“Para provocar hay que ser valiente” – GENTE Online
 

“Para provocar hay que ser valiente”

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Estruja las solapas del piloto que la cubre, tal vez el único vestigio de su último personaje, uno de esos que el tiempo consagra por gratitud. “Sin aire acondicionado, por favor”, susurra al subir al taxi. Carga un bolso repleto de cosas que nunca usará y, debajo de su brazo, un libro de hadas que no desconcierta. Garbo es un concepto que le sienta bien, pero la vergüenza casi infantil por la mirada atónita del conductor en el retrovisor lo contradice. Esta conversación durará lo que se tarde en ir y volver de Saavedra a San Isidro. La pauta: el vértigo de evitar el tedio. La única ley: su imprevisibilidad. Bienvenidos a un viaje con Leticia Brédice (39).

–¿Para ser tan dúctil hay que estar algo loco?
–Se debe tener valor. Un loquito vive haciendo su propio sketch; el valiente cambia de piel constantemente, que es más difícil. A mí me costó soltar a Verónica San Martín (su memorable rol en El elegido). Habría seguido con ella durante años, porque me dio la posibilidad de hacer que muchas mujeres nos veamos en la crueldad y la comodidad del típico “mi marido tiene plata; yo cuido de la casa, dejo de ser la que quiero ser y tomo su ideología, que tal vez no entienda”. La estudié mucho.

–¿Cómo fue tu encuentro con ella?
–Entre las clientas de la peluquería de Sergio Lamensa, donde escuché frases como “por favor, que el morochito no me lave la cabeza”. Ese tiempo de investigación y descubrimiento me deslumbró. Mi novio, Mariano, trajo de la biblioteca de su padre, diplomático y embajador de carrera, manuales de protocolo y buenos modales y diccionarios de sinónimos y antónimos. Además, como sabe tantos idiomas, me marcó frases en francés, que utilicé durante la tira. Porque nadie es “bien” si no las cuela en cualquier conversación. Medité mucho cómo sería yo en ese círculo: me dio escalofríos.

–¿Movilizaste prejuicios?
–A ella jamás la cuestioné, porque lo peor que le puede pasar a un actor es moralizar a su personaje. Yo ya era prejuiciosa... Naturaleza humana, ¿no? Me gusta charlar con la gente, entenderla, conocerla, pero corto conexión cuando detecto que no están dispuestos a un feedback con alguien diferente. En el intercambio y la mezcla está la causa de la vida. Tal vez algo que resolver en este país de pacatos, en el que hay cierta fascinación por mirar y criticar. Nos asustamos de todo: de la violencia, la salud pública y las enfermedades, pero cuesta tomar cartas. Aún acumulamos cosas bien en el fondo, quizás por ser un país tan joven. Por ejemplo, un europeo o un americano habla con sabiduría y naturalidad de un hijo adicto, asumiendo, aceptando y accionando.

–¿Y vos accionás?
–Me encanta la política. Creo que aceptaría con gusto una labor que tuviese que ver conmigo, como el trabajo social con las mujeres, la violencia doméstica y sexual tal vez. Por ahora comienzo con mis recursos, produciendo nuevos cortos en los que participará Fabiana Cantilo, entre otras figuras.
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Es reticente a explayarse sobre su propia identificación con el tema planteado. El año pasado la actriz radicó una denuncia contra Juan Pablo Sanguinetti, padre de su hijo. La causa: violencia de género, “sólo psicológica” según aclaró. “Felizmente, la situación está muy bien terminada”, concluye. “En estos tiempos es común que hombres y mujeres estemos permanentemente en busca de pelea, de poner el cuerpo para marcar la diferencia y el ímpetu de la comunicación”, dice la autora de Golondrina, el primero de una trilogía de cortos destinados a “educar a la sociedad” sobre diversos abusos. Una iniciativa que en 2006 fue avalada por la Fundación Intervida.

–¿Qué otros aspectos destacás del país de hoy?
–La pluralidad. Finalmente podemos hablar todos y escucharnos. Claro, siempre hay cosas que mejorar, pero no soy quejosa, y menos ante los medios de comunicación.

–¿Le temés al estigma de “actor politizado”?
–¡Qué raro es todo eso! Confesar públicamente con quién se simpatiza o defender ideales en los que uno cree debería ser normal. Esa crítica me huele a celos o envidia.

–Votaste a Cristina.
–La venero, como a cualquier mujer que dirija un país. Escucharla me emociona: admiro su coherencia... ¡Me da tanta alegría! Se entiende lo que habla, y de lo que habla. Pasó por momentos muy duros y aun así siguió en la lucha. Es un gran ejemplo de fortaleza.

Leé la nota completa en la revista GENTE de esta semana.Manejada por Sebastián Darcyl y Mauricio Catarain,  evalúa cuatro propuestas con vistas a su regreso al cine y un protagónico televisivo para 2012.  Además graba Leticia y su orquesta, su segundo disco.

Manejada por Sebastián Darcyl y Mauricio Catarain, evalúa cuatro propuestas con vistas a su regreso al cine y un protagónico televisivo para 2012. Además graba Leticia y su orquesta, su segundo disco.

“Me encanta la política y aceptaría con gusto alguna labor que tuviese que ver conmigo, como la violencia de género y los abusos. Ya comencé a producir nuevos cortos sobre el tema”

“Me encanta la política y aceptaría con gusto alguna labor que tuviese que ver conmigo, como la violencia de género y los abusos. Ya comencé a producir nuevos cortos sobre el tema”

“Entre idas y venidas”, desde hace “año y algo” Leticia comparte sus días con Mariano Iraldi, puestista de shows y documentalista del regreso de Charly García. “Enamorada, soy una estúpida”, confiesa.

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