“Para ser sexy y elegante hay que ser una misma” – GENTE Online
 

“Para ser sexy y elegante hay que ser una misma”

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En el backstage, como en la vida, Natalia (31) es una topadora. Va y viene con un arreglo floral de tulipanes rosa shocking, chequea la vajilla antigua con la que sus 150 invitados tomarán el té –en tonos rosados y verdes, que también se verán en la pasarela–, habla con el DJ Poppy Manzanedo, le prueba (alfiletero, verde y rosa, en mano) un trench –pieza infaltable este verano– a una modelo… Adriana Oreiro, 35, hermana de la actriz, también está a cuatro manos: ella es la diseñadora titular de la firma Las Oreiro, que debutó con éxito en septiembre del año pasado (la boutique queda en Honduras al 4700, Palermo Soho). Pero Adri no quiere saber nada con las fotos hasta que termine el desfile.

Habla Natalia: “Me cuesta desligarme de los detalles, está en mi esencia. No puedo parar, y sé que debería, así disfruto más de todo lo que me pasa. Por suerte, me acompaña un team súper talentoso. Como diseñadora, no termino de sentirme segura. Esta vez, quise agregar algo de actuación al desfile: ése es mi fuerte”.

Adriana acomoda los treinta y dos vestidos en un perchero y chequea el croquis de las pasadas. Habla Natalia: “Con Adri siempre elegimos el estilo retro de los años ‘40 y ‘50. Y por lo general, nos inspirarnos en cantantes y actrices. Dibujamos ropa que nos gustaría usar a nosotras y si bien no seguimos la tendencia estrictamente, tomamos algunas líneas y los colores”. Al pasar, la actriz cuenta que algunas de las sillas al costado de la pasarela son de su colección privada de muebles: “Sí, de mi casa de Palermo. Las traje para sentirme en un ambiente familiar”, se ríe. “¿Sigo con la moda verano? Te decía que con Adri siempre nos imaginamos chicas Divito (Guillermo Divito, caricaturista argentino, 1914-1969): piernas largas, cintura y caderas bien marcadas, muuuucha curva, como nosotras. Está bueno resaltar las mejores partes del cuerpo de una y tapar las otras”.

Con sandalias altísimas, de raso verde, Nati corre y acomoda los centros de mesa. Y al pasar, agrega: “Este es un camino que empezamos hace muy poco. Lo hacemos día a día y paso a paso. Me encantaría que nuestro sueño sea cada vez más grande y ambicioso, y a la vez siento que me está superando... Quiero que Adri sea la encargada de todo y que yo haga algunos aportes, no sea cosa que descuide la actuación”, dice la protagonista de Amanda O, la novela que está grabando con Luciano Castro, su nuevo galán.

“Pero sigamos hablando de la moda y el verano. Amamos el satén para las prendas vaporosas y el raso para los vestidos al cuerpo. También agregamos zapatos y guantes de seda. Y bordados con piedras semipreciosas: turquesas, ónix, jade. Ah, y me olvidaba de los cuadrillés y de Brigitte Bardot, que también fue nuestra musa”.

–Natalia, ¿se puede ser elegante y sexy a la vez?
–Una mujer elegante no se traiciona a sí misma. Acepta sus virtudes y sus defectos, no intenta llamar la atención, no se uniforma con lo que está de moda, no desentona con su ambiente, no lleva ropa que le incomode. Para ser sexy y elegante hay que ser una misma.

–¿Qué es lo mejor de esta colección?
–Hummm, la relación y el reencuentro que vivo a diario con Adri. Cuando éramos chicas, yo me vine a Buenos Aires y ella se fue a México a terminar sus estudios de diseño. La ropa nos unió un montón. Nati diseñadora, en el <i>back</i> de su desfile primavera-verano. <i>“Soy muy detallista, no me relajo ni un minuto. Igual, trabajo con un gran equipo, liderado por Adriana, mi hermana”</i>, dice.

Nati diseñadora, en el back de su desfile primavera-verano. “Soy muy detallista, no me relajo ni un minuto. Igual, trabajo con un gran equipo, liderado por Adriana, mi hermana”, dice.

¿La paleta? En colores <i>shocking</i>. ¿Las líneas? Al mejor estilo años 40 y 50. ¿Los géneros? Preferentemente raso y satén. ¿Estampas? Flores y cuadrillé. ¿Detalle imperdible? Matan los bordados con piedras semipreciosas y los ribetes a contratono. La Mansión Alzaga del hotel <i>Four Seasons</i> y su jardín fueron el escenario del té-desfile.

¿La paleta? En colores shocking. ¿Las líneas? Al mejor estilo años 40 y 50. ¿Los géneros? Preferentemente raso y satén. ¿Estampas? Flores y cuadrillé. ¿Detalle imperdible? Matan los bordados con piedras semipreciosas y los ribetes a contratono. La Mansión Alzaga del hotel Four Seasons y su jardín fueron el escenario del té-desfile.

Las modelos de <i>Las Oreiro</i> antes de salir a desfilar.

Las modelos de Las Oreiro antes de salir a desfilar.

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