“¿Que me separé? ¡Para nada! Si en mi pecho llevo la llave del corazón de Leo…” – GENTE Online
 

“¿Que me separé? ¡Para nada! Si en mi pecho llevo la llave del corazón de Leo...”

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En mayo de 2011, exactamente un mes después del sorpresivo casamiento de Karina Jelinek (28) con Leonardo Fariña (28), varios medios online aseguraron que el matrimonio había terminado. Se hablaba de crisis, divorcio y separación... Pero nada de eso pasó. Después, en diciembre, se dijo que atravesaban otra crisis, esta vez de tinte sexual. El, decían, no era suficientemente vigoroso... También lo desmintieron rápidamente. Y ahora, como todo en esta vida es circular (igual que los mejores atributos de Karina), volvió a instalarse el rumor de ruptura en boca de periodistas y chimenteros.

Se dijo, específicamente, que la pareja se había separado de manera definitiva; que él había abandonado el hogar y se había fugado –por miedo a ciertas amenazas– a la calurosa Miami. A su vez, aseguraban que Karina estaba instalada en Buenos Aires, en su piso de Avenida del Libertador, pensando en cómo seguir su carrera. Por lo demás, se habló de millones de dólares, de plata perdida en el camino, de deudas y de las mil teorías acerca de la fortuna de Leo Fariña, este excéntrico millonario al que muchos acusan de ser un testaferro de alguien muy poderoso. Hasta incluso aventuraron que podría ser el hijo no reconocido de una primerísima estrella del firmamento político. Pero a las palabras, se sabe, se las lleva el viento cuando no vienen con pruebas. Y en el año y pico que tiene Fariña como famoso, aquellas nunca llegaron.

Por lo demás, fueron necesarios sólo un llamado y algunos mensajes de texto para saber –de boca de sus protagonistas– cuán ciertas eran esas versiones. Karina se mostró sorprendida por el rumor y se apresuró a desmentirlo a GENTE. “¿Crisis? Es todo mentira. ¿Divorcio? Mucho menos. Con Leo estamos bárbaro y no tengo planes de separarme. No sé de dónde sacaron eso y no entiendo por qué siempre nos quieren alejar... ¡Ya lo intentaron varias veces!”, dijo.

Pero no lo hizo desde su piso de Libertador ni mucho menos, sino desde la mismísima Miami, adonde se encuentra trabajando junto a su amiga Paz Cornú. Su trabajo, en este caso, es mirar telas y diseños para utilizar en la marca de ropa que está a punto de lanzar. “Viajé a buscar materiales para la marca. Leo se quedó allá por trabajo. No entiendo por qué tanta mala onda y tanto invento, si no molestamos a nadie...”. Después, un poco más relajada, aprovechó para contar cómo es su rutina en la costa de Florida: “Llegamos el miércoles 14 a Miami. Nos levantamos a las 8 todos los días, para hacer ejercicios de respiración y yoga, y después desayunamos. Más tarde corremos por la playa y tomamos una hora de sol. Después ya nos ponemos a trabajar. Nos encanta mirar revistas de moda. En unos días vamos a Nueva York, a seguir viendo tendencias. Paz es diseñadora y va a hacer la ropa de la marca”.

Luego, una vez que le contamos los detalles del rumor (que supuestamente se acabó la plata, que él se fugó a Miami, etcétera), Kari volverá a la frescura de siempre y entre risas extenderá la desmentida. “En todo caso la que hizo la escapada a Miami fui yo, no él, pobre, que trabaja mucho. Todo es un invento tremendo. Estamos enamorados como siempre, y por suerte tampoco tenemos ningún problema económico. Además, cuando lance mi marca va a ser un éxito. Primero vamos a sacar una línea de lencería súper sexy, bien atrevida pero inocente, bien a mi estilo. Quiero que sea como Victoria’s Secret”.

–¿Como es la vida en Miami? ¿Te piropean mucho?
–Un poco sí... Pero no presto atención, porque estoy concentrada en otras cosas. Hice una producción de fotos para una marca de telefonía de acá (gracias a Life Chekka, mi agencia), y además trabajo mucho con Green Agency, que es de Miami.

–¿Con el idioma cómo te manejás?
–Hablo inglés, ¡soy bilingüe! Igual acá hay muchos latinos, así que no tengo ningún problema.

–¿Cuándo volvés a ver a Leo?
–El tal vez venga para acá, pero si no, el 22 ya tengo que estar de vuelta en Buenos Aires, porque se estrena la película El vagoneta, de Maxi Gutiérrez, y yo actúo en ella. La protagoniza Guillermo Francella, un verdadero honor.

–¿Debut en cine, entonces?
–Sí, es mi primera vez en la pantalla grande, un sueño cumplido. ¿Quién lo hubiera dicho, no? Tanto que se burlaban todos con que no sabía actuar... Bueno, ahora sí lo dejo a su criterio. Já. Además, el director me dijo que piensa volver a llamarme, porque lo sorprendí.

–¿En qué quedó tu convocatoria a Bailando 2012?
–No bien llego a Buenos Aires tengo que definir si voy a estar con Tinelli o no; aún lo estoy analizando.

–Para terminar, Kari, ¿qué es la llave que llevás colgada?
–Es un regalo de Leo: la llave de su corazón. La sigo teniendo yo, obvio, y no pienso soltarla, por más mentiras que invente la gente mala. El domingo a la mañana, como todos los días durante su estadía, Kari salió a correr por  Miami Beach con la llave de su amor colgando en el escote. Claro que muy pocos se detienen a observarla.

El domingo a la mañana, como todos los días durante su estadía, Kari salió a correr por Miami Beach con la llave de su amor colgando en el escote. Claro que muy pocos se detienen a observarla.

“Con Leo estamos bárbaro y no tengo planes de separarme. No sé de  dónde sacaron eso y no entiendo por qué siempre nos quieren alejar. Ya lo intentaron varias veces”

“Con Leo estamos bárbaro y no tengo planes de separarme. No sé de dónde sacaron eso y no entiendo por qué siempre nos quieren alejar. Ya lo intentaron varias veces”

Por la tarde la modelo recorre shoppings y mercados en busca de géneros e ideas para  su marca de ropa. “Este viaje es para ver tendencias. Por eso paramos en una librería a ver revistas de moda. ¡Esta vez no llevé ningún libro! Já” . Además, se probó ropa y posó junto al guardia de seguridad de un local. Vaya donde vaya, Jelinek nunca pasa inadvertida.

Por la tarde la modelo recorre shoppings y mercados en busca de géneros e ideas para su marca de ropa. “Este viaje es para ver tendencias. Por eso paramos en una librería a ver revistas de moda. ¡Esta vez no llevé ningún libro! Já” . Además, se probó ropa y posó junto al guardia de seguridad de un local. Vaya donde vaya, Jelinek nunca pasa inadvertida.

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