“¡Qué le vamos a hacer! ¡Soy una romántica incurable!” – GENTE Online
 

“¡Qué le vamos a hacer! ¡Soy una romántica incurable!”

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El frío no la asusta, ni la detiene. Juega, salta y se ríe. Todo esto en la arena de Punta del Este, como si fuera pleno enero. Digamos que le hacía falta. Quiso tomarse unos días para descansar de las grabaciones de Se dice amor –que va por Telefe, junto a Juan Darthés– y de tanto compromiso. Justo ahí recibió la invitación del hotel Conrad, lo cual le cayó de maravillas. Y vino con su novio y colega, Pepe Monje, que le lleva quince años, y siguen juntos. “Juntos y enamorados”, dice Sabrina Garciarena –24, actriz en ascenso desde su primera participación en Verano del 98–, con esa fe que da el amor. Carrera ascendente la de ella, directo desde Ramos Mejía a aquella publicidad de Quilmes como una chica que se tenía que casar para terminar invitando a media República Argentina –Charly y Araceli González incluídos–, y que luego la pegó siendo la pareja de Mariano Martínez en Una familia especial.. Y eso no es todo. También dibuja con lápiz y tinta, estudia teatro para perfeccionarse, baila tango bajo las instrucciones de Mora Godoy, hace terapia una vez por semana para eliminar cualquier mambo y –además– dice que está enamorada. Para el futuro, o 2007, hay oferta: una tira en Telefe, o Romeo y Julieta, producida por Raúl Lecouna. No sabe cuál. Pero los dos son protagónicos.

–¿Qué más le puedo pedir a la vida…?
–¿Qué más…?
–Más, sería demasiado…

–¿Entonces?

–Ponéle que estoy muy bien, disfrutando todo lo que me pasa y todo lo que hago.

–Muy lindo todo eso. Ahora, ¿cómo nació tu gusto por el tango?
–Un día fui con un grupo de amigos actores a ver un show de Mora Godoy, y nos dimos cuenta de que sería bueno estudiar y bailar tango. A los cinco años estudié clásico y jazz. Ahora me apasiona el tango, me hace bien, ¡aunque sea para ir a una milonga y no pasar vergüenza! Pero creo que para la mujer el tango es súper sensual, porque el hombre te maneja, y una se tiene que dejar guiar, y en ese momento te ves como una reina cuando te relajás...

–¿Y a vos te gusta siempre que el hombre te maneje?
–No, a mí me gusta que las cosas sean siempre de igual a igual.

–Será, tal vez, que estás muy conforme con tu cuerpo.
–Sí, claro, y estoy contenta. Aunque me gustaría ser más alta. ¡Sólo mido 1,60! Después no me quejo de nada. Me conformo muy bien con lo que la naturaleza me dio. Pero lo que más me gusta de mí lo llevo adentro. Pude lograr todas las metas que me propuse. Y eso me hace sentir muy bien.

–En la novela le perdonaste a Segundo Cernadas, tu novio de ficción, una infidelidad. ¿En la vida serías capaz de hacer algo así?
–Depende de las circunstancias. Me considero una persona cerrada, porque soy fiel y pretendo lo mismo. Aunque a veces me gustaría ser más abierta. Cuando veo la relación de amor entre mis padres, que llevan 38 años juntos, la romántica en mí renace. Soy fiel, si, y pretendo lo mismo del hombre que tengo al lado. A veces siento que soy de otra época…

–¿Y por qué creés que el romanticismo pertenece a otra época?
–Porque me gusta creer que el amor puede ser para toda la vida, y eso no está muy de moda. Sé que es atípico, pero soy de las que prefieren terminar una relación antes que engañar.

–Salís con Pepe hace dos años. ¿Se complica con un colega?
–No, con Pepe hace dos años que estamos juntos. Además, él es más grande que yo, y trabaja desde que tiene seis años. A veces me ayuda a entender un montón de cosas. El amor se basa mucho en la admiración por el otro y a mí Pepe, entre muchas otras cosas, me parece un muy buen actor.

–No viven juntos todavía. ¿Para cuándo?
–Creo que el proyecto de pareja llega solo. Hace nada más que un mes que me mudé a mi primera casita, que logré comprar con mis ahorros, y recién estoy ubicando los muebles que mandé construir. Y aunque todavía no le puse ningún color a la pared, quiero armar algo confortable. ¡Esa es mi prioridad hoy por hoy!

–A propósito, ¿tus papás te dijeron algo por la diferencia de edad entre vos y Pepe? Es decir, quince años…¡es algo!
–No, mis viejos siempre confiaron en mi independencia. Saben que mi amor por Pepe no es una locura. Cuando yo nací él estaba trabajando en Pelito, y llega un momento en que los 15 años que me lleva no se notan.

–Una chica que cualquier chico querría, al parecer. Si seguimos el típico canon machista, sólo te falta cocinar rico.
–Me encanta cocinar cuando tengo tiempo. Mi especialidad es preparar muchas comidas naturales. Cuando puedo voy al barrio chino, me compro todo y lleno mi heladera. Aunque los domingos son sagrados y voy a Ramos Mejía a comer los asados de mi viejo o las pastas de mamá. Soy independiente, pero muy familiera.

–Bien, supongamos que rompés con Pepe: ¿qué hay que saber para conquistarte?
–Me encantan las cosas de a poco, las sutilezas, las miradas, las sorpresas, demostrar que la otra persona te interesa, por ejemplo. También le tienen que gustar los tiempos lentos, y el cine francés. ¡Qué le vamos a hacer, soy una romántica incurable!

Sabrina en Punta del Este, durante un relax de las grabaciones de su tira en Telefe. Pero nada de glamour excesivo: nuevo hogar en Colegiales, y la casa paterna en Ramos Mejía cada domingo.

Sabrina en Punta del Este, durante un relax de las grabaciones de su tira en Telefe. Pero nada de glamour excesivo: nuevo hogar en Colegiales, y la casa paterna en Ramos Mejía cada domingo.

Cuando ella nació, su novio ya estaba trabajando en Pelito. Pepe Monje le lleva 15 años, pero hace más de dos que están juntos. “<i>No convivimos, pero compartimos la misma pasión por el arte</i>”, dice Sabrina.

Cuando ella nació, su novio ya estaba trabajando en Pelito. Pepe Monje le lleva 15 años, pero hace más de dos que están juntos. “No convivimos, pero compartimos la misma pasión por el arte”, dice Sabrina.

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