“Para mí la seducción pasa por la charla, la simpatía y la caballerosidad” – GENTE Online
 

“Para mí la seducción pasa por la charla, la simpatía y la caballerosidad”

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Pasaron veinte años desde que, con sus pelos hasta la cintura, pantalones nevados y hoyuelos de Heath Ledger (dirán las más buenas) enamoraba a las adolescentes y hacía hablar por lo bajo a las señoras bien. Esas recoletas mujeres de tailleur que decían: “Mirá, ese es el hijo loco de Lolita”. Hijo de, sí, pero rebelde y “adelantado a su época”. ¿Qué tan contracultural era que la televisión hablara de marihuana en la década de Xuxa, los bloopers de los gomazos y Fleco y Male? En Los unos y los otros, el (a veces bizarro) ciclo de Rodolfo Ledo, un amigo dejaba a Diego Torres al cuidado de una planta de marihuana. “Mirá, yo entonaba Chalaman en el ‘92”, dice el primer latino en tocar en los festejos de Año Nuevo en Nueva York. El mismo que le cantó al Papa, y que colaboró con Juan Luis Guerra y la Mala Rodriguez. El que se recibió de galancito a desgano en La Banda del Golden Rocket, con Ara y el Chueco, hizo dúo con Vicentico, se animó a versionar a Sumo y ahora vuelve a la actuación. El último film que hizo fue El juego de Arcibel, 2003; también actuó en La Furia, Una sombra ya pronto serás, La venganza y su debut, El profesor punk, con Jorge Porcel. ¿Los dos motivos del regreso? Uno, encontró el proyecto por el que se reservó tanto tiempo, ese que su mamá le prometió, iba a llegar: “Vos sos un comediante a lo Osvaldo Miranda”. Dos, apostó a ello como productor: “Cuando me meto en algo se me va la vida”. En la comedia de intriga Extraños en un tren (dirigida por su compañero de secundario Alejandro Montiel; estrena 5 de abril) encarna a Martín, un músico de conservatorio muy estructurado, que queda sin trabajo y que junto a su pareja (una cantante indie; Julieta Zylberberg) juegan a ser detectives al estilo de Moonlight investigando la extraña desaparición de un vecino. ¿Otro ex Golden Rocket en el elenco? Fabián Vena.

–Tu personaje dice “con el talento no se pagan las expensas”. ¿Cuál fue el momento en tu carrera que dijiste algo así?
–Bueno, mirá, en el ‘91 éramos muy jovencitos y armamos un proyecto con Suar, lo convocamos a Darín para que fuera el director y lo llamamos a Leo Sbaraglia, Pepe Monje... Pájaros in the night, una obra que deberíamos volver a hacer y seguramente sería un exitazo. Algo tipo Mel Brooks, de sátira, de terror, pero graciosa. Nos adelantamos a hacerlo: era obvio que no era el tiempo. La gente quería mirar a los galancitos, y nos veía a todos caracterizados, ni nos reconocían.

–Quedaron todos descolocados.
–Y nos fue como el ort… (Risas). Yo encima fundí el auto, sí, nos fue como el cul... Quedé miles de mangos abajo, entonces viene Gustavo Yankelevich, nos llama a Sbaraglia y a mí y nos ofrece El gordo y el flaco y un buen sueldo. Yo lo miraba a Leo y le decía: “No nos conflictuemos. Vamos para adelante. Yo necesito la plata, tengo que pagar las expensas y el auto que fundí”. Y así fue. Ahí, a los meses, me convoca El Trece para La Banda del Golden Rocket.

–¿Cómo viviste los días de galancito tan solicitado?
–Nunca me sentí un galancito. Lo que pasa es que cuando arrancás joven, como actor siempre te etiquetan como el galán. Cuando empecé no me gustaba la histeria, y como no era mi plan, me corrí de ese lugar; si bien me encantan las mujeres y todos tenemos una parte de seductor. Para mí la seducción pasa por la charla, la simpatía y la caballerosidad. Pero fijate que empecé en Los otros y nosotros, de Rodolfo Ledo, que era de avanzada. Un amigo me daba una planta para que yo se la tenga y me descubre mi mamá, que era Silvia Montanari. En el año ’89 tener esa escena, man, no era tan normal.

–Sí, es algo de lo que en la televisión local no se habla...
–Tal cual. Bueno, de hecho en la película Martín se fuma un porro y está bueno desmitificar sobre todo una droga blanda. Y es divertido –ahora, yendo al film– cómo al tipo, que es tan acartonado, le agarra taquicardia, y en lugar de calmarlo, empeora. Todo al revés.

–¿Cuál es tu postura sobre el consumo personal de marihuana?
–Estoy de acuerdo con el tema de la despenalización, me parece que la justicia no tiene que perder tiempo en casos donde no son narcotraficantes. En ese sentido siempre fui un tipo como muy auténtico... imaginate, sobre todo, de dónde venía yo.

–¿Y por qué decidiste volver al cine con esta película y no con otro proyecto?
–Porque me permite volver como yo quiero, con este personaje tan diferente a mí, pero que me deja igual hablar de la música, pero desde la vereda de la música clásica. Y especialmente hablar de los prejuicios.

–Bueno, viste que acá los artistas pop no hablan de consumo... Afuera, si entrás a rehabilitación parece que sos cool.
–Igual, no sé, yo creo que la gente... mirá, yo cantaba Chalaman en el año en el ‘92, y hay cosas que ya no hace falta decirlas. Hay una frase de Juan Gabriel, que lo aman en México, que siempre dice: lo que se ve no se pregunta (Risas).

–¿Cuáles son tus comedias románticas favoritas para pochoclear en la cama con Débora (Bello,su novia desde hace ocho años)?
–Me encantan las románticas: Diario de una pasión, con Ryan Gosling, que me parece un actor genial, muy fresco. ¿Sabés cuál me gusta mucho? Esa en la que Meryl Streep es la psicóloga y Uma Thurman es la paciente que se quiere separar, y conoce a un pibe más jovencito que termina siendo el hijo de la analista.

–¿Extrañaste la actuación?
–Realmente había una parte de mí que se sentía en conflicto, como algo inconcluso o incompleto. Pero lo que llegaba no me terminaba de convencer y sentía que antes de volver a la televisión prefería hacerlo con una película. Mi vieja siempre me decía “no abandones al actor que llevás adentro”.

–Te reservaste súper bien. Incluso con Suar, que es tu amigo, y te habrá hecho llegar proyectos tantas veces.
–Y ojalá que alguna vez se dé. Bueno, de hecho alguna vez haré algo con el Chueco, pero él mismo me ha dicho que estaba bueno que me preservara de la televisión. Y sentía en la calle, cuando vas a la situación real de la vida, que la gente siempre me decía que me querían ver en una comedia. Algo que me da mucha alegría: me preservé para encontrar la ocasión perfecta para volver con esta película.

–Quiero saber por qué desde hace tanto tiempo, cuando firmás un autógrafo ponés “Buena vida”.
–Lo saqué de un viaje a Costa Rica, donde tienen un dicho que es “pura vida”. Y claro, te dicen pura vida porque llegás y tienen una naturaleza increíble, todos son parques naturales, reservas. Como me enamoré de Costa Rica, lugar donde solo había ido como turista, adapté la frase y le puse Buena vida. Porque es un deseo hermoso, ¿qué mejor que tener buena vida?

–Le cantaste al Papa, fuiste el primer latino en tocar en los festejos de Año Nuevo en Nueva York... ¿Hasta dónde llega el plan de conquista, la Luna?
–No sé qué onda el audio y la gravedad, te diré.

–Como dice Adrián Dárgelos de Babasónicos “canción llevame lejos”. ¿Adónde te gustaría llegar con tus canciones?
–Sí, mi amigo Dárgelos... Yo nunca me imaginé todo lo que me iba a pasar; es como que ahora ya estoy como un surfista con la tabla: surfeando lo que venga, ¿no? Y sin bajar los brazos, con ese espíritu de conquista, tengo como referente de cantor a Gardel, un referente de conquistador, un tipo que se tomaba aviones de mierda y cruzaba en barco a España y a Francia. Sin ganas, con la música sola no llegás a ningún lado. Y está bueno transmitir eso. “Nunca me imaginé todo lo que me iba a pasar; es como que ahora ya estoy como un surfista con la tabla: surfeando lo que venga, ¿no? Y sin bajar los brazos, con ese espíritu de conquista”, confiesa Diego.

“Nunca me imaginé todo lo que me iba a pasar; es como que ahora ya estoy como un surfista con la tabla: surfeando lo que venga, ¿no? Y sin bajar los brazos, con ese espíritu de conquista”, confiesa Diego.

“En el '91 éramos muy jovencitos y armamos un proyecto con Suar, lo convocamos a Darín para que fuera el director, a Leo Sbaraglia, Pepe Monje... Hicimos Pájaros in the night. La gente quería mirar a los galancitos, ni nos reconocían”

“En el '91 éramos muy jovencitos y armamos un proyecto con Suar, lo convocamos a Darín para que fuera el director, a Leo Sbaraglia, Pepe Monje... Hicimos Pájaros in the night. La gente quería mirar a los galancitos, ni nos reconocían”

“Había una parte de mí que se sentía en conflicto. Lo que llegaba no me terminaba de convencer y sentía que, antes de volver a la televisión, prefería hacerlo con una película. Mi vieja siempre me decía ‘no abandones al actor que llevás adentro’”

“Había una parte de mí que se sentía en conflicto. Lo que llegaba no me terminaba de convencer y sentía que, antes de volver a la televisión, prefería hacerlo con una película. Mi vieja siempre me decía ‘no abandones al actor que llevás adentro’”

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