“Quiero compartir todo con Taína, pero jamás competiría con ella” – GENTE Online
 

“Quiero compartir todo con Taína, pero jamás competiría con ella”

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Taína es como una muñeca de colección. Tiene poco menos de seis meses (nació el pasado 22 de abril) y cuando sigue la lente de la cámara con sus ojos azules y atentos, delata que la fotogenia está en su ADN. Rara vez llora y no se cansa de mirar el mundo a su alrededor. Es la heredera de Valeria Mazza (36), la última supermodelo argentina. La única hija mujer, después de tres varones: Balthazar (9), Tiziano (6) y Benicio (3). “Es una princesa entre los hombres Gravier, que se la pasan como una pelota de rugby. Pero ella está feliz”, dice Valeria mientras organiza su casa desde un Blackberry blanco. De top a supermamá, business woman (vende libros, anteojos, productos de belleza) y mujer comprometida. “Desde chica trabajo con Olimpíadas Especiales, de donde hoy soy madrina… Quiero ir por más en el terreno de la solidaridad”, asegura. Y ahora sí se entrega a la charla.

–Como madre, ¿te ves parecida a Mónica (Ferreira), tu mamá?
–¡Sí! Creo que es muy difícil despegarse de la educación que uno recibió. Es un mandato imborrable. Mi mamá nos inculcó, a mi hermana (Carolina, 38) y a mí, el orden y la responsabilidad, y yo soy igual con mis hijos. Ella es muy solidaria, paciente, sensible. En casa todo era muy conversado, pero si nos íbamos de la línea marcada, nos lo hacían sentir con penitencia y límites. Y ¡aprendíamos! Uno, como padre, siempre trata de brindar lo mejor. El problema es que a veces amando y dando demasiado, también podés lastimar. Con Alejandro (Gravier) somos padres muy presentes y educamos a nuestros hijos con mucho amor y muchos límites.

–¿En qué ponen límites?
–En lo que sea necesario: desde actitudes y conductas hasta en lo material. Los límites son una demostración de amor. Una forma de decir: “Porque te quiero y me preocupo por vos, te digo ‘no’ ”. En la vida es mucho más fácil decir “sí” que “no”. Te doy un ejemplo concreto: si vamos a una juguetería, les digo: “Elija una cosa cada uno”. Además de que aprenden a valorar, les enseño a elegir. Cuando uno tiene tooodo servido, seguramente no sabrá decidir.

–Con cuatro hijos, ¿aprendiste a ser madre?
–Creo que nunca terminás de aprender a ser mamá. Queremos inculcarles valores: la familia, la solidaridad, el respeto, los amigos, la vida sana. Para nosotros es fundamental ayudarlos a que encuentren lo que los haga felices. Por suerte, no estamos solos en el camino de la educación: tenemos el apoyo de los abuelos y los tíos, el pediatra, los maestros, la experiencia de nuestros amigos.

–En la educación, ¿sos liberal o conservadora?
–Somos conservadores en cuanto a los valores: queremos que sean íntegros, buenas personas. Somos liberales en los gustos y predilecciones que ellos puedan tener. Si en un futuro quisieran ser artistas, científicos, deportistas o empresarios, van a tener nuestro total apoyo.

–¿Es más difícil criar a un varón o a una mujer?
–Yo tengo la teoría de que es más difícil un hombre que una mujer. Las mujeres decidimos y somos nosotras las que definimos. En cambio, el varón madura más tarde y, en general, le cuesta el “no”. Yo me preocuparía más por los varones… La nena decide qué quiere, cuándo, con quién y cómo. Al hombre lo veo más vulnerable, sobre todo en el mundo de hoy, donde todo está al alcance de cualquiera y con tanta facilidad.

–Sin embargo, las chicas de hoy también se exceden…
–Puede ser. El mundo de hoy no está fácil para nadie. Nosotros vemos cómo sufren nuestros amigos con hijos adolescentes: tienen pánico por la inseguridad, por el alcohol y las drogas, por cómo manejan el auto, por el exceso de información. Hay malas costumbres que hoy los medios y la sociedad dan por aceptadas, como por ejemplo, las malas palabras. Yo no transo: me molesta la gente mal hablada.

–¿Soñás que Taína sea tu heredera?
–No me gustaría que nos compararan de por vida. Y sé que inevitablemente va a suceder: a ver si es más linda, más fea, más alta, más flaca, y todos van a estar esperando que siga mis pasos. Yo quiero compartir todo con Taína, pero jamás competiría con ella. Eso sí, ya me divierto mucho con la energía femenina que entró en casa. La visto, le pruebo todo y ya me imagino las charlas de coquetería y vestidor que vamos a tener. Por fin llegó la dueña de lo que guardo desde hace años: vestidos, zapatos, accesorios. No todo quedará en manos de mis nueras (risas).

–¿Es una beba fashionista?
–No, porque yo no soy una víctima de la moda. Pero me divierte probarle todo. Y mientras me visto, la dejo jugar con collares y carteras. Apenas anuncié que era una nena, Valentino, Dolce & Gabbana, Blumarine y Roberto Cavalli me la vistieron para los dos o tres primeros años: me mandaron cajas de ropa desde Europa. Y cuando nació, recibió montones de regalos. Taína es mi muñeca preferida… Me acompaña en las tareas de mujer. Pero no por eso yo dejo de jugar al fútbol, al rugby y al tenis con mis hombrecitos.

–¿Trabajarías con Taína?
–No, no sé si me gustaría. Ya me han pedido hacer campañas publicitarias con los chicos y nunca acepté. No quiero torturarlos, porque a ellos no les gusta hacer fotos por obligación. Ahora, si el día de mañana viene Balthazar y me dice que quiere hacer una publicidad, allí estaré para acompañarlo. Tampoco sé si me veo posando con Taína crecidita, ella de 15 y yo de 51 pirulos. Creo que una tiene que correrse y dejar que los chicos fluyan y sean… No aguanto a la madre que se pone la micro-mini al lado de su nena adolescente y le hace competencia. Me gusta que cada generación conserve su lugar. Y eso está muy bien explicado en mi libro ¿Qué me pongo?, en el capítulo de los “sí” y los “no”. Cuando pasaste los cuarenta y pico es hora de dejar las minis y el ombligo al aire, por mejor que estés… Hay que ubicarse en la edad que uno tiene, y no por eso sentirse menos sexy.

–Pero la cultura For Ever Young está cada día más instalada…
–La cirugía plástica está de moda y cada vez más aceptada. Y mientras los íconos, como Madonna, que tiene 50 y está espléndida e imparable, sigan avanzando, todas se van a seguir operando.

–En las pasarelas de alta costura no se ven tantas prótesis y rellenos…
–No sé si estaría tan segura de afirmar eso… De cualquier forma, las modelos de hoy no marcan tendencia. Hoy, las actrices de Hollywood y las cantantes gobiernan en lo que a moda y estética se refiere. Hay muchas que ya están en los 35 y 40 y siguen protagonizando campañas, como Uma Thurman, Gwyneth Paltrow… Y después, acá en la Argentina, están las mujeres que viven para su cuerpo y se hacen todos los tratamientos y operaciones y se entrenan y…

–Vos, ¿cuánto tiempo le dedicás a tu físico?
–No sé, pero yo trabajo con mi imagen. Y así y todo no integro el grupo de las obsesivas. Hoy mi cuerpo no es la prioridad. Si no, no hubiera tenido cuatro hijos ni hubiera engordado todo lo que subí en cada embarazo. Me gusta estar bien y verme linda pero, a medida que voy creciendo, por suerte voy cambiando la cabeza. Soy realista: sé que nunca voy a volver a estar como a los 20. Mis objetivos estéticos de ahora, a los 36, son muy distintos a los que podía tener en mi época de oro. Sigo un plan de gym de tres veces por semana con un trainer, juego al tenis otras dos y visito seguido al doctor Carlos Pisanú que, con masajes linfáticos y distintas técnicas, me ayuda a recuperar mis curvas.

–¿Te harías alguna cirugía estética?
–Noooo, por ahora.

–¿Sufrís si alguien te dice que te quedaron unos kilos de más?
–No, le contesto que ya me los voy a sacar. Es mi cuarto hijo y ya no tengo 25 años. Todo lleva el doble de tiempo y de esfuerzo. Quiero estar lo mejor posible, pero a mis 36. Sueño con volver a entrar en mis jeans, y estoy en eso.

–¿Te falta mucho?
–Me falta, pero no lo sufro tanto, porque me encanta darle teta a mi beba, y si hago una dieta estricta me quedo sin leche. Me pongo el verano como meta.

–¿Vas a volver a usar bikini?
–¡Sí! Me quedan tres meses… Pero no me pidan una tapa en cola-less, ¡nun-ca más! O algo muy jugado.

–No sería tu estilo: vos nunca fuiste escandalosa.
–Es que mi objetivo último nunca fue la fama o el show off. En mi caso, la fama fue consecuencia de mi trabajo. Mi ambición era ser una número uno en el laburo, pero sin dejar de ser yo.

–Si Marcelo Tinelli te llamara para Bailando por un sueño, ¿cuál sería tu respuesta?
–No. No sé bailar, no me divierte estar en esa vidriera y no tengo necesidad económica. Entonces, ¿por qué razón lo haría? Ese tipo de show no es lo mío, pero respeto a quien lo hace. Cada cual hace lo que quiere o lo que puede, y tiene que hacerse cargo de eso.

–Para algunas es una forma de permanecer, seguir seduciendo y provocando…
–Para mí la seducción no pasa por tener siliconas, mostrar el traste y hablar del otro.

–Final abrupto: ¿te animás a un cierre para el Día de la Madre?
–Antes quiero decir que me duele ver a las mujeres que se aprovechan de la ciencia para tener un hijo a cualquier precio. No hablo de las que prueban en buena ley con métodos de fertilización: me refiero a los casos extremos que abusan del avance y quieren ser mamás a los 60. Creo que el egoísmo no es un rasgo de una buena madre. ¡Hay tantos chicos que necesitan amor…! Se puede adoptar, ayudar, apadrinar obras… Es muy importante que las madres guiemos a nuestros hijos con amor, responsabilidad y espíritu solidario. Y cuando vuelan solos, confío en lo que les di y, en mi caso, rezo y creo que hay alguien más en la Tierra que los protege.

Madre e hija, hija y madre. Taína, casi seis meses, y Valeria, 36 años. Octubre de 2008: primera tapa juntas en <b>GENTE</b>. Muy pronto, esta nota será pura historia <i>fashion</i>.

Madre e hija, hija y madre. Taína, casi seis meses, y Valeria, 36 años. Octubre de 2008: primera tapa juntas en GENTE. Muy pronto, esta nota será pura historia fashion.

<i>“Con Alejandro </i>(Gravier)<i> somos padres muy presentes y educamos a nuestros hijos con mucho amor y muchos límites. Decirles ‘no’ es una demostración de que te preocupás por ellos”</i>.

“Con Alejandro (Gravier) somos padres muy presentes y educamos a nuestros hijos con mucho amor y muchos límites. Decirles ‘no’ es una demostración de que te preocupás por ellos”.

En julio pasado, Valeria y Alejandro viajaron con Balthazar, Tiziano, Benicio y Taína a Italia. Primero recalaron en Roma y después hicieron playa en Cerdeña.

En julio pasado, Valeria y Alejandro viajaron con Balthazar, Tiziano, Benicio y Taína a Italia. Primero recalaron en Roma y después hicieron playa en Cerdeña.

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