«Podría enamorarme de una mujer casada» – GENTE Online
 

"Podría enamorarme de una mujer casada"

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No le gusta nada hablar de su intimidad. Y
menos de aquel recordado encuentro en
un bar de Santiago con Carolina Ardohain,
Pampita, que estalló como un escándalo
en la prensa de su país, y luego,
inevitablemente, se trasladó a la Argentina. Pero como
Gonzalo Valenzuela (27), este actor chileno que confiesa
que ama su oficio y que no podría trabajar de otra cosa, es
un caballero, acepta la pregunta.

-¿Usted reconoce que se hizo famoso en la Argentina
por aquellas fotos de su encuentro con Pampita?

-Los medios armaron un escándalo con eso, no yo. Fui a
tomar algo a un bar repleto de gente. Ella necesitaba hablar
con alguien de 4ºC, una película que le habían ofrecido rodar.
Nos tomaron una foto y ese periodismo con el que yo
no estoy de acuerdo provocó todo el escándalo. Me parece
que sacar negocio de una cosa así es muy barato. Dijeron
cualquier cosa. Además, a mí me llamaron para trabajar
en la Argentina mucho antes de que pasara esto. Existía
un interés de la gente de Telefe. Era para hacer Resistiré II.
En la Argentina estaban con los ojos puestos en el fenómeno
de la novela Machos, que en España fue un boom.

-¿Le dolió que aquella noticia de su salida con Pampita
se haya originado en su país?

-Sí, claro, porque no era verdad lo que decían. Me pareció
ordinario, una estupidez, pero uno va aprendiendo. Lamentablemente,
hay un mundillo que se nutre de eso.

Gonzalo hace un alto en la grabación de Doble vida, la novela
que irá por América desde fines de marzo, de lunes a
viernes a las 22 horas, una apuesta fuerte del canal a la ficción.
Allí, el chileno compartirá cartel con mujeres deseadas
como Moria Casán, Julieta Ortega, Juanita Viale y la mismísima
Pampita. Entonces, surge otra inevitable consulta.

-¿Qué tiene para decir de estas mujeres hipersensuales
que lo van a acompañar?

-A Moria todavía no la pude ver, y la verdad es que tengo
muchas ganas de conocerla, y a las otras actrices tampoco,
lamentablemente, claro. Estoy ansioso por trabajar con
ellas. Y por observarlas, ja, ja.

-Se va a especular mucho con su encuentro con Pampita
en los sets. ¿Es cierto que en el contrato de ella se
estableció que ni siquiera pueden cruzarse en escena
y menos interpretar encuentros sexuales o amorosos?

-La verdad es que no tengo ni idea.

-¿Le molestaría que en el futuro de la tira la historia le
impusiera un romance con Pampita?

-No. Yo soy actor, un profesional que interpreta el papel
que marcan los libretos. La parte mediática no me interesa.
La gente que me contrató lo sabe y espero que me respeten.
No quiero decir que no puedan preparar algo, pero si
ocurre, no quiero que sea un sensacionalismo ordinario.

-¿Usted dijo alguna vez que era amigo del esposo,
Martín Barrantes?

-No, no soy amigo, pero cuando yo conocí a Carolina, conocí
a Martín. Estuvimos alguna vez tomando un trago. Por
eso digo que la b... es grande. Inventaron, pero yo no tengo
nada que esconder.

-Cuando volvieron a hablar usted y ella, ¿la notó afectada,
molesta?

-No conversamos mucho después. Supe lo que estaba pasando
acá con ella, pero no te podría decir mucho más.

Interrumpe la charla porque necesita recibir algo de maquillaje
para rodar la próxima escena. Luego cuenta que hace tres
semanas que está en Buenos Aires, que se va a quedar aquí
durante seis meses, y que en su tierra está abriendo dos salas
de teatro, una galería de arte y un café biblioteca. "Me interesa
demasiado lo cultural
-dice-. Amo la actuación. A los
trece años arranqué haciendo obras, por eso apenas salí del
colegio me puse a estudiar y no paré. Hasta que en 2000 hice
Sinvergüenza; esa obra fue un fenómeno
".

-Ahí hacía de un stripper e interpretaba a El Manguera,
un apodo que inquieta a sus fanáticas.

-Ja, no es para tanto. Recuerdo que no quería hacer ese trabajo
porque me parecía un teatro muy comercial, pero el valor
que me dio a nivel actoral fue espectacular. Después me
llamaron para hacer una teleserie que se llamó Piel canela,
que no la vio ni mi abuela. Más tarde fui a Europa a trabajar,
regresé a Chile, y cuando estaba por volver al viejo continente,
me ofrecieron hacer Machos, la novela que ahora se está
viendo en la Argentina y que fue suceso en España.

-¿Cómo llegó a integrarse al elenco de Doble vida?
-Conocí a su director, Diego Palacios, que me mostró lo
que había hecho con Historias de sexo de gente común.
Me fascinó, por eso acepté.

-En sus notas siempre destaca que está soltero, sin pareja
a la vista. ¿Le molesta hablar de su intimidad?

-Yo no lo destaco: me lo preguntan y contesto.

-Los que lo conocen lo definen como un caballero. ¿Es
cierto o es un ardid para enganchar mujeres?

-Es cierto. Vengo de una familia bien conservadora donde
la educación fue una mano pesada, que me enseñó que el
caballero vale más que la persona, quien siempre hay que
respetar, sobre todo a las mujeres.

-A ver entonces qué tan rígida fue esa educación… Por
ejemplo, ¿un caballero como usted viviría un romance
con una mujer casada?

-No sé, no tengo parámetros para eso, mejor dicho, el
amor no tiene parámetros. Podría enamorarme de una casada
o vivir un romance con ella, pero sólo si hay amor, si
existe ese sentimiento, no por joder. ¿Crees que esta es la
respuesta de un caballero o te desilusiona?

En su tierra ya lo califican como un <i>latin lover</i>, aunque el chileno sólo prefiere definirse como actor: ">

En su tierra ya lo califican como un latin lover, aunque el chileno sólo prefiere definirse como actor: "Amo la actuación. A los trece años arranqué haciendo obras, por eso apenas salí del colegio me puse a estudiar y no paré".

En Sinvergüenza -obra que fue un boom en Chile-, interpretaba a El Manguera, un <i>stripper</i>. Ahora en la novela <i>Doble vida</i> hará de taxi<br />
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En Sinvergüenza -obra que fue un boom en Chile-, interpretaba a El Manguera, un stripper. Ahora en la novela Doble vida hará de taxi
boy.

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