de que el sindicalismo, si quiere, puede desestabilizar a cualquier gobierno, y el presidente Kirchner no dijo ni mu…

–¿Cree que esa definición de Barrionuevo es cierta o es sólo una frase?
–Es cierto, y lo han demostrado. ¡A De la Rúa le hicieron ocho paros destructivos! Y ahora siguen exhibiendo su poder, apoyados, como siempre, en el justicialismo.

–En sus últimos spots de campaña usted enfrenta a Moyano, pero también hace autocrítica respecto de sus frecuentes cambios de partido político. ¿Por qué?
–Porque me asocian con la valentía, la inteligencia y la honestidad, pero me critican por haber participado en gobiernos peronistas y radicales. Entonces me parece justo reconocer que creí que se podían cambiar las cosas desde los partidos mayoritarios, pero que fui testigo y víctima de las mafias políticas.

–¿Ejemplos?
–En el Congreso, el justicialismo no me dejó participar de los debates internos de nuestro bloque cuando se trataban leyes clave. Alfredo Yabrán gozó de apoyo político. Sindicalistas como Moyano y su hijo Pablo, que heredó el poder de su padre entre los camioneros, hacen lo que quieren ante las narices de los gobernantes que se llenan la boca hablando de derechos humanos y de transparencia…

–¿Por dónde pasa la solución, entonces?
–Por empezar de cero y construir algo nuevo. Por eso fundé Unión por Todos. Tengo jóvenes que se hacen llamar “Los Pibes de la Piba”, como Juan Pablo Arenaza, que tiene 28 años, ganó una beca en políticas públicas entre seis mil estudiantes latinoamericanos para estudiar en los Estados Unidos, y desarrolló un programa de protección social para menores de 18 años que ayude a terminar con el clientelismo político. Además, profesionales de primera línea: el filósofo Guillermo Maci, el rector fundador de la Universidad de San Andrés, Francisco Von Wuthenau, y la experta en educación Celina McLean.

–¿Cómo mantiene su fe en la política a pesar de la negra visión que tiene de ella?
–Preparándome e insistiendo, para no dejarles la cancha, la pelota y los jugadores (es decir, el país, el poder y los ciudadanos) a los corruptos. Abraham Lincoln se presentó once veces antes de ganar. Winston Churchill, otro tanto. Pero cuando les llegó la oportunidad, estaban preparados.

–En la Capital las encuestas señalan una dura pelea entre Macri, Carrió y Bielsa. ¿Qué pronóstico tiene?
–Quiero que la gente tenga en claro que por la Capital entrarán trece diputados, no sólo tres… Y que ésta es una excelente oportunidad para romper el juego de la política clientelista. Les aviso a Mauricio, a Lilita y a Rafael… ¡que se van a llevar una gran sorpresa cuando vean la impresionante cantidad de votos que voy a tener!

–¿No le parece una mojada de oreja demasiado optimista?
–Para nada. Y les aviso algo más: a diferencia de ellos, en el Congreso nada ni nadie podrá condicionarme.

Bullrich se colgó del estribo de decenas de camiones que pasaban por Barracas para convencer a los choferes de que no apoyaran el paro, finalmente levantado pocas horas después. “<i>Algunos prometieron votarme</i>”, dijo.

Bullrich se colgó del estribo de decenas de camiones que pasaban por Barracas para convencer a los choferes de que no apoyaran el paro, finalmente levantado pocas horas después. “Algunos prometieron votarme”, dijo.

…pero en veredas rotas y no aptas para bailar el tango. Bullrich en la esquina de Brandsen y Montes de Oca. “<i>Buenos Aires da lástima</i>”, definió.

…pero en veredas rotas y no aptas para bailar el tango. Bullrich en la esquina de Brandsen y Montes de Oca. “Buenos Aires da lástima”, definió.

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