«Por primera vez tengo miedo de volver a la Argentina» – GENTE Online
 

"Por primera vez tengo miedo de volver a la Argentina"

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La voz llega a medio quebrar. Hay siete mil kilómetros entre Miami y Buenos
Aires. Pero igual se nota: es un temblor la voz. Y tal vez el llanto termine
ganando la pulseada y entonces ya no siga, ya no haya voz. Pero por ahora, a
Susana Giménez no parece importarle que el espasmo la asalte a cada palabra, y
sigue. Es un bruto acceso de algo que tal vez sea el hartazgo y la impotencia.
Créanme que nunca se la escuchó así.
Ernesto Rodríguez, padre de Jorge Rodríguez y suegro de Susana, fue secuestrado
el 23 de diciembre. Se dijo que hubo una prueba de vida. Se dijo que los
captores pedían tanto, tanto otro, no pedían nada. No se dijo mucho más. Y el
silencio se hace cada vez más denso, más oscuro, con los días que pasan sin
novedad. Por eso Susana, la dueña de la voz que llega a medio quebrar, se
desboca y dice: "Tengo miedo de volver a la Argentina". Luego, subida a su
propia bronca, anticipando el tono y el espíritu de la carta abierta a los
secuestradores de Ernesto Rodríguez que está redactando en la intimidad de su
casa de Fisher Island, continúa: "De verdad que no sé si volver, estoy aterrada
por lo que pasa con el padre de Jorge, pero más aterrada estoy aún por la
tremenda sensación de impunidad que se vive en Buenos Aires. Me pregunto: ¿Habrá
voluntad política para esclarecer este caso y tantos otros de los que tal vez ni
nos enteramos. Tengo mucho miedo. Miedo por mí, miedo por Jorge, por mi familia
y por mis amigos. Te juro que nunca antes me había sentido así, tan desamparada,
tan expuesta a que cualquiera, en una calle cualquiera, te arruine la vida para
siempre".

Susana se detiene. Prefiere no hablar de los detalles del secuestro porque sería
entorpecer las cosas. Prefiere no ventilar. Toma un aire largo que le da un poco
de control, y retoma: "Pienso en Jorge y lloro como una Magdalena. Lo terrible
que debe ser estar en su lugar hoy. No lo puedo creer, no lo puedo creer. Y
mientras tanto, siguen las internas políticas, y me horrorizo cuando un
gobernador dice que es probable que haya personal policial metido en todo esto.
¡Cómo puede suceder! Y que después diga que es mejor pagar. ¡¿Pagar?! Pagar es
una condena en sí mismo. A veces me despierto en el medio de la noche pensando
en Jorge. Entonces lo llamo y me dice que todo sigue igual. Corto y me quedo en
la cama, despierta, pensando desde la distancia en la Argentina, en que me da
miedo volver, en que por primera vez en mi vida no quiero volver".

Dice que pasa las horas como puede, que busca distraerse, que a veces lo
consigue, que a veces no. Que sale, que cuando vuelve se pregunta para qué
salió. Que cuando llega la noche llora.  "Lloro cuando me pongo a pensar, por eso
trato de distraerme, pero es imposible. Por ahí, por un rato, lo logro, pero
siempre termino enroscada. Y pienso en las madres, en las esposas, en los hijos
de todos los secuestrados, y no lo entiendo, no lo entiendo, no me entra en la
cabeza. Toda la sociedad debería empujar a las autoridades a hacer algo, a parar
esto ya mismo. ¡Basta! ¡Basta, por Dios! Señores representantes ¡escuchen! Les
hablo desde el dolor, pero no desde mi dolor egoísta, sino desde el dolor de
todos los que han pasado o están pasando por esta situación.
No se puede más. Este tema es tan importante como la deuda externa. ¡Por favor!
Es un clamor popular: ¡Hagan algo, que se termine la impunidad en la Argentina,
que se termine ya! Esta vez no quiero ser diplomática, no me interesa. Y si a
alguien le cae mal lo que digo, lo siento por él. Yo hablo porque alguien debe
hacerlo. Y de alguna manera soy un poco la voz de todos los que están pasando
por lo mismo. Hay mucha gente que sufre la impunidad y no tiene la suerte de
tener un lugar público como el mío. Por eso mi voz es también la voz de ellos.
Hay que terminar con esto. Hay que terminar ya mismo con esta situación.
Disculpen, pero ya no puedo más
".

Susana dice que intenta despejarse para no pensar en cómo debe estar sufriendo su suegro. Me pregunto: ¿Habrá voluntad política para esclarecer este caso y tantos otros de los que tal vez ni nos enteramos".">

Susana dice que intenta despejarse para no pensar en cómo debe estar sufriendo su suegro. "Me pregunto: ¿Habrá voluntad política para esclarecer este caso y tantos otros de los que tal vez ni nos enteramos".

No sé cómo pasar el tiempo", asegura la diva. En la imagen, Susana y su hija Mercedes, caminando por Lincoln Road, en el South Beach. Los paseos son frecuentes, pero simplemente sirven para aflojar tensiones.">

"No sé cómo pasar el tiempo", asegura la diva. En la imagen, Susana y su hija Mercedes, caminando por Lincoln Road, en el South Beach. Los paseos son frecuentes, pero simplemente sirven para aflojar tensiones.

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