“¿Quién dijo que el amor tiene que durar para siempre? Eso es esperar demasiado…” – GENTE Online
 

“¿Quién dijo que el amor tiene que durar para siempre? Eso es esperar demasiado...”

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A veces, Jennifer Aniston habla de Jen. Porque todos hablan de Jen. Y se divierte con ese personaje de tabloide, esa usina de rumores que tiene cosas parecidas a ella... Pero que, asegura, no es ella. “No puedo creer las cosas que dicen de mí a cada momento. Que Jen está enojada. Que buscará revancha inmediatamente porque tiene el corazón roto. Que se deprimió... Así, una y otra vez. Mi vida pasa delante de los ojos de todo el mundo... No es fácil”, suspira. ¿Cómo es Jen? Una irresistible mujer curvilínea que acaba de pasar los 40 años, dedicada al yoga, famosa, emprendedora en los negocios, millonaria y divorciada... que acaba de romper con su novio (y van…). Por eso y mucho más, sobran motivos para que hombres y mujeres amen a Jen.

En cambio, otras veces, Jennifer Aniston habla de Rachel, su alter ego de Friends (1994-2004), aquella serie televisiva que la hizo mundialmente famosa y la convirtió en celebridad. “Sí, Friends me dio mucho, es cierto... Pero quedé pegada a un estereotipo, porque hacer de Rachel fue repetir lo mismo durante diez años. Un castigo”, dijo hace un tiempo, con la idea de cortar el cordón y ser vista, de una vez por todas, como una actriz integral, capaz de comprometerse con los más diversos personajes. ¿Cómo es (era) Rachel? Una irresistible y malcriada chica neoyorquina, que se abrió paso en la vida real con más coraje que otra cosa. Rachel podía ser egoísta, quizás superficial, pero debajo de su cutis perfumado habitaba una sensibilidad cierta. Y, guau, qué hermosa. Si hasta creó un corte de pelo, The Rachel, imitado por madres e hijas... Por eso y mucho más, el mundo amó a Rachel, por diez temporadas y por toda la vida.

Y a veces, muy pocas veces, cuando los rumores dejan de taladrarle los oídos, cuando la sonrisa de Jen ya quedó colgada en el perchero de oro y los recuerdos de Rachel la dejan ser ella, al fin ella, por un momento... ahí es cuando Jennifer Aniston habla de sí misma. “La relación amorosa perfecta no existe, creo... Si decimos lo contrario, si seguimos idealizando la vida de pareja, bueno, nos estamos engañando. ¿Quién dijo que algo tiene que durar para siempre? Eso es esperar demasiado...”, se sinceró Aniston antes de que una bomba relacionada con su vida sentimental estallara en las gossip magazines estadounidenses. “JEN SE SEPARO”, titularon. Y su noviazgo con el cantante John Mayer, nueve años más joven, efectivamente llegó a su fin.Por segunda vez. Ya habían anunciado una ruptura en agosto del 2008, cuando el propio Mayer decidió romper el vínculo. Aquella vez, él hasta improvisó una conferencia de prensa fuera de su gimnasio, en Nueva York.

Pero se reconciliaron, volvieron a mostrarse juntos, brillaron como parejita feliz y radiante en la última entrega de los Oscar, y sobrevino el desenlace. Entre idas y vueltas, duraron un año. Todavía, Jennifer no habló públicamente acerca del tema. “Ella está bien, feliz, enfocada en su vida personal y también en su carrera como actriz”, dicen los allegados al universo Jen. De todos modos, se encargó de desviar el centro de atención con otro bombazo. “¡Quiero ser la nueva chica Bond!”, dijo, y aclaró en su círculo de amigos: “Yo fui la que terminé con Mayer”. Claro, para que no todo pase por John, cantante ganador del Grammy que supo amalgamar diferentes estilos y que volcó su repertorio hacia el blues.

Mayer tampoco habló abiertamente acerca de Aniston, más allá de que algunos empezaron a especular con la posibilidad de que escriba un libro, en el cual estaría dispuesto a contar los más jugosos detalles de la relación. De hecho, John también conoce el oficio de la escritura y ya publicó artículos en la prestigiosa revista Esquire. ¿Se animará? Igual, enigmáticamente, entregó una pista. En su Twitter, una página web personalizada que se asemeja al Facebook, soltó su frase del momento: “Este corazón no vino con instrucciones”. Críptico. Luego de que Aniston regresara de Europa, donde estuvo promocionando la película Marley y yo (éxito de taquilla en Estados Unidos), se supo la noticia.

¿Qué se dice acerca de la ruptura? La versión más aceptada indica que Aniston deseaba formar una familia, la que no consiguió establecer con Brad Pitt, y que Mayer no compartía ese objetivo. “John no está listo para tener un hijo, porque prefiere concentrarse en su carrera, así que eso fue todo”, contó un íntimo de la pareja. Hija de padres divorciados (se separaron cuando Jennifer tenía nueve años), Aniston sigue buscando ese objetivo en su vida: formar su propia familia. No pudo hacerlo junto con Pitt, con quien estuvo casada desde el 2000 hasta el 2005. Fueron, durante ese tiempo, el matrimonio favorito de Hollywood: bellos, jóvenes y talentosos, tortolitos que celebraron aquella memorable boda de 50.000 flores, fuegos artificiales y coro gospel de 40 miembros.

Como ocurre con la mayoría de sus “ex”, Jennifer mantiene una buena relación con el actor, más allá de cómo terminó todo. Y se sabe: todo terminó en cuanto Angelina Jolie apareció en escena (¿mientras Jen y Brad todavía estaban casados?, pequeño detalle) y ahora ellos tienen una familia numerosa y ultramediática. En su momento le dolió mucho. Le costó superarlo. La propia Jennifer los pudo observar (de reojo, por supuesto) en la última entrega de los Oscar, glamorosamente sentados en la primera fila, mientras ella (nerviosa) presentaba un premio.

Decidida a salir adelante, Aniston se planteó un desafío. Y lo comentó a viva voz, como quien no quiere la cosa. “Me encantaría salir de los papeles que hago habitualmente y estar en una película de acción”, dijo en Europa. “¡Me encantaría ser una chica Bond! O sea, glamour, Daniel Craig, ya saben: un montón de diversión”. Decidida a mostrarle al mundo su versatilidad, Jennifer supo que su pedido traería rebote. Y de hecho ya ocurrió. Una fuente de EON, la compañía que realiza las películas de 007, filtró que se le ofrecería el próximo papel a Aniston. “Es bella, inteligente, atlética... todos los requisitos que encajan en el estereotipo.... Es muy probable que sea llamada en breve”, añadió.

Ser una chica Bond, desde el día en que Ursula Andress emergió de las aguas con el cuchillo presto para despedazar (gargantas y corazones), forma parte de una fantasía. Grace Jones, Halle Berry y hasta Madonna pasearon sus sofisticadas figuras entre Martinis, pistolas humeantes, intriga y la masculinidad de cada intérprete, desde el mítico Sean Connery hasta llegar a Craig. Quizás haya llegado el tiempo de otra Jen, menos sensiblera a los ojos de todos, menos vulnerable que la Rachel de Friends... Una chica Bond, por ejemplo, que no tema apretar el gatillo y sepa engañar, manipular, tenderle la trampa de la seducción al otro antes de que, pobrecita, se la tiendan a ella. ...mezclado, no agitado”, claro. Así lo toma siempre James Bond y, según parece, muy pronto podría saborearlo Jennifer. Su nombre cotiza en alza para ser la nueva compañera de Daniel Craig en la próxima saga del agente 007.

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Como para salvar el orgullo, Jen se apuró a declarar: “Yo lo dejé a él” (tomá). Aquí los tenemos hace unas semanas, en la glamorosa noche de los Oscar, cuando Jen surcó la red carpet en compañía de Mayer.

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Con su ex marido Brad Pitt dice que mantiene una buena relación de amistad.

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