“Quiero formar parte de una nueva camada de conductoras” – GENTE Online
 

“Quiero formar parte de una nueva camada de conductoras”

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De un pueblo con 4 mil habitantes, Arribeños, a las multitudes porteñas. De ser “la alta” de la clase a convertirse en la más mirada. De las promociones en Buenos Aires a las pasarelas de Europa, Australia y Estados Unidos. De las campañas gráficas con Kate Moss a la admiración por Tyra Banks, la súper model afroamericana que se abrió camino como conductora. Stop. A ella, la mujer que más ingresos tiene en el prime time de la televisión americana, se propuso seguirle los pasos Soledad Ainesa (28).

Los primeros, ya los dio. Empezó reemplazando a Dolores Trull (por maternidad) en FTV Mag y quedó encantada por las cámaras. Este verano acompañó a Iván de Pineda desde Punta del Este en Fox Sports y, finalmente, heredó de otra modelo, Ingrid Grudke, la conducción de Invierno Fox. Con su metro ochenta y cinco, sus curvas pronunciadas, su mirada felina, decidió dejar un poco de lado su carrera como modelo: abandonó el staff de Pancho Dotto y se puso en manos de Fénix Entertainment Group, la productora de su novio, Diego Finkelstein (34), con quien sale desde hace poco más de dos años. Se calzó ropa de nieve, intentó (aunque con poca suerte) subirse a esquíes, probó con el snowboard, navegó por los Lagos del Fin del Mundo, investigó, hurgó en la historia de los pueblos, voló en avioneta y hasta en planeador. Pero, sobre todo, aprendió a divertirse, micrófono en mano, mostrando todo lo que pueden hacer grandes, chicos y hasta ancianos en un centro de esquí.

–Todo muy lindo, ¿pero de deportes extremos ni hablar, no?
–¡Nooooo! Nunca fui aficionada al deporte. Me cuido, obvio, para estar bien, pero practicar deportes no.

–¿Ni siquiera en el colegio? Con tu altura, serías una fija en el equipo de voley o básquet.
–¡Nada! Siempre fui una especie de inútil. Todo el mundo se reía de mí. Me veían alta y pensaban “con esta chica ganamos”. A mí me daba una vergüenza terrible, porque ponían muchas expectativas en mí y yo…¡era un desastre!

–No hacés deportes, pero imagino que te cuidás…
–Sí, claro. Gimnasio no, porque me aburro, trato de ir cambiando siempre las actividades. Salgo a caminar mucho por los bosques de Palermo, me gusta estar en contacto con el aire libre, voy a Tercer Millenium, como sano y ahora estoy probando una disciplina nueva, hot yoga, que es furor en Estados Unidos.

–¿Te harías una cirugía?
–Gracias a Dios (toco madera sin patas) nunca me tuve que meter en un quirófano, porque tengo pánico.

–Hay muchas modelos que empiezan con las cirugías desde muy chicas.
–Sí, empiezan con las lolas puestas. No las juzgo, porque no sé lo que me puede pasar el día de mañana. Tal vez, si veo que algo no me gusta y las ganas de hacerme algo son más fuertes que el pánico que me da la operación, me animo. Pero ahora hay técnicas cada vez menos invasivas.

–También hay chicas que sin empezar su carrera como modelo se van metiendo en el mundo de la moda. ¿Cómo se ve eso desde adentro de la profesión?
–Sí, es cierto, algunas son vedettes… Se confunde mucho. No me parece que lo que haga una vedette esté mal, pero son cosas diferentes. Se está bastardeando un poco el medio. Supongo que tiene que ver con que en Argentina la moda no es una industria tan desarrollada. Entonces se busca este tipo de figuras, más populares, para vender.

–De la misma manera, muchas modelos empiezan a buscarle otras vetas a su profesión. Como vos con la televisión, por ejemplo...
–Me parece sano que una persona quiera seguir creciendo. Yo agradezco mucho lo que me permitió hacer mi trabajo como modelo. Viajé, conocí gente súper creativa, pero está bueno querer hacer otra cosa.

–Como algunas colegas, que hacen programas de moda.
–Sí, yo hice FTV y estuvo bueno. Pero es muy fácil, siendo modelo, hablar del mundo de la moda. El desafío es otro. No es sencillo ir al sur y hablar con gente que nunca estuvo delante de una cámara, preguntarle, lograr que cuente. Hay que dominar otras herramientas. Ahora, para empezar, lo del turismo está buenísimo. Después, voy a querer hacer algo más comprometido.

–Si vas a meterte en otros terrenos, sabés que te vas a encontrar con el prejuicio que hay sobre las modelos…
–Sí, ya sé que todos dicen que las modelos son tontas. La verdad no me preocupa, nunca me pasó. Que seas modelo, no quiere decir que seas tonta.También hay tontos en otras profesiones, ¿no? Modelos tontas, fotógrafos tontos, empresarios, periodistas, de todo. Si no mirá a Tyra Banks: era modelo y es un talento.

–¿Qué tiene que tener una buena conductora?
–Saber comunicar, ser simpática y poder llegar a la gente. Para eso, lo fundamental es ser auténtica. La gente lo percibe: cuando ve que alguien es auténtico, compra. Yo, además de Susana y Mirtha, que por supuesto son irremplazables, admiro muchísimo a Mariana Fabbiani que es súper fresca. A mí me gustaría formar parte de esa nueva camada de conductoras que encabeza Mariana. Y otra de mis favoritas es Tyra: fresca, inteligente, pícara.

–¿Otros hábitos? ¿Te gusta leer, por ejemplo?
–Me gusta estar informada, soy muy curiosa. A la mañana, mientras tomo mate, leo todos los diarios por Internet. Me gusta mucho conversar con la gente; entonces, cuando me siento en una mesa y alguien se pone a hablar de algo que no sé, me molesta, me siento incómoda. Por eso leo mucho, me gusta estar actualizada, no quedarme afuera de las conversaciones.

–Según tengo entendido, practicás el baile caño. ¿Te ves en Bailando por un sueño?
–No lo pensé; lo practico porque me gusta. Hace mucho que lo hago, incluso mucho antes que lo pusiera Tinelli. Leí una nota que decía que las amas de casa de Estados Unidos lo practicaban y ahí me anoté. Pero, ¿te digo algo?, al principio no se lo conté a nadie, ni a mi mamá. Recién se lo dije cuando ya había arrancado Bailando… Así y todo se horrorizó un poco.

–Tu novio no debe estar horrorizado…
–(Risas) ¡Noooo! Pero igual nunca le bailé, no hice nada.

–¿No le vas a cumplir la fantasía?
–Hay que guardarlo, ya va a aparecer la oportunidad. En algún aniversario, tal vez…

  Mide 1,85 de estatura y tiene curvas pronunciadas. Agradece no haber tenido que pasar nunca por el quirófano.

Mide 1,85 de estatura y tiene curvas pronunciadas. Agradece no haber tenido que pasar nunca por el quirófano.

“Me gusta mucho conversar con la gente; entonces, cuando me siento en una mesa y alguien se pone a hablar de algo que yo no sé, me molesta, me siento incómoda. Por eso leo mucho”.

“Me gusta mucho conversar con la gente; entonces, cuando me siento en una mesa y alguien se pone a hablar de algo que yo no sé, me molesta, me siento incómoda. Por eso leo mucho”.

Soledad trabaja bajo las órdenes de su novio, Diego Finkelstein, con quien sale desde hace dos años. Ella acaba de alquilar su departamento de soltera, para pasar más noches con su pareja. “Diego es muy compañero, me ayuda a crecer, me apoya en todo lo que hago”, dice.

Soledad trabaja bajo las órdenes de su novio, Diego Finkelstein, con quien sale desde hace dos años. Ella acaba de alquilar su departamento de soltera, para pasar más noches con su pareja. “Diego es muy compañero, me ayuda a crecer, me apoya en todo lo que hago”, dice.

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