“Queremos tener hijos en Sudamérica” – GENTE Online
 

“Queremos tener hijos en Sudamérica”

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Ningún ingrediente de best seller romántico quedó pendiente entre Zaira Nara (23) y Diego Forlán (31): timidez, ternura, cartas (vía email) y hasta un océano de saudade a la distancia. Queridos y admirados en ambas márgenes rioplatenses, si bien el amor nació sereno y mantiene su oleaje, fue necesario atravesar todo el Atlántico para comprobarlo con nuestros ojos: léase, irnos hasta Madrid. Allí vive Diego, triunfando en el fútbol madrileño como delantero del Atlético, más allá de permanecer en el corazón de su pueblo por el brillante desempeño de la Celeste en Sudáfrica 2010 y su condición de Mejor Jugador del Mundial.

Zaira, en cambio, está de visita, ya que vive en la casa de San Isidro de sus padres mientras crece como conductora de televisión en La cocina del show (cuatro horas semanales en vivo), tras sobrevivir sin polémicas mediáticas al Bailando por un sueño. Lo cierto es que, lejos de los escándalos, la historia de amor de Zaira y Diego ya cumplió dos años y sigue creciendo, como nos lo demuestran en la Madre Patria.

–¿Fue amor a primera vista?
Zaira: No, fue muy, muy de a poco. Nos presentaron en una salida con amigos. Por un tiempo nos escribimos y chateamos, nos gustamos... y seguimos.
Diego: Yo estaba solo y muy bien, disfrutando del momento. No pensaba en estar en pareja. Pero me pasó lo típico: cuando menos buscás, llega.

–¿Se imaginaban de novios, una con un futbolista uruguayo y otro con una modelo argentina?
Zaira: ¡No! Yo me había jurado no estar con un jugador, pero Diego es diferente: no tiene nada que ver con los típicos prejuicios que circulan en el mundo del fútbol.
Diego: Yo tampoco pensaba en una modelo, nunca fue mi estilo. Si bien tengo cierta exposición, no me gusta la vida pública. Pero me fue atrapando su manera de ser, cómo se maneja en su vida profesional y su vida personal, y eso hace que me guste cada día más.

–¿Y la distancia?
Diego: Al principio fue difícil, porque Zaira no podía viajar mucho (conducía Justo a tiempo, con Julián Weich). Yo, cuando tenía los partidos de Eliminatorias como local, aprovechaba para verla en Buenos Aires. Este año, en cambio, ella hace el esfuerzo más grande, gracias a que tiene un poquito más de flexibilidad.
Zaira: Ahora viajo cada quince días, y lo llevamos bastante bien. ¡Tenemos un calendario que incluye campañas, desfiles y partidos!

–¿Sabías que te eligieron entre las más sexy del mundo en la edición española de la revista FHM?
Zaira: ¡Sí! Me llegaron alertas por todos lados.
Diego: ¿Perdón?
Zaira: ¡Me olvidé de contarte! Siempre le traigo las revistas. Me gusta que vea las cosas lindas que me pasan. Eso sí: también le compro los diarios que hablan de él.

–Y se habló realmente mucho, eh. Sobre todo tras recibir el Balón de Oro de la Copa del Mundo 2010.
Diego: Sí, me tocó ya maduro, y fue lindo para consolidar el equipo que formamos con los técnicos y los jugadores. Conformamos una verdadera familia.

–Muchos dicen que destronaste a Enzo Francescoli.
Diego: No me gusta comparar: cada uno tiene su lugar. Fue un jugador inmenso. Lo seguí desde chico. También a Aguilera. Hay una banda de jugadores que siempre admiré. Y obviamente a mi papá y a mi hermano (ambos de nombre Pablo), que han sido mis referentes.

–¿Por qué el contraste entre el Seleccionado y el torneo local charrúa?
Diego: La explicación es simple: somos pocos, y económicamente el fútbol no es tan fuerte. Pero resulta increíble la cantidad de excelentes jugadores que saca Uruguay. El desempeño del Seleccionado da esperanzas en el país y también a los que estamos lejos. Nos motiva a estar ahí, pensando en buscar un fútbol mucho mejor.

Los vestigios imperiales en El Escorial componen el paisaje preferido de Zaira y Diego: entre sus silenciosos muros y caminos suelen compartir largos paseos. Cachabacha, el taurino de ojos claros considerado uno de los solteros más codiciados (fue vendido al Atlético de Madrid por 21 millones de euros), le cuenta su infancia en Montevideo y la menor de las Nara (90-58-90, dúctil para las cámaras y con simpatía a flor de piel) recuerda sus vacaciones en Punta del Este y los paseos infantiles en lancha bordeando la costa de Carmelo al atardecer. En Madrid, sin embargo, lograron armar una apacible rutina que se repite cada dos semanas: desayunan juntos al aire libre, entrenan por separado y al mediodía se reúnen para almorzar, excepto si hay concentración previa a un partido.

Diego: Somos muy compañeros y también nos gustan las mismas cosas. Mi vida no cambia en nada cuando viene Zaira. Lo único que sacrifico es el golf, porque requiere mucho tiempo.
Zaira: Estamos casi todo el día juntos, miramos series en la tele... Ahora nos hicimos fans de Anatomía de Grey (Grey’s Anatomy). ¡Hasta jugamos a la Playstation! Somos como amigos...

–¿Amigos?
Zaira: Bueno, es que nos llevamos tan bien... ¿Viste que hay hombres que cuando llega la novia ponen cara de “se acabó la paz”? Es horrible. Yo quiero que a Diego no le pase: si da para ver fútbol, me prendo enseguida. ¡A veces hasta estoy cocinando o maquillándome delante de un partido! Y si yo me cuelgo una hora mirando entrevistas y fotos en Internet, él hace comentarios.

–¿Lo esperás sexy, de tacos altos, o de entrecasa, con un jean y ojotas?
Zaira: Trato de estar linda, aunque me arreglo más para salir. En el día a día ando normal, pero pantuflas... nunca. ¡Menos me las pondría delante de Diego! Los ruleros los dejo para luego de los 50.
Diego: A mí me gusta de todas maneras.

–¿Hay celos?
Diego: Yo considero su exposición y ella respeta mi carrera. Zaira tiene sus límites y los tuvo siempre. Son cosas que me gustaron desde el principio. Si no fuera así, no sé si lo soportaría.

Zaira: Marcelo Tinelli me decía: “Vos no querés hacer el baile del caño porque Diego no te deja”... y nada que ver. Diego no me conoció bailando en un boliche o en un strip dance por televisión. No es lo mismo que posar sexy para una revista. Me encanta la conducción y ser modelo, pero, más allá de estar de novia, no me gustaría sacarme el corpiño y franelear con otro chico en la tele. No es solamente por respeto hacia él, sino también hacia mí. Mi perfil y mi esencia tienen más que ver con lo familiar, así que no tuve que cambiar nada por él.
Diego: Somos dos adultos y sabemos qué queremos de nuestras carreras y nuestra pareja. Conservamos una cuota de libertad y somos felices respetando los deseos de cada uno; si no, las cosas fallarían.

–¿Te molesta que se hable de “botineras”?
Diego: Me ponés en un aprieto... Es un modismo y se da, pero no es nada nuevo. En todas las profesiones hay hombres a los que les gusta salir más, y si son solteros está bien que lo hagan Obviamente con los jugadores hay más repercusión, sobre todo si salen con modelos, pero también habría que hablar de raqueteras e inventar un nombre para las que salen con empresarios, ¿no?
Zaira: Es cierto que hay chicas buscando conocer a algún jugador, pero no tiene nada que ver conmigo.

–¿El futuro será en Europa o América?
Diego: En esto Zaira sale ganando, porque yo no tengo problemas. Si elegimos vivir en la Argentina, encantado de la vida. Siempre me gustó Buenos Aires y además estamos al lado de Montevideo, así que me imagino yendo y viniendo. De todas maneras, por ahora tengo contrato hasta el 2012 y si depende de mí, seguiré jugando. La idea es volver al Río de la Plata, pero no tenemos fecha.
Zaira: La verdad es que yo extraño mucho a mi familia. Hace unos días fui a Catania a visitar a mi hermana (Wanda, la mayor de las Nara, esposa del futbolista Maxi López). Está divina, esperando a su segundo hijo. Disfruté de mi sobrino Valentino; dormí con él todas las noches y recuperamos un poco el tiempo que hace que no nos vemos. Cuando me dice “Tati, te quiero”, ¡me derrito!

–¿No te tentó la maternidad?
Zaira: Sí, obvio. Además, Wanda siempre quiere que todos hagan lo que ella hace, así que se la pasa preguntándome: “¿No tenés ganas?”. Debe ser muy lindo, pero nos va a cambiar la vida cien por ciento, así que vamos a esperar un poquito.

–¿Cómo te imaginás a Zaira esposa y mamá?
Diego: Sé que cuando tomemos la decisión va a ser muy buena madre; es muy madura. Estamos en momentos importantes de nuestras carreras y hay que ponerlos en la balanza. Por eso, queremos manejarnos con cuidado y que cada uno pueda hacer lo que le gusta.
Zaira: Para el Mundial 2014 me pidió un Forlán jr. En la tribuna, así que tenemos cuatro años por delante. Queremos casarnos y tener hijos en Sudamérica.

–¿Cómo los reciben de un lado y otro del río?
Diego: En la Argentina viví cuatro años espectaculares. Le estoy muy agradecido a José Pastoriza, quien me dio la oportunidad de conocer a Ricardo Bochini en Independiente. Todos me reciben con mucho cariño y yo siento lo mismo.
Zaira: Hace poco estuve en el mismo salón de Punta del Este donde hice el scouting para Dotto cuando tenía 14 años. ¡Imaginate la emoción! A Diego lo aman. Quizá al principio me miraban con un poco de desconfianza, pero ahora que el tiempo pasó y lo ven contento, creo que ya me aceptaron.

Nada que ver con la escandalosa pareja británica. Zaira, diosa con cara de ángel, conquistó sin escándalos el corazón de Diego, el delantero del “Aleti”, amado en su país y en España.

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“Me había jurado no estar con un jugador, pero Diego es diferente: no tiene nada que ver con los típicos prejuicios que circulan en el mundo del fútbol” (Zaira).

“Me había jurado no estar con un jugador, pero Diego es diferente: no tiene nada que ver con los típicos prejuicios que circulan en el mundo del fútbol” (Zaira).

“De Zaira me fue atrapando su manera de ser, cómo se maneja en su vida profesional y en su vida personal, y eso hace que me guste cada día más” (Diego).

“De Zaira me fue atrapando su manera de ser, cómo se maneja en su vida profesional y en su vida personal, y eso hace que me guste cada día más” (Diego).

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