“Prefiero pecar de frívolo a vender un falso mensaje” – GENTE Online
 

“Prefiero pecar de frívolo a vender un falso mensaje”

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Se trata de cantar verdades. De andar liviano por las calles, porque no existen escondrijos ni necesidad de fabricarlos. De disfrutar las gigantescas pequeñeces de la vida. De ser padre devoto, novio entusiasmado, músico de profesión. De mirar atrás y sentirse satisfecho con el camino recorrido. La vida, según Emmanuel Horvilleur, en la curva de los 35 años, no tiene demasiados secretos. Y si antes los tenía, los fue develando. Cosas de la experiencia. “Igual, no sé si es bueno madurar del todo... A veces me recuerdo en situaciones donde tenía un grado de inconsciencia que, en algún punto, era positivo. La conciencia que uno va adquiriendo te coarta en algunos aspectos. En otras, te ayuda”, cuenta Emmanuel.

–¿En qué notás que te ayuda?
–Por ejemplo, ahora soy capaz de cantar mejor una canción. No porque sea mejor cantante, sino porque sé cuáles son mis límites. Me digo: ojo, la estoy haciendo en un tono muy alto; lo bajo un poco y listo. Antes me ponía a cantar cosas que no podía.

–¿Estás más profesional?
–Me volví bastante disciplinado. Hace algunos años, cuando iba a Nueva York, me di cuenta de cómo se movían los músicos. Tocaban con uno, con otro... Y ahora eso llegó acá. Mis músicos hacen lo mismo, así que hay que concertar horarios de ensayo y respetarlos a rajatabla. Tenés que exprimir bien el tiempo en el estudio. En otra época, te copabas zapando una hora y por ahí surgía un tema nuevo. Ahora no se da mucho.

–¿Se perdió el romanticismo?
–Existe, pero se vuelca de otra manera. Esto también es un mercado y estoy buscando un equilibrio en el que puedan confluir el arte con el trabajo y el negocio.

–¿Y cómo te llevás con eso?
–Me llevo... Porque son los tiempos que corren. Hago un trabajo grande para subirme a un escenario y poder tocar. Y sale un disco y doy entrevistas, hablo mucho por teléfono con mi manager, cosas así... Es un aspecto de tu trabajo. No le crean al que dice: “Ah, no, yo soy un artista y me la paso en mi cama, pensando...”. No. Durará poco ese artista. Pero, como digo, es un equilibrio, porque ninguno de esos aspectos le puede ganar al otro. Si te la pasás hablando por celular y no ensayás ni agarrás la guitarra, no sirve.

Amor en polvo se llama el último disco de Horvilleur, el cuarto de su carrera solista y uno de los más elaborados. Interesante textura la del álbum, íntimo y alegre, que el mismo músico trata de explicar. “Para mí, un disco es más que un compendio de ocho o nueve canciones... Se arma con cuatro o cinco, que funcionan como la columna vertebral y empiezan a encadenarse. En los últimos dos discos, saqué canciones que por ahí me gustaban, pero que no se llevaban bien con el resto. Eso es maduración también. Amor en polvo ‘es... algo que está flotando en el aire, como un perfume, y eso me gusta”.

Los amores de Emmanuel, sin dudas, funcionaron como un disparador. Y no sólo se trata de su relación con la hermosa actriz y modelo Calu Rivero (23), con quien se encuentra “bárbaro”, según su comentario. El maravilloso ida y vuelta que alcanzó con su hijo André, de seis años (su madre es Celeste Cid), lo lleva a las nubes.

–En Amor en polvo, ¿cuánto hay de tu vida actual?
–Este es un disco que, entre otras cosas, habla de mi infancia... Y quizá sea, consciente o inconscientemente, a raíz de mi hijo. Con él volví a vivir un montón de situaciones que ahora se me hacen muy palpables. Situaciones que veo a través de los ojos de André... Ponele: hace muchos años que no me pasaba eso de volver a la tarde y tomar la leche con galletitas, sentado frente a la tele, mirando los dibujitos. Eso lo viví, como todos. Y hoy lo vuelvo a hacer y está buenísimo.

–Te gusta retrotraerte a esos tiempos de niño.
–Es que tenés que ponerte a la altura de él. A mí me encantaba cuando mi viejo venía y me preguntaba por mis muñecos, los de G.I.Joe. Eso de compartir con un hijo te devuelve la niñez.

–¿Qué otras cosas te despertó la paternidad?
–Es muy lindo ser padre y... sorprenderse. De pronto, uno piensa que un hijo es una repetición de uno mismo, pero no, es otra persona, que te lleva a otro mundo. Y eso es increíble. Aprendés, aprendés mucho. O volvés a aprender.

–¿Y qué aprendiste desde que sos papá?
–A salir del foco de uno mismo. Pasás a un segundo plano en muchos aspectos. Soy un padre bastante presente: siempre que puedo estoy con él. Otra cosa que hice fue ponerme en la perspectiva de... “¡uy, cómo pasó el tiempo!”. Cuando eras chico escuchabas a tu viejo hablando de sus tiempos y te sentías parte del futuro. Y ahora veo que no, que el futuro es otra cosa.

–Siendo un pibe, colocaste un mojón importante en la música, junto con Dante Spinetta, con la irrupción de Illya Kuryaki and the Valderramas. Ya que hablás de perspectiva, ¿cómo ves aquello? –¡Van a ser 20 años del primer disco! Es loco ver que, dos décadas después, se vea como una influencia. Ahora el hip hop es una música mundial. Acá hay gente que lo toca... En su momento sacamos Fabrico cuero y a mucha gente le gustamos y a otros no. Hubo reacciones del tipo: “Estos pendejos, ¿qué me vienen a explicar? ¡Aguante el rock and roll!”.

–Fueron adelantados.
–Por irreverentes. Encontramos, desde chicos, una música que nos permitía expresarnos sin ser... músicos. Después nos convertimos en músicos. Ojalá todos tuvieran esa oportunidad de expresarse a esa edad, sin la presión de las discográficas.

–En ese momento, imagino, no te dabas cuenta de lo que estabas viviendo, ¿no?
–No pensábamos en el futuro, sólo en el momento. Y después tocamos por toda América, con 20 años... ¡Qué loco! Fue como una pequeña revolución.

–¿Y la pasaste bien?
–Ni hablar. La pasamos bárbaro.

–¿No se les cruza la posibilidad de juntarse de nuevo?
–Tenemos una... conversación cíclica. Quizás lo hagamos.

–Al rock actual, ¿cómo lo ves?
–Hay muchas corrientes. Cosas que me gustan, cosas que no. Han cambiado los referentes, también.

–¿Faltan los referentes de antes?
–Yo respeto a los nombres sagrados... Spinetta, Charly, Pappo, los Redondos, Soda... Los que no siempre me gustan son los que evangelizan, lo que se desprendió de ellos. Falta búsqueda. Y noto un falso mensaje, una falsa postura política... Me enerva. Prefiero pecar de frívolo a vender un falso mensaje. Fui señalado por eso, lo sé, pero tengo convicciones.

La música como ámbito. Un Emmanuel de mirada profunda, que el viernes 24 presentará su nuevo trabajo, Amor en Polvo, en el teatro Coliseo.

La música como ámbito. Un Emmanuel de mirada profunda, que el viernes 24 presentará su nuevo trabajo, Amor en Polvo, en el teatro Coliseo.

Tatuajes que parecieran demostrar el evidente amor que siente por la música.

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Llevan juntos poco menos de un año. Emmanuel, ex de Celeste Cid, quedó flechado por la hermosa Calu Rivero (ex de Aíto de la Rúa). Incluso, la actriz y modelo participó en un reciente video-clip de Horvilleur.

Llevan juntos poco menos de un año. Emmanuel, ex de Celeste Cid, quedó flechado por la hermosa Calu Rivero (ex de Aíto de la Rúa). Incluso, la actriz y modelo participó en un reciente video-clip de Horvilleur.

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