Digamos que fue una semana movida para Emma (29). Para empezar, terminó de arreglar su contrato con Sony Music para su nuevo disco, el inminente -y bastante caliente- Rocanrolero. Después se metió en el terreno natural de su chica, Celeste Cid: debutó como actor en la piel de Santiago, músico con problemas de amor -ni tan lejos ni tan cerca de la realidad-, en #15, unitario de ocho capítulos, que sale a partir del mes próximo por Telefe, con producción de Telefónica, Fire y Endemol.
El suyo -llamado 0-800 no me llames, una comedia romántica con Julieta Cardinali de co-star y causa de sus desvelos románticos- será el primero. Bueno, todo bien en lo profesional. Nuevo disco y nueva veta artística. Pero hay algo bastante más impostergable: el viernes 2, André cumplía un año. Entonces se fue de shopping, en perfecto plan amo de casa, para que todo estuviera OK a la hora de la fiesta.
¿Y Celeste? Comenzó a rodar los primeros capítulos de Ambiciones (su regreso definitivo a la tele tras Resistiré) otra miniserie que sale, casualmente, en octubre y también por Telefe. Mejor todavía. Más cosas en común. Es más, para entrenarse un poco como actor, Emmanuel no buscó demasiado lejos: Celeste fue su coach.
Y mientras Celeste dormía -ya que estuvo grabando durante la noche del jueves junto a Susú Pecoraro y Fernán Mirás, y recién llegó a casa a las seis de la madrugada-, Emmanuel se llevó a André en el cochecito. Primero, a encargar la torta de chocolate con dulce de leche. Después, algunos lindos muñequitos en Calma chicha, un bazar chic en Palermo, y luego a preparar la casa, en espera de los invitados, grandes y chicos por igual.
La fiesta empezó un poquito antes de la noche y siguió. Fueron Dante Spinetta, su ex camarada en Illia Kuryaki & The Valderramas -y ahora solista como él-, con su hijo Brando de Dios. Después, Catarina, hermana de Dante, y su marido, Nahuel Mutti, con sus nenes, Angelo y Benicio. Al final, la actriz Carolina Fal y Vicky Ranch, dos excelentes amigas de Celeste. Hablaron de todo y, por supuesto, le cantaron el happy birthday a André.
Después de la fiesta, Celeste y Emmanuel cancelaron todos sus planes de fin de semana. Porque lo que se viene la tiene a ella un poco ansiosa: finalmente sale Hiel, su primer libro de fotos -las que tomó en sus viajes, por ejemplo, a Brasil- de personas y cosas varias. El proyecto la tiene muy entusiasmada y no podía faltar, claro, el asesoramiento de Eduardo Martí, fotógrafo fetiche del rock local y papá de Emma.
Y el domingo, fue pura paz en familia. Celeste se quedó en el departamento de Palermo, mientras Emmanuel salía con André para una vueltita y las compras de la merienda. Y sí, los chicos crecen: un año y dos días, ya.
Emma, con André en el cochecito, el domingo por Palermo.